La información es poder y la comunicación, la mejor herramienta de empoderamiento del paciente. Las unidades de VIH lo saben y, desde la primera consulta, informar se convierte en el principal recurso para sentar las bases de una buena adherencia terapéutica y control de la enfermedad. Además de ser el mejor antídoto contra el miedo y la inquietud que genera el diagnóstico inicial.
Para ello, “debemos adaptarnos al lenguaje que ellos necesitan”, explica para el espacio de ConSalud TV con la colaboración de Gilead, ‘Diálogos en VIH’, la especialista de la Unidad de VIH del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, María Jesús Vivancos.
Tras el diagnóstico y la primera visita, la cronicidad de la enfermedad precisa de un seguimiento y control en el que otros formatos como los PRO (Patient Reported Outcome) permiten medir la percepción que las personas que viven con VIH tienen de su salud. “Son herramientas que nos ayudan a explorar otros aspectos que el médico no tendría en cuenta en una consulta cotidiana”, apunta Vivancos. No obstante, el principal escollo, según la especialista, es “la falta de integración y simplificación”.
Ante estos nuevos retos, que van más allá de la indetectabilidad en el paciente, la enfermera de la consulta de Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal, Sara Martín Colmenarejo, señala que “vamos por el buen camino”. “Lo importante es centrarse en el paciente y no en la enfermedad”, subraya.