En la infancia, las diarreas pueden ser frecuentes, generalmente debidas a infecciones víricas, aunque también pueden estar producidas por bacterias o parásitos. Por ello, los especialistas del servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Bizkaia ofrecen una serie de claves para reconocer y tratar la diarrea.
“Hablamos de diarrea cuando las deposiciones son blandas o líquidas, más abundantes y más frecuentes de lo habitual”, explica la doctora Raquel Fernández, especialista en Pediatría del Hospital Quirónsalud Bizkaia. Esta situación puede estar acompañada de dolor abdominal, fiebre o vómitos, y su duración es variable, aunque suele ser de unos pocos días.
Raquel Fernández: “Hablamos de diarrea cuando las deposiciones son blandas o líquidas, más abundantes y más frecuentes de lo habitual”
La diarrea puede acarrear complicaciones, especialmente si las deposiciones son abundantes, muy líquidas y frecuentes, dando lugar a casos de deshidratación. “Observar es fundamental. Cuando notamos que están decaídos, tienen mucha sed, orinan menos, tienen la boca está seca, lloran sin lágrimas o tienen los ojos hundidos, es señal de que están deshidratados", apunta la especialista en Pediatría.
La experta señala que es necesario acudir al médico en caso de que el niño vomite repetidas veces y no se consigue tolerancia o bebe muy poco, presenta signos de deshidratación, está muy decaído o con mal estado general y tiene excesiva sed.
En lo relativo al tratamiento, este consiste en la reposición de los líquidos y electrolitos perdidos por las heces (rehidratación) y mantener una nutrición adecuada. Desde el servicio de Pediatría del hospital de Bizkaia destacan que no se recomiendan fármacos para parar la diarrea ni antibióticos. “En caso de fiebre, se pueden tomar antitérmicos. Y, siempre con la supervisión de un especialista, valorar asociar probióticos, ya que algunos acortan la diarrea”, añade Raquel Fernández.
Los líquidos deben ser administrados con frecuencia, en especial tras cada deposición diarreica. “En casos leves puede tomar agua con frecuencia, que beba lo que quiera. En casos más intensos, con deposiciones líquidas abundantes, se recomiendan las soluciones de rehidratación oral, lo que conocemos como suero oral de farmacia”, explica la doctora Fernández.
Se desaconseja la ingesta de refrescos, zumos, bebidas isotónicas como Aquarius o sueros de preparación casera, conocida como limonada alcalina
Sin embargo, se desaconseja la ingesta de refrescos, zumos, bebidas isotónicas como Aquarius o sueros de preparación casera, conocida como limonada alcalina. Por otro lado, es adecuado que el niño coma, aunque suelen tener poco apetito. “Podemos ofrecerle la alimentación que vaya tolerando, siempre sin forzar, evitando comidas grasas o con mucho azúcar”, puntualizan desde Quirónsalud Bizkaia.
No es necesario hacer ayuno o restringir demasiado la alimentación, ni seguir ninguna dieta especial. En caso de que el niño vomite con facilidad, se puede comenzar con suero oral en pequeñas cantidades cada cinco minutos, aumentando progresivamente la cantidad según lo tolere. Cuando ya no vomite, se puede empezar a darle algo de comida, sin olvidar el aporte de líquidos.