Según la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), en 2020 se diagnosticaron 3.543 nuevos casos de cáncer de ovario en España y fallecieron por esta enfermedad 1.993 mujeres.
Resulta impactante que, aunque el cáncer de ovario solo represente el 3% de todos los tumores femeninos, es la cuarta causa de muerte por cáncer en la mujer y la primera por causa de origen ginecológico.
Como explica la doctora Isabel Rodríguez-Piñero, ginecóloga de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional, esta cifra tan elevada se debe a que no existe en el momento actual una herramienta eficaz para el screening del cáncer de ovario. “Produce síntomas muy poco específicos al inicio por lo que el 70-80% de las pacientes se diagnostican en estadios avanzados”.
Según la doctora Rodríguez-Piñero, un screening o cribado es una prueba que sirve para detectar una enfermedad en pacientes asintomáticos. “Las únicas pruebas de screening validadas en la actualidad para detección precoz de cáncer, son la citología en el cáncer de cérvix, la mamografía en el cáncer de mama y la sangre oculta en heces en el cáncer de colon”, indica.
Los síntomas que puede producir el cáncer de ovario son poco específico y muchas veces se confunden con otras patologías. Puede dar sintomatología digestiva, tipo distensión abdominal, reflujo gastroesofágico y dolor abdominal
A día de hoy no existe ninguna otra prueba en pacientes de bajo riesgo. “La ecografía transvaginales la primera prueba a realizar y de hecho es la que mejor rendimiento tiene. En caso de dudas, la resonancia magnética ayuda a mejorar la sensibilidad y especificidad, así como la tomografía axial computerizada (TAC) sirve para valorar la extensión de la enfermedad”, asevera la ginecóloga.
Los síntomas que puede producir el cáncer de ovario son poco específicos y muchas veces se confunden con otras patologías. De acuerdo a la doctora Isabel Rodríguez-Piñero, puede dar sintomatología digestiva, tipo distensión abdominal, reflujo gastroesofágico y dolor abdominal. O puede también dar sintomatología por compresión de órganos vecinos, como dificultad para realizar deposición o micción. “Ante la presencia de estos síntomas siempre hay que consultar a un profesional”, recomienda.
Hay que tener presente que cerca del 10% de los canceres de ovario son hereditarios, asociados a la mutación de unos genes llamados BRCA (1 y 2). “Tener este tipo de mutación aumenta el riesgo de padecer de cáncer de ovario, pero es importante destacar que no todas las mujeres portadoras de la mutación van a desarrollar un cáncer de ovario. El aumento de riesgo oscila entre un 39-44% en caso de BRCA1 y entorno al 11-17% en BRCA2”, destaca la doctora.
Existen otros factores como la edad avanzada, obesidad, nuliparidad o primer embarazo por encima de los 35 añosaumentan el riesgo de cáncer de ovario.
El tratamiento del cáncer de ovarios varía en función del estadio, el tipo de tumor y la edad de la paciente
Para la especialista de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional, las pruebas de imagen, junto con los marcadores tumorales, pueden darnos un diagnóstico de sospecha, pero siempre será necesaria una biopsia para obtener la anatomía patológica del tumor y poder hacer una estadificación y un tratamiento adecuado.
El tratamiento varía en función del estadio, el tipo de tumor y la edad de la paciente. “Por supuesto la decisión de tratamiento se toma por un equipo multidisciplinar que engloba ginecólogos, oncólogos, radiólogos, anatomopatólogos, etc.”, subraya la doctora.
En opinión de Rodríguez-Piñero, en estadios iniciales se realiza una histerectomía (extirpación del útero) con doble anexectomía (ambas trompas y ovarios), linfadenectomía pélvica y paraórtica (extirpación de los ganglios linfáticos) y toma de muestras de la cavidad abdominal. En estadios avanzados puede ser necesaria la extirpación de otros órganos afectados, como por ejemplo el bazo”, matiza la ginecóloga.