En España, el consumo de bebidas alcohólicas está muy normalizado debido a su elevado consumo, su producción y el arraigo social que existe en la cultura. Algo que no se tiene en cuenta es que es uno de los principales factores de riesgo de carga de enfermedad, además de ser una sustancia adictiva que puede ocasionar dependencia, a la vez que contribuye al desarrollo de múltiples problemas de salud y de lesiones.
El alcohol es, con diferencia, la sustancia psicoactiva más consumida por la población general en todas las edades. El consumo va descendiendo a medida que aumenta la edad, aunque el problema es especialmente preocupante entre las personas jóvenes y menores, que además son más vulnerables a sus efectos. Concretamente, el consumo de alcohol es el cuarto factor de riesgo de pérdida de salud (Años de Vida Ajustados por Discapacidad-AVAD) en nuestro país, ocupando la segunda posición en mujeres y la quinta en hombres, tal y como se desprende el Observatorio Español de las Drogas y las Adicción de 2021.
Además, esta sustancia produjo anualmente 15.489 muertes durante el periodo 2010-2017, el 74% en hombres y el 55,7% prematuras (antes de los 75 años). Es más, según la Encuesta sobre Alcohol y Drogas en población general en España EDADES 2019/2020, el consumo de alcohol está muy extendido también entre la población general de 15 a 64 años: el 93% de la población consumió alcohol alguna vez en su vida, el 77,2% durante el último año y el 63% durante el último mes, mientras que sólo un 8,8% declaró consumir a diario.
"La etiqueta del alcoholismo es una barrera importante para que el paciente pida ayuda y, por otro lado, la falta de conciencia que también es muy habitual"
Sin embargo, es complicado aceptar y reconocer cuándo realmente existe un problema con el alcohol. En parte, por el estigma que existe. “La etiqueta del alcoholismo es una barrera importante para que el paciente pida ayuda, y por otro lado, la falta de conciencia que también es muy habitual. Al paciente le cuesta reconocer que tiene un problema con el alcohol y hasta que, por ejemplo, la familia no se lo dice, le cuesta asumirlo”, explica el Dr. Francisco Arias, psicólogo del Hospital Universitario 12 de Octubre de la Comunidad de Madrid.
La realidad es que en la mayoría de los casos solo se establece un tratamiento para el alcoholismo “cuando ocurre un desastre". Por ejemplo, "cuando existe un problema legal o cuando son ingresados en la UVI. Hasta que no se caen en el pozo siguen aguantando”, asegura el psicólogo.
El 12 de Octubre tiene uno de los programas de mayor activad de la Comunidad de Madrid para acabar con la adicción al alcohol. “En nuestro programa tenemos a gente en los centros de salud mental y en el hospital. Existe un plan estructurado con dependencia al alcohol, en el que pueden mandar a los pacientes desde Atención Primaria o desde otras especialidades como ocurre con la especialidad de digestivo. También valoramos en el hospital a los que llegan por cirrosis hepática o hepatitis alcohólica. Lo que intentamos es captar a todos esos pacientes para que vayan al programa y así tener un seguimiento completo de ellos”, señala el Dr. Arias.
"Al paciente le cuesta reconocer que tiene un problema con el alcohol y hasta que, por ejemplo, la familia no se lo dice, le cuesta asumirlo"
Seguidamente, se hace una desintoxicación ambulatoria en un régimen hospital de día. Es decir, “vemos a los pacientes todos los días y luego se hace una programación de terapia ocupacional semanal. También le realizamos un seguimiento por psiquiatría muy estrecho durante mucho tiempo. Con esto, lo que intentamos es que poco a poco reconozcan el problema y vean cómo le afecta el consumo a la salud".
Desde entonces, la Unidad ha ido creciendo y se ha convertido en referencia. Dicho crecimiento en la atención a pacientes se debe no solo al incremento de medios que se ha producido en este ámbito a lo largo de estos años, sino también por el aumento de consumo de alcohol en los últimos tiempos.