En el Día Mundial Mundial del Cáncer de Mama se hace más evidente aún la necesidad de reivindicar que se siga investigando para una de las enfermedades más prevalentes en las mujeres. La concienciación por la lucha contra esta patología cada vez más prevalente se ha arriesgado en la sociedad, sin embargo existe un pequeño colectivo de estos pacientes dados de lado: los hombres. El cáncer de mama en hombres es una realidad. Es cierto que de una incidencia baja (menos del 1% de los tumores mamarios), pero cuya presencia está aumentando, exactamente igual que lo que ocurre en las mujeres.
Al igual que en los casos femeninos, esta enfermedad desconocida parece estar relacionado con la exposición a radiaciones ionizantes y a situaciones de hiperestrogenismo como la cirrosis o el síndrome de Klinefelter (alteración cromosómica con un cromosoma femenino adicional "XXY", como explica a ConSalud.es la jefa de Patología Mamaria del Hospital Clínico San Carlos, María Herrero. “En mi práctica diaria, donde ahora nos estamos empezando a enfrentar a esa situación, es en los hombres que son portadores de mutaciones genéticas. Estamos empezando a hablar de los varones casi por eso”.
"Lo que más controversia causa entre los especialistas, es qué tipo de cirugía es la adecuada, porque hay muy pocos ensayos clínicos en el hombre sobre cualquier maniobra terapéutica”
La historia familiar de cáncer de mama femenino también puede influir, especialmente si existen mutaciones del gen BRCA2. Entre el 15-20% de los hombres con cáncer de mama tienen antecedentes familiares cercanos de esta enfermedad. De hecho, las hermanas e hijas de los pacientes con cáncer de mama tienen un riesgo dos a tres veces superior de padecer esta enfermedad. “Hay un gen de los dos que se asocian al cáncer de mama, que se da típicamente en varones. No es que lo tengan los varones, sino que las familias que son portadoras de esa mutación pues tienen como algo peculiar el cáncer de mama en hombres”, añade la doctora.
Por lo demás, la presentación clínica en el sexo masculino es similar al femenino, tal y como incide la especialista. “Básicamente, el tratamiento del cáncer de mama en el varón es parecidísimo al de la mujer. Solamente que, en cuanto al tratamiento de la axila, como suelen ser mamas muy pequeñas, no se suele hacer cirugía conservadora. Es decir, se suele quitar la mama entera”. En el hombre, por regla general, se suele optar por una cirugía más radical, porque para él la intervención no causa “el mismo efecto traumático”. Por lo demás, eso sí, no hay muchas diferencias. “El resto de los tratamientos, tanto hormonales como quimioterápicos, como el abordaje axilar, es el mismo”, detalla Herrero.
En cambio, se suele coger en estadios más avanzados, lo que puede influir en que la mortalidad sea más alta. “Ahora mismo”, analiza la médico, “lo que más controversia causa entre los especialistas, es qué tipo de cirugía es la adecuada, porque hay muy pocos ensayos clínicos en el hombre sobre cualquier maniobra terapéutica”. Bajo su punto de vista, “están muy desatendidos, porque toda la movilidad del cáncer de mama está enfocada a la mujer”.
Por eso, en un panorama en el que se está dando tanta importancia a la atención psicológica y emocional en los tratamientos oncológicos, considera, “el hombre está perdido”. Al igual que ocurre con el cáncer de próstata, “que también tiene mucha connotación hormonal como el de mama y se puede asociar, como una mujer cuando le quitan una mama, a un resentimiento de su sexualidad”. En este sentido, opina Herrero, existe una parte muy traumática, “que los puedan ver como bichos raros, porque mucha gente piensa que es imposible, que el hombre no tiene glándula mamaria”. Puede ser complicado, “que encima que tienes un cáncer, tienes una enfermedad ‘de mujeres’”.
“La glándula del hombre reacciona exactamente igual que la mujer. Lo que pasa es que tiene otra funcionalidad, no sirve para mamar, pero todo lo que a nosotros nos afecta, a ellos también”
LOS RETOS DE LA PREVENCIÓN
Como cualquier tipo de cáncer, la prevención es muy relevante, y, en este caso, también pasa por las mismas pautas que en el caso de las mujeres. Es decir, hábitos de vida saludables. Eso sí, en los varones es factor de riesgo “ciertas enfermedades del hígado o la ginecomastia, el desarrollo anómalo de la glándula mamaria”. Y la obesidad. “Igual que en el de la mujer, entre el 70 y el 80% de los cánceres son hormonales, y esto se asocia con la obesidad”. Lo que no existe todavía, porque para ello debería haber una prevalencia muy alta, es ni diagnóstico precoz ni mamografías periódicas.
Sobre la incidencia, “está aumentando proporcionalmente”, exactamente de la misma forma que ocurre en el cáncer de mama femenino. Esto ocurre porque la enfermedad está relacionada con “obesidad, contaminantes, dirruptores endocrinos, enfermedades de tiroides…”, resalta la doctora. En ese sentido, concluye, “la glándula del hombre reacciona exactamente igual que la mujer. Lo que pasa es que tiene otra funcionalidad, no sirve para mamar, pero todo lo que a nosotros nos afecta, a ellos también”.