El próximo 15 de marzo se celebra el 12ºDía Mundial del Sueño, un evento internacional organizado por la World Sleep Society (WSS), que reúne a investigadores, profesionales de la salud y pacientes con el objetivo de reconocer el importante impacto del sueño en la salud. En esta ocasión, la efeméride se celebra bajo el lema “Sueño saludable, envejecimiento saludable”, un enfoque que quiere hacer especial hincapié en la relación existente entre un buen sueño, la salud y la calidad de vida.
En ese sentido, desde la Sociedad Española de Sueño (SES), que impulsa los actos por el Día Mundial del Sueño en España, se destaca el papel del sueño como cuarto pilar de salud de los individuos y de las poblaciones. “Ya reconocemos la importancia de la alimentación (incluida la hidratación) o el ejercicio, pero el descanso se considera imprescindible para la salud física y mental. El sueño insuficiente o no reparador tiene importantes consecuencias en el bienestar del sujeto, en su rendimiento y a nivel orgánico”, sostiene la doctora Milagros Merino, miembro del comité científico de la SES.
La alimentación, la hidratación y el ejercicio físico están reconocidos como los tres pilares fundamentales de salud, y, según los expertos, el sueño sería el cuarto
Desde la World Sleep Society se insiste en la importancia del sueño como un factor clave para mejorar las probabilidades de tener una buena salud física, cognitiva y emocional en el futuro. En ese sentido, recuerdan la relación entre el sueño insuficiente y el riesgo de obesidad e hipertensión, deterioro cognitivo relacionado con la edad, problemas endocrino-metabólicos o de desarrollo, menor respuesta inmune y mayores tasas de depresión. Algunos estudios, incluso, han vinculado el sueño regular con un menor envejecimiento en la piel y con un mayor tono de los tejidos.
Investigaciones recientes como el PESA (Progression of Early Subclinical Atherosclerosis), coordinado por el cardiólogo Valentín Fuster, director general del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), han enfatizado también la relación entre el sueño y el riesgo cardiovascular. Según el mismo, las personas que duermen menos de seis horas al día tienen un riesgo un 27% superior de sufrir aterosclerosis, una acumulación de grasa y colesterol en las paredes de las arterias que se relaciona con el infarto de miocardio y con la angina de pecho. El riesgo sube incluso hasta el 34% cuando ese sueño es de mala calidad.
“Este estudio es muy importante porque señala la importancia de la duración del sueño en una cohorte muy amplia, formado por casi 4.000 sujetos, y porque, además, está firmado por prestigiosos investigadores como los doctores Valentín Fuster y José María Ordovás. No obstante, hay que añadir que esta es solo la última de las más de 4.000 referencias científicas encontradas sobre el tema en este último año”, señala la doctora Merino.
Mientras dormimos, el cerebro elimina las toxinas que se acumulan en él durante el día y que pueden acelerar su envejecimiento
Desde la SES, también destacan la relación existente entre el sueño de mala calidad y la salud cerebral. No en vano, estudios actuales muestran la importancia de la cantidad y la calidad del sueño para la salud del cerebro y para mantener las conexiones cerebrales en buen estado y a máximo rendimiento. Mientras dormimos, el cerebro elimina las toxinas que se acumulan en él durante el día y que, potencialmente, tienen capacidad para acelerar su envejecimiento. Un descanso inadecuado, sin embargo, propicia una acumulación excesiva en el cerebro de proteína beta-amiloide y una mala eliminación de residuos en esta área. La acumulación de proteína beta-amiloide es un hallazgo clásico de la enfermedad de alzhéimer.
“Existe una relación bidireccional entre el sueño y el Alzheimer”, sostiene la portavoz de la SES, que añade que hay evidencia de que los problemas de sueño (respiratorios o neurológicos) son más prevalentes en los trastornos neurodegenerativos. A su vez, se ha demostrado que la deficiencia de sueño “provoca un menor rendimiento cognitivo que, hasta en un 15% de los casos, ha sido identificado erróneamente como una enfermedad de Alzheimer”.
Para evitar los trastornos del sueño, los malos hábitos y conseguir un sueño de buena calidad en adultos, la World Association of Sleep Medicine (WASM), aconseja establecer un horario regular de sueño, evitar que las siestas excedan los 45 minutos, evitar la ingesta excesiva de alcohol al menos cuatro horas antes de acostarse, hacer ejercicio regularmente, pero no inmediatamente antes de acostarse, y reservar el dormitorio para dormir y evitar utilizarlo para trabajar u otras actividades lúdicas como ver la televisión, entre otros.