Big Data en asma: atención individualizada, predicción de exacerbaciones o mejora de adherencia

El asma es una patología respiratoria que si no se trata puede llevar a pérdida de la función respiratoria y al fallecimiento. Los avances tecnológicos como el Big Data están ayudando a su abordaje

Big data en medicina. (Foto: Freepik)

El asma afecta a un 5-7% de los adultos y hasta un 10% de los niños. Si no se trata, esta patología puede llevar a una pérdida de la función respiratoria y al fallecimiento: en 2019 se calcula que 461 mil personas fallecieron por su causa, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En los últimos años se ha trabajado mucho por controlar la enfermedad, reducir los síntomas y evitar las exacerbaciones. Un esfuerzo en el que el Big Data ha resultado ser una importante herramienta que ha cambiado el paradigma del abordaje de los pacientes.

Como señalan los investigadores Lourdes Prats y José Luis Izquierdo en la investigación ‘Patología respiratoria en la era del Big Data’ publicada en Archivos Respiratorios, el uso de esta tecnología “permite dejar atrás los modelos centrados en la respuesta media al tratamiento” y aproximarse a una “atención individualizada”. Una situación que facilita el abordaje de los pacientes en los que se ha observado múltiples alteraciones genéticas que varían dependiendo del paciente y que dificulta el conocimiento de su origen.

Dr. José Gregorio Soto: "El Big Data constituye una herramienta prometedora"

El Big Data constituye una herramienta “prometedora”, en palabras del Dr. José Gregorio Soto, coordinador del área de asma de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), quien hace referencia al estudio citado al añadir que “el análisis de grandes cantidades de datos no requiere la estratificación de los pacientes y es capaz de integrar información genética, biológica, medioambiental y fenotípica si se dispone de las herramientas computacionales necesarias para analizarlos”.

DEL PRONÓSTICO AL TRATAMIENTO

Actualmente, los avances tecnológicos buscan mejorar el pronóstico de los pacientes, disminuir la tasa de exacerbaciones o las complicaciones de la enfermedad, señalan los autores del estudio publicado en Archivos Respiratorios. En los últimos años se han desarrollado distintos modelos predictivos de las complicaciones del asma, como el que a partir de los intereses de búsqueda en Internet y datos de sensores ambientales predice la cantidad de visitas a urgencias por asma con una eficacia del 70%.

Otras investigaciones han hallado variables demográficas, clínicas y socioecológicas que permiten mejorar el diagnóstico precoz de esta patología

Otras investigaciones han hallado variables demográficas, clínicas y socioecológicas que permiten mejorar el diagnóstico precoz de esta patología. Una detección especialmente necesaria cuando el 50% de los pacientes está sin diagnóstico y no recibe el tratamiento necesario para reducir la inflamación de los bronquios y con ello disminuir la sensación de ahogo, la dificultad para respirar, la tos…

Se estima que un 4% de los pacientes sufren asma grave no controlada, según datos de la Guía Española para el manejo del Asma (GEMA). La falta de adherencia al tratamiento es un problema en esta patología grave que empeora el pronóstico de los pacientes. En los últimos años la monitorización permite mejorar el tratamiento con dispositivos electrónicos que permiten a los pacientes controlar su situación. Además, la alta capacidad de procesamiento de datos del Big Data permite evaluar de forma más rápida y sencilla la eficacia de los tratamientos y adaptarlos en los casos precisos.

Como señala el Dr. Soto, el Big Data supondrá mejoras en la calidad de la atención del paciente, la prevención y el diagnóstico del tratamiento de diversas enfermedades y la reducción de los costes de Sanidad. “En asma, la anticipación y la prevención de agudizaciones mejorará la calidad de vida y disminuirá los días de ingresos y asistencia a Urgencias del paciente”. Un nuevo paradigma de la medicina que ya se divisa cercano, concluye.

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