La depresión en España se ha convertido en los últimos años en un importante problema de salud pública que supone al Estado una alta inversión en sanidad. Se trata de un trastorno mental que afecta a unos 300 millones de personas en el mundo. Además, es reconocida como la principal causa mundial de discapacidad.
Según los datos de la Encuesta Nacional de Salud de 2017, en nuestro país la depresión afecta más a las mujeres (9,2%) que a los hombres (4%). Asimismo, se ven más afectados aquellas personas que se encuentran en situación de desempleo (7,9%) que los que están trabajando (3,1%).
Con la llegada de la pandemia, los españoles han estado sometidos a una importante cantidad de cambios en la vida diaria y a la presencia de múltiples situaciones estresantes, lo que está teniendo un impacto mayor en la salud psicológica.
La depresión afecta más a las mujeres (9,2%) que a los hombres (4%)
Así lo demuestra un estudio “Malestar psicológico derivado de la COVID-19 en la segunda ola”, realizado por Sonae Sierra y el Consejo General de la Psicología de España (COP), que refleja que 1 de cada 4 españoles presenta síntomas relacionados con la depresión y 1 de cada 3, sintomatología relacionada con la ansiedad, como la tensión o la angustia.
Entre los síntomas relacionados con la depresión destacan, por ejemplo, tristeza permanente, pérdida de interés o placer en las actividades de la vida cotidiana (anhedonia), aislamiento, trastornos del sueño y del apetito, falta de concentración y sensación de cansancio.
En cualquier caso, los expertos insisten en que se requiere atención médica especializada para su oportuno diagnóstico y tratamiento.