La Organización Mundial de la Salud (OMS), Naciones Unidas y la Unión Europea (UE), entre otras muchas instituciones, reconocen el 18 de noviembre como el Día Europeo para el Uso Prudente de Antibióticos.
Una fecha de vital importancia ante el desarrollo y la diseminación de lasbacterias multirresistentes (BMR) como consecuencia del mal uso que se hace de los antibióticos sin necesidad real que lo justifique. Hecho que se ha convertido ya en una amenaza real para la salud pública a nivel mundial.
De acuerdo a los datos ofrecidos por el European Center for Diseases Prevention and Control (ECDC), las infecciones graves causadas por BMR fueron las responsables de las muertes en 2007 de 25.000 personas al año en Europa.
Las estimaciones recientes señalan que la cifra de fallecidos por este motivo alcanzará en 2050 el millón, superando de este modo al cáncer como primera causa de muerte en el mundo.
El uso inadecuado de antibióticos no afecta necesariamente a la población que los utiliza
España se sitúa como el primer país del mundo en consumo de antibióticos sin ninguna razón epidemiológica que lo justifique y de forma indiscriminada, siendo además uno de los primeros países de Europa en infecciones por BMR, según la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).
Cabe señalar que el uso inadecuado de antibióticos no afecta necesariamente a la población que los utiliza. El problema radica en que se genera una mayor resistencia en los patógenos que afectarán a otros posibles pacientes dificultando el tratamiento con antibióticos cuando estos sean necesarios.
Hay que recordar que los antibióticos son medicamentos que se utilizan para combatir las infecciones bacterianas. Nunca se emplean en el tratamiento de infecciones causadas por virus. Estos pueden salvar vidas siempre que se utilicen de forma adecuada y bajo prescripción médica. Motivo por el que en el Día Europeo para el Uso Prudente de Antibióticos es necesario recordar la importancia sobre la educación en la materia y la concienciación sobre el correcto uso de los antibióticos.
Uno de cada 10 niños en tratamiento antibiótico puede desarrollar una diarrea secundaria
El empleo inadecuado de los antibióticos cobra especial relevancia en el caso de los niños. Es frecuente que cualquier persona, especialmente los más pequeños, que comienza a ingerir antibióticos puede sufrir diarrea como consecuencia del desequilibrio y la alteración de los microorganismos que habitualmente colonizan el intestino.
Los estudios demuestran que al menos uno de cada 10 niños en tratamiento antibiótico puede desarrollar una diarrea secundaria. La especialidad vulnerabilidad de estos hace que sea necesario completar el uso de antibióticos con tratamientos que eviten la posible deshidratación.
Se ha demostrado que la administración de probióticos concomitantemente con los antibióticos orales reduce en un 75% la aparición de episodios de diarrea. El más efectivo es el Lactobacillus rhamnosus GG, el probiótico bacteriano más estudiado a nivel global. Sobre este hay que señalar que es necesario especificarse la cepa y cantidad de probiótico ya que no todos son iguales y es importante que, además de contener bacterias vivas, estas lleguen vivas y activas al tracto digestivo.