Si algo nos ha enseñado el cáncer es que detrás de cada proceso existe una historia. Es el caso de Manuela, una mujer que lleva luchando contra el cáncer de mama desde 2011.
La primera señal que le hizo encender la alarma fue un aborto de seis meses y, dos meses después, los conductos galactóforos le empezaron a sangrar. Tras los análisis pertinentes, las pruebas mostraban que lo que le producía ese inusual sangrado era un carcinoma con infiltración a los ganglios linfáticos.
“Cuando supe lo que tenía, yo pedí una segunda opinión. Era muy joven y lo primero que te dicen es que tienes cáncer y que hay que quitarte todo el pecho, pues me sentó como un jarro de agua fría”, explica. Concretamente, Manuela tuvo que esperar cuatro meses a que le dieran el diagnóstico: en febrero comenzó a sentirse mal, en junio le dijeron qué le pasaba y en agosto de ese mismo año ya entró a quirófano para realizarse una mastectomía en el Hospital de Ciudad Real.
En su comunidad, Castilla-La Mancha, le dieron varias posibilidades para extraerle las mamas, pero ella decidió hacerlo de forma inmediata. “La cirugía era más larga y es un poco más dolorosa, pero al menos sales con el pecho y no te ves tan mal”, asegura Manuela.
En otros casos, la reconstrucción de la mama se realiza en un momento distinto a la amputación de la misma, ya que según comentan desde la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE), “algunas mujeres no se sienten cómodas hablando de la reconstrucción mientras intentan adaptarse al hecho de haber sido diagnosticadas de un cáncer de mama; otras mujeres simplemente no desean más intervenciones que las estrictamente necesarias para curar la enfermedad. Otras veces, el empleo de técnicas más complejas de reconstrucción hace aconsejable retrasar la reconstrucción para no extender excesivamente la intervención”.
Si pusiéramos cifras, en España el índice de reconstrucción mamaria postmastectomía es del 30%. Los motivos del 70% de pacientes restantes son el miedo a las complicaciones y a la recuperación postoperatoria (31% de las pacientes) y en un 50,9% de los casos no sienten la necesidad de hacerlo.
LA RECONSTRUCCIÓN MAMARIA, GARANTIZADA EN TODA ESPAÑA
En España, la reconstrucción mamaria está garantizada por todas las comunidades autónomas, tanto de forma inmediata como de forma diferida. Aun así, cada comunidad tiene su lista de espera establecida, aunque la gran mayoría reconoce “a las pacientes que su reconstrucción se realice en un máximo de 180 días”, según confirma la Dra. Obdulia Cañadas Moreno, cirujano plástico y vocal de Seguridad de SECPRE y la Dra. Raquel Pérez Fernández, cirujano plástico miembro de SECPRE.
Sin embargo, “en ocasiones, como pasa con la reconstrucción diferida, es difícil cumplir estos plazos por el gran número de pacientes que hay en las listas de espera quirúrgica. La pandemia de la COVID-19, al suspender procedimientos quirúrgicos no urgentes, ha hecho que la demora quirúrgica haya aumentado en tiempo”.
No obstante, ya hay comunidades que a día de hoy intentan paliar este efecto de la pandemia, como es el caso de Andalucía: “Actualmente desde la Junta se están poniendo medios para dar soluciones a esta lista de espera de reconstrucción; por ejemplo, aumentando el número de quirófanos disponibles para realizar estas cirugías”, explican las doctoras.
"En ocasiones, como pasa con la reconstrucción diferida, es difícil cumplir estos plazos por el gran número de pacientes que había ya en las listas de espera quirúrgica"
Por su parte, el Dr. Jordi Prat Escayola, cirujano plástico y vocal de la Sociedad Catalana de SECPRE, asegura que en Cataluña, gracias a “un un estudio efectuado por nuestra Sociedad en julio de 2021, se vio que si en la reconstrucción inmediata se había avanzado mucho, cuando por el contrario la reconstrucción post mastectomía era diferida, una de cada tres pacientes esperaban de uno a dos años. Había una gran variabilidad entre los tiempos de lista de espera y los distintos hospitales de nuestro territorio”.
“Ello ha conllevado al anuncio de una orden que modificará el decreto antes de finales de año y que establecerá que desde que se introduzca en la lista de espera, habrá un tiempo garantizado de intervención de 180 días”, añade.
EL PROCESO SE REPITE
Después de esta primera experiencia, Manuela decidió realizarse una prueba genética porque en su familia “hay mucho cáncer de mama, aparte de otros relacionados como el ginecológico y el de ovarios”. El resultado fue positivo, algo que hizo que el año pasado le quitaran el otro pecho y se realizara otra reconstrucción inmediata.
Parecía que la historia se volvía a repetir, que tendría que pasar por lo mismo otra vez. Pero la realidad fue distinta y esta vez la “mala suerte” les acompañó, tal y como comenta. “Me quitaron el pecho también con reconstrucción inmediata. Lo que pasa es que se me necrosó y tuvieron que volverme a operar a los 15 días. Me volvieron a quitar la prótesis y en la segunda operación me pusieron una expansión y tuvieron que cortar mucha piel necrosada”. Hace apenas dos semanas que la volvieron a operar para quitarle esa expansión. Sin embargo, Manuela tiene claro que aunque no ha sido fácil llegar hasta donde está ahora, ha tenido “suerte”.