Según los últimos datos publicados por la Asociación Española de Bancos de Leche Humana (Aeblh), en 2021 se recogieron en España 13.621 litros de leche materna, consolidándose como el año histórico con más donación de leche materna desde 2009. Más de 3.726 bebés, en su mayoría prematuros o enfermos, fueron los beneficiarios de este alimento donado de forma altruista por madres de todo el país.
Concretamente, el receptor fundamental de esta leche son bebés prematuros, nacidos antes de las 34 semanas de gestación y con un peso inferior a 1.800 gramos. Estos niños tienen un mayor riesgo de tener complicaciones intestinales graves, por lo que la leche materna es su “medicina para sobrevivir”.
Verónica, Lidia y Nadia son tres madres jóvenes que por complicaciones durante el embarazo, sus hijos nacieron antes de tiempo y tuvieron que recibir leche materna donada para que los recién nacidos se alimentaran. Si para un niño a término y sano la leche de su madre es fundamental para su sistema inmunológico, en el caso de un niño prematuro va a tener una gran disminución en el riesgo de infecciones, enterocolitis necrotizante, enfermedad pulmonar crónica, sepsis de inicio tardío, retinopatía del prematuro y un largo etcétera.
"Aunque yo lo he pasado mal dándole el pecho a mi hija, a mi me compensa tanto la lactancia materna exclusiva como el poder ayudar a otros bebés"
El hijo de Verónica nació en la semana 31 pesando 1.200 gramos debido a que la madre padeció preeclampsia. “Yo estuve en la UCI y mi hijo estaba en la UCI neonatal porque nació con preeclampsia. Yo tenía claro que quería darle leche materna, pero a mí no me había subido, y cuando me subió yo llevaba días comiendo poco y no hacía suficiente leche. Al poco de nacer comenzaron a alimentarle con leche materna hasta que yo tuve la subida de la mía. Al principio complementábamos con la donación de leche; por el día se la daba yo, y por la noche le daban el biberón con la leche donada, porque al final de día mis pechos ya no producían leche. Estuvo casi una semana alimentándose con donación de leche. Realmente yo podía estar tranquila porque mi hijo se estaba alimentando”, cuenta.
Aunque la madre decidió tomar esta decisión cuando estaba en el box antes de entrar al quirófano, a raíz de que los médicos le aconsejara la leche materna, no fue fácil comenzar en este proceso. “Yo quería intentar darle mi leche a mi hijo y aunque los dos primeros días de nacer no pude verle porque estábamos en la UCI, cuando lo visité intenté darle el pecho pero no tenía suficiente leche y me puse a llorar porque no podía alimentar a mi hijo”. Ahora, el pequeño tiene 9 meses, sigue tomando leche del pecho de su madre y está perfectamente sano.
Muy parecido es el caso de Lidia. Su hijo nació prematuro hace 5 años. Tenía 31 semanas cuando le sacaron del vientre de su madre tras una cesárea. Al bebé aún le quedaban muchas semanas por nacer y no había pensado en la lactancia. “Cuando nació y estuvo en la incubadora yo no tenía leche aun. No sabía que existía la donación de leche en prematuros. Gracias a que me la explicaron, los primeros días estuvo con leche de otras mamás y en cuanto pude darle yo misma, el hospital me informó de cómo funcionaba el proceso de donación”.
"Lo hacía por un acto de agradecimiento, intentando devolver lo que alguien, que no me conocía de nada, había hecho algo por mi y por mi hijo"
A Nadia también le hicieron una cesárea programada y su hija nació a las 29 semanas de gestación y con un peso de 1.000 gramos. “En mi parto hubieron complicaciones y no pude ver a mi hija hasta el día siguiente. En ese momento, yo intentaba estimularme pero no me salía la leche, por lo que decidimos que le dieran leche materna donada. Le llegaron a dar dos o tres tomas para complementar la poca leche que me salía. Hasta el mes y medio no pude alimentarle completamente yo sola. Ahí fue cuando me planteé donar mi leche”.
Lo cierto es que, tras pasar por una experiencia así, Lidia y Nadia decidieron formar parte de ser unas madres más que donaban leche para otros bebés que lo necesitaran. “Lo hacía por un acto de agradecimiento, intentando devolver lo que alguien, que no me conocía de nada, había hecho algo por mi y por mi hijo. Te sientes muy llena de decir que puedes hacer algo por un niño que necesita leche”, explica Lidia.
Por su parte, Nadie se lo planteó durante un tiempo, pero al final el poder ayudar a otros bebés fue lo que la convenció. “Aunque yo lo he pasado mal dándole el pecho a mi hija, a mi me compensa tanto la lactancia materna exclusiva como el poder ayudar a otros bebés. Es sacrificado porque he llegado a donar 8 biberones de 125 ml al día, pero merece la pena”. Pese a esto, en su caso, su hija sigue tomando pecho y sigue donando la leche sobrante, pero Lidia tiene claro que si se le diera la oportunidad “volvería a hacerlo sin dudarlo”.