María, Adrián, Leire, o por ejemplo tu hermana, tu hijo o tu nieta. Los trastornos de conducta alimentaria (TCA) son una afección de salud mental que cada vez sufren más jóvenes. Tras la pandemia, los casos de TCA aumentaron y con ello la gravedad. El encierro, el miedo, la incertidumbre, la gestión de las emociones y la propia historia de cada persona ha llevado a una multiplicación de casos, solo en datos de la Asociación contra l’Anorèxia i la Bulimia (ACAB) en 2020 y 2021 se encontraron 5.000 casos, antes de la pandemia eran 2.000.
Un estudio publicado por la ACAB, y del que nos hicimos ya eco en este medio, señalaba que en el curso 2020-2021 el 41% de las adolescentes encuestadas han hecho dieta para adelgazar sin seguimiento médico. Y un 8,7% cree que puede estar sufriendo un TCA. Cifras que reflejan el impacto que la pandemia Covid-19 ha tenido en los más jóvenes. En la encuesta del curos 2019-20, la cifra de encuestados que afirmaron creer que tenían un TCA era de un 4,7%, lo que supone casi la mitad de lo que nos encontramos tras la pandemia.
"Debido a estas alteraciones alimentarias, se pueden desencadenar enfermedades físicas importantes y, en casos extremos, pueden llegar a provocar la muerte (siendo las causas más frecuentes el suicidio o la desnutrición)”
La anorexia, vigorexia, bulimia, trastorno por atracón u otros TCA con trastornos psicológicos graves que conllevan alteraciones de la conducta alimentaria. “La persona afectada muestra una fuerte preocupación en relación al peso, la imagen corporal y la alimentación, entre otros. Debido a estas alteraciones alimentarias, se pueden desencadenar enfermedades físicas importantes y, en casos extremos, pueden llegar a provocar la muerte (siendo las causas más frecuentes el suicidio o la desnutrición)”, señalan desde la ACAB.
Son patologías de origen y consecuencias multifactoriales que llevan a enfermedades físicas De esta forma, encontramos que hasta un 20% de los pacientes con anorexia nerviosa o bulimia nerviosa, que principalmente son mujeres, realizan intentos suicidas, según datos de la Dra. Marina Díaz Marsá, jefa de la Unidad de TCA del Hospital Clínico San Carlos y presidenta de la Sociedad de Psiquiatría, y que de las muertes que se dan, una de cada cinco son a causa de la decisión de quitarse la vida.
ATENCIÓN MULTIDISCIPLINAR EN EL TRASTORNO DE ATRACÓN
Entre los TCA más frecuentes encontramos el trastorno por atracón, que se estima que afecta a un 3-4% de la población, que se da principalmente en mujeres (80%), frente a hombres (20%), y con una edad superior a las pacientes con anorexia o bulimia, más allá de los 20 años y llegando personas de mediana edad.
El trastono por atracón puede producir complicaciones como aislamiento social, obesidad, depresión o consumo de drogas
Estos pacientes suelen consumir cantidades extraordinarias de alimentos por una convulsión tan fuerte que no pueden resistirse. En este caso, a diferencia de la bulimia, no se imponen el control del peso, por lo que no vomitan, ni practican ejercicio excesivo o usan laxantes. Y aunque se sienten avergonzados por comer en exceso y prometen no volver a hacerlo, no pueden evitarlo.
En muchos casos, este tipo de trastorno se da en mujeres de mediana edad que, preocupadas por su figura, han seguido dietas sin supervisión, y acababan desarrollando una necesidad de ingerir alimentos, principalmente los restringidos por las dietas (craving). También puede estar originados por un sentimiento de insatisfacción consigo misma, de autoestima o de gestión de las emociones que se refleja en este tipo de comportamiento; y problemas de adicción a la comida, un trastorno caracterizado por la necesidad de buscar y consumir compulsivamente determinados alimentos y que está presente en el 70% de los casos de trastorno por atracón.
Este trastorno tiene importantes complicaciones, ya que produce en los pacientes una mala calidad de vida, aislamiento social, obesidad, problemas para funcionar en el trabajo, obesidad y enfermedades relacionados con esta como son problemas en las articulaciones, enfermedad cardíaca, diabetes tipo 2, enfermedad por reflujo gastroesofágico, y algunos trastornos respiratorios relacionados con el sueño. Además, la salud mental se deteriora con trastornos como depresión, bipolaridad, ansiedad y consumo de drogas. De ahí la necesidad de contar con un abordaje multidisciplinar para su tratamiento.