La pandemia provocada por el SARS-CoV-2 ha puesto de relieve las deficiencias de los sistemas sanitarios en la mayoría de pacientes. En los momentos más duros de esta crisis sanitaria global la prestación de los servicios de salud se ha visto colapsada por la atención de los pacientes con Covid-19, en detrimento del resto de patologías. El mundo afronta ahora una progresiva vuelta a la normalidad en la que comenzamos a ser conscientes de los verdaderos problemas que ha supuesto esta situación en términos como los retrasos en los nuevos diagnósticos, interrupción de tratamientos o aspectos como la paralización de programas tan importantes como los de inmunización de rutina.
Un escenario en el que la Atención Primaria desempeña un papel fundamental. Esta se erige como la puerta de acceso a los sistemas sanitarios y se ha visto duramente golpeada en estos dos años de pandemia, con los consiguientes perjuicios que la situación vivida ha tenido para los pacientes. Los profesionales de la Atención Primaria demandaban cambios y mejoras mucho antes de que el SARS-CoV-2 cambiase nuestras vidas por completo. Unas peticiones que, en muchos casos, no fueron atendidas y que ahora se han traducido en un problema mayor.
La pandemia ha supuesto un freno a los avances que los países estaban realizando hacia la cobertura sanitaria universal. Nos enfrentamos a una realidad en la que en las naciones en las que tradicionalmente los servicios de salud han sido accesibles y asequibles, resulta cada vez más complicado responder a las necesidades en materia de salud. La única vía para avanzar hacia la cobertura sanitaria universal pasa por el fortalecimiento de los sistemas de salud y, las inversiones en Atención Primaria, serán la piedra angular para lograr alcanzar los objetivos tal y como recuerda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La consecución de las metas fijadas en materia de cobertura sanitaria universal requiere de múltiples enfoques. Un camino en el que el enfoque en la Atención Primaria es crítico que debe centrarse en fortalecer los sistemas de salud para que las personas puedan acceder a los servicios asistenciales de una forma rápida y sencilla en sus entornos cotidianos.
"Como ha demostrado la pandemia, los países deben aumentar rápidamente sus intervenciones en funciones esenciales de salud pública. Esto requiere de acciones colectivas y solo pueden ser financiadas por los gobiernos o corren el riesgo de grandes brechas"
“Como ha demostrado la pandemia, los países deben aumentar rápidamente sus intervenciones en funciones esenciales de salud pública. Esto requiere de acciones colectivas y solo pueden ser financiadas por los gobiernos o corren el riesgo de grandes brechas. Esto incluye la formulación de políticas basadas en la evidencia y la comunicación, incluyendo la comunicación de riesgos y el alcance comunitario para empoderar a las personas y a las familias para que administren mejor sus propia salud, sistemas de información, análisis de datos y vigilancia, capacidad de laboratorio, regulación de productos de calidad y comportamientos saludables”, expone la OMS.
Dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) fijados por la ONU para 2030, el número tres corresponde a “Salud y Bienestar”. Este recalca que “garantizar una vida sana y promover el bienestar en todas las edades es esencial para el desarrollo sostenible”. Una meta en la que la Atención Primaria es fundamental.
Lograr cumplir las metas que implica el tercer ODS también es vital en términos de prevención ante futuras pandemias y nuevas enfermedades. Contar con sistemas de salud robustos en los que la puerta de acceso, la Atención Primaria, esté capacitada es el eje central para la preparación ante futuras crisis sanitarias.
“Fortalecer la Atención Primaria de la Salud es la prioridad entre nuestras prioridades, la Covid-19 ha subrayado la importancia de los esfuerzos sostenidos, y el año pasado solo ha magnificado la urgencia de nuestros compromisos y nuestra determinación de cumplirlos”
En este punto es necesario recordar las palabras de la OMS emitidas el pasado 12 de diciembre con motivo del Día Internacional de la Cobertura Sanitaria Universal: “No dejar a nadie atrás: invertir en sistemas de salud para todos”. Actualmente más del 50% de la población mundial no cuenta con acceso a cobertura médica, acceso a conocimiento o tecnología que les permitan obtener respuestas sobre sus necesidades en materia de salud. Un peligroso caldo de cultivo de cuyas consecuencias ya hemos sido testigos con la Covid-19 y de los riesgos que implica una enfermedad infecciosa de rápido alcance en el mundo globalizado e interconectado en el que vivimos.
Precisamente por estas razones la Atención Primaria se posicionó como uno de los aspectos fundamentales en la 71ª Sesión del Comité Regional de la OMS para Europa, celebrado el pasado mes de septiembre. Un punto de encuentro en el que ministros de salud, funcionarios gubernamentales, actores no estatales y expertos en salud se reunieron de forma virtual para, en vista de las lecciones aprendidas durante la pandemia, reiterar y reforzar los compromisos con el fortalecimiento de la Atención Primaria.
“Fortalecer la Atención Primaria de la Salud es la prioridad entre nuestras prioridades, la Covid-19 ha subrayado la importancia de los esfuerzos sostenidos, y el año pasado solo ha magnificado la urgencia de nuestros compromisos y nuestra determinación de cumplirlos”, aseveraba el doctor Hans Henri P. Kluge, director regional de la OMS para Europa.
“Hemos sido testigos de la entrega de la Atención Primaria en muchas formas y plataformas diferentes. Hemos visto que la Atención Primaria atiende las necesidades de los vulnerables y hemos observado la creación y el crecimiento de equipos multidisciplinares de trabajadores de la Atención Primaria. Ahora debemos centrarnos en invertir en la fuerza laboral, asignar recursos donde se necesitan y promover el liderazgo en todos los niveles”, añadía la doctora Natasha Azzopardi-Muscat, directora de la División de Políticas y Sistemas Nacionales de Salud.
Alrededor de 3.600 millones de personas en todo el mundo continúan sin disfrutar de una cobertura plena de servicios esenciales de salud. Ampliar las intervenciones en Atención Primaria en los países de medios y bajos ingresos podría salvar unos 60 millones de vidas y aumentar la esperanza de vida en 3,7 años para 2030. Lograr las metas fijadas en Atención Primaria requiere de una inversión adicional de entre 200.000 y 370.000 millones de dólares. La OMS recomendó en abril de 2021 a todos los países aumentar en un 1% la partida presupuestaria destinada a la Atención Primaria.