La cronicidad en el VIH gracias a los importantes avances terapéuticos ha derivado en una nueva realidad, que obliga a dar respuesta a las necesidades actuales de los pacientes. Para lograr este objetivo la comunicación entre los profesionales sanitarios y las personas con VIH se presenta como una de las herramientas más esenciales y con mayor potencial. La complicidad entre ambas partes puede suponer un cambio en la calidad de vida de estos pacientes que siguen luchando contra el estigma que rodea a la infección.
La coordinación de los profesionales de las unidades de VIH, su perspectiva y también la de los pacientes, junto a las opciones de mejora en este ámbito, han protagonizado parte de un nuevo coloquio de ‘Diálogos en VIH’, organizado por Gilead.
La Dra. Roser Navarro, especialista de Medicina Interna de la Unidad de Infección de VIH del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid; la enfermera Mayte López, también de la Unidad de Infección de VIH de dicho hospital madrileño; e Iván Zaro, cofundador de la ONG Imagina Más, han valorado la importancia de la comunicación para establecer vínculos que permitan al paciente vivir la cronicidad desde la salud y el bienestar en todos los ámbitos de su vida.
“Los paradigmas del paciente con VIH han cambiado en los últimos años, tanto a nivel social como del propio tratamiento. Por ello, los profesionales tenemos que adaptarnos a esta nueva realidad y esto pasa por ver qué necesitan”
“Los paradigmas del paciente con VIH han cambiado en los últimos años, tanto a nivel social como del propio tratamiento. Por ello, los profesionales tenemos que adaptarnos a esta nueva realidad y esto pasa por ver qué necesitan. Y, en este sentido, las habilidades comunicativas y una buena coordinación son esenciales”, apunta la Dra. Navarro.
Para Iván Zaro es fundamental que se aborden esferas del paciente con VIH a las que antes no se prestaba tanta atención porque las prioridades eran otras. Es el caso, por ejemplo, de la salud mental. “Y algo, además, fundamental es luchar contra el estigma”, apunta. En estos momentos, “en las unidades de VIH los pacientes nos sentimos muy bien, podemos comunicarnos, lo que supone una ventaja a la hora de atender a otras áreas de la salud”, añade.
En esta línea, la enfermera Mayte López califica incluso “de oasis” a las unidades, ya que la persona con VIH se siente cómoda, abandona el estigma y habla de aspectos más personales, pero vinculados con su salud. “Hay momentos que parece que estamos en familia”, destaca Mayte.
Esta complicidad y coordinación en las unidades permite que la comunicación fluya en todas las direcciones, de profesional a profesional y de paciente a sanitario. Sin embargo, todavía hay margen de mejora: la coordinación con otros equipos.
“Las tendencias de comorbilidad del paciente VIH han cambiado. Ya sabemos que nuestros pacientes no se mueren de VIH, sino que tienen otras patologías (cardiovasculares, oncológicas, de salud mental…) y no podemos cerrar los ojos a que necesitamos que el resto de especialistas tengan una atención centralizada”, afirma la Dra. Navarro.
Zaro considera fundamental que haya una actualización en materia de estigma en otras especialidades y cambiar el modelo actual
En esta misma línea, se manifiesta Zaro: “Sentimos que otras especialidades están muy segmentadas”. Ante este contexto considera fundamental que haya una actualización en materia de estigma en otras especialidades y cambiar el modelo actual con una mayor comunicación entre diferentes áreas.
Pese al estigma social, incluso entre los profesionales sanitarios, Mayte López considera que se han dado importantes pasos estos últimos años. “En enfermería, por ejemplo, hemos hecho un cambio radical. Se propone a los pacientes otro tipo de seguimiento más allá de la consulta general para dar respuesta a determinados problemas que puedan surgirles. Se les ponen objetivos, se hacen propuestas y se facilita toda esa comunicación de manera presencial, por teléfono, correo electrónico…”.
Y en este camino la tecnología también puede jugar un papel importante, Iván se refiere así a la telemedicina. “Nosotros hemos iniciado un proyecto en el metaverso. Con unas gafas virtuales puedes sentirte cerca de tu médico o enfermera”, concluye el cofundador de la ONG Imagina Más.