Cáncer de cérvix: “El abordaje conservador de la fertilidad es una opción importante”

Con motivo del Día Mundial para la Prevención del Cáncer de Cérvix o de cuello uterino, el Dr. Rodrigo Sánchez-Bayona relata el abordaje de esta enfermedad

Una mujer en consulta ginecológica para realizarse pruebas de cribado de cáncer de cérvix (Foto. Freepik)
Una mujer en consulta ginecológica para realizarse pruebas de cribado de cáncer de cérvix (Foto. Freepik)

Los avances en cáncer de cérvix o de cuello uterino son cada vez mayores gracias a la investigación y los cambios en el abordaje. En España “se suele diagnosticar en estadios tempranos, principalmente en el estadio I (alrededor del 70% de los casos se diagnostican en este estadio)”, explica a ConSalud.es el Dr. Rodrigo Sánchez-Bayona, secretario científico de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y oncólogo médico del Hospital 12 de Octubre de Madrid con motivo del Día Mundial de la prevención de este tumor.

Este cáncer está causado principalmente por infección por alguno de los virus oncogénicos de la familia del virus del papiloma humano (VPH), prevenible gracias a la vacunación. En España se diagnostican al año unos 2.000 casos de cáncer de cérvix, el cual constituirá en 2024 el tercer tumor ginecológico en incidencia y mortalidad, por detrás del de endometrio y ovario, según datos de la SEOM.

Estas pacientes presentan “preocupaciones sobre la sexualidad, la intimidad y la fertilidad. Las personas pueden preocuparse por cómo el cáncer afectará su vida sexual y sus relaciones íntimas, así como su capacidad para tener hijos en el futuro”

Un cáncer cuyo diagnóstico tiene un importante impacto en los pacientes. “Muchas personas experimentan una sensación de incredulidad o shock al recibir el diagnóstico de cáncer de cuello uterino”, explica el experto. El miedo al tumor, a la muerte, al dolor y a lo desconocido es común en estas pacientes, que también presentan “preocupaciones sobre la sexualidad, la intimidad y la fertilidad. Las personas pueden preocuparse por cómo el cáncer afectará su vida sexual y sus relaciones íntimas, así como su capacidad para tener hijos en el futuro”, matiza el Dr. Sánchez-Bayona.

PRESERVACIÓN DE LA FERTILIDAD

La cirugía es el principal tratamiento para los tumores de cuello uterino en etapas tempranas. La extirpación del tejido afectado puede afectar a una porción del cuello uterino, conización; a todo el útero, que sería extirpado a través de la histerectomía, o a útero, tejido circundante y ganglios linfáticos cercanos (histerectomía radical). Además de este tratamiento se administra radioterapia, ya sea externa o interna (braquiterapia), a menudo en combinación con la cirugía o como tratamiento principal, y la quimioterapua, bien como neoadyuvante, o bien como adyuvante con respecto a la itnervención quirúrgica.

En los casos avanzados, “la quimiorradioterapia concurrente combina la radioterapia con la quimioterapia para aumentar la efectividad del tratamiento, ya que la radiación puede hacer que las células cancerosas sean más sensibles a los efectos de los medicamentos quimioterapéuticos”, señala el experto. También se utiliza la inmunoterapia en estados avanzados, que se ha convertido en un nuevo estándar de tratamiento con beneficios en supervivencia libre de progresión y en supervivencia global.

Todos ellos son tratamientos que han llevado a incrementos de supervivencia libre de enfermedad y de supervivencia global a cinco años, pero que pueden conllevar secuelas en la fertilidad de la mujer, una situación que “puede tener un impacto emocional profundo en las pacientes, especialmente para aquellas que aún no han completado su deseo de tener hijos o que desean mantener la opción de la maternidad en el futuro”.

"Los tratamientos conservadores de fertilidad se consideran principalmente en casos de cáncer de cérvix en etapas tempranas y cuando el tumor es pequeño y localizado”

Ante esta realidad, en los últimos años, “los tratamientos conservadores de la fertilidad se han convertido en una opción importante para algunas pacientes con cáncer de cérvix que desean preservar su capacidad de tener hijos en el futuro”. En este sentido, los médicos ponen en marcha enfoques centrados en tratarlo de manera “efectiva mientras se intenta minimizar el impacto en la fertilidad de la paciente”.

En aquellos casos que así se pueda, se opta más por una conización que una histerectomía total, preservando así el útero y la fertilidad de la paciente. “Esta opción se considera principalmente en casos en etapas tempranas y cuando el tumor es pequeño y localizado”. En otros casos, explica el Dr. Sánchez-Bayona, “se puede utilizar la radioterapia focalizada, que se dirige específicamente al área afectada por el cáncer, para minimizar el daño a los tejidos circundantes, incluido el útero y los ovarios. Esto puede ayudar a preservar la función ovárica y la fertilidad de la paciente”.

Estos enfoques han de ser valorados por un equipo multidisciplinar formado por especialistas en oncología, fertilidad y salud reproductiva. Un grupo de profesionales que ha de equilibrar la conservación de la fertilidad con la necesidad de un tratamiento efectivo del cáncer. “Cada caso debe ser evaluado individualmente para determinar la mejor opción para la paciente, considerando factores como el estadio del cáncer, la edad de la paciente, sus deseos reproductivos y su salud general”, concluye el secretario científico de SEOM.

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