La infección VIH es una patología crónica que requiere un seguimiento en consulta. Tras años de control, los profesionales de las unidades de VIH se convierten prácticamente en médicos de cabecera de la enfermedad. “Realizamos un rol de acompañamiento con el paciente a lo largo de su vida que nos permite conocer aspectos más personales de su realidad”, señala la especialista de la Unidad de VIH del Hospital Universitario Ramón y Cajal, María Jesús Vivancos, en el espacio de ConSaludTV, en colaboración con Gilead, ‘Diálogos en VIH’.
Esta complicidad entre los profesionales sanitarios y el paciente es tan fuerte que incluso cuando acuden a otros especialistas “intentan avisarnos del tratamiento que les han puesto o contarnos la visita médica porque para ellos es importante y confían en nosotros”, añade.
Del mismo modo, la relación que se establece entre los profesionales de Enfermería de las unidades de VIH y sus pacientes es especial. “La forma de trabajar de enfermería en esta unidad es diferente a otras especialidades”, remarca Sara Martín Colmenarejo, enfermera de la consulta de Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal. “Tenemos un trato más cercano y accesible. Siempre que necesitan algo, nos visitan, nos llaman, nos escriben…, en ocasiones, incluso antes que ir a su médico de Atención Primaria. El sentimiento del paciente es de agradecimiento”, afirma.
Esta relación de confianza tiene como principal base la comunicación, la cual juega un papel importante en otros ámbitos vinculados a la enfermedad como la posibilidad de padecer ansiedad, insomnio, estrés, cefaleas, etcétera. Para ello, ambas profesionales coinciden en la importancia de preguntar activamente. “Cuando alguien te cuenta algún tema más de su esfera personal es porque ya se trata de un tema muy serio y con impacto en su vida. Por este motivo, es necesario que preguntemos. A veces solo es cuestión de modificar el tratamiento, resolver inquietudes o ayudarles con alguna actividad”, señala Vivancos.
Una comunicación activa y de calidad tiene también impacto en la adherencia al tratamiento. Vivancos, que califica a los actuales antirretrovirales de auténtico éxito, asegura que más del 97% de los usuarios de su consulta están controlados. Por tanto, considera que en estos momentos los mensajes deben dirigirse “no tanto a las mutaciones que pueden producirse por no tomarlos, sino a la posibilidad de transmitirlo a otra persona”.
Además, señala que el uso de otros sistemas puede facilitar la adherencia, sobre todo en aquellos pacientes a los que les cuesta ir al hospital. “Desde que empezó la Covid se puede dispensar el tratamiento a domicilio y esto ha mejorado el cumplimiento en esos casos”.
Por su parte, Martín Colmenarejo destaca el rol de Enfermería en las primeras visitas. “Desde el primer momento reforzamos la importancia de la buena adherencia al tratamiento farmacológico para la calidad de vida. De hecho, a mayor confianza entre ambos, mayor es el cumplimiento”, concluye.