El cáncer de mama, el más frecuente entre las mujeres, siguiéndole el cáncer de colon y recto. En España se diagnostican 35.000 nuevos casos cada año y lo acaba padeciendo una de cada ocho mujeres. La Dra. Carmen Pingarrón Santofimia, Jefa de Equipo de Ginecología del Hospital Quirónsalud San José, recuerda la importancia de la revisiones ginecológicas anuales, que permiten el diagnóstico precoz, lo que lleva a un mejor tratamiento y, por tanto, "a conseguir mayores tasas de supervivencia".
En los últimos años, recuerda la doctora Pingarrón, hemos avanzado mucho, realizando cirugías de mama cada vez más conservadoras, extirpando solamente el tumor y salvaguardando la mayor cantidad posible de tejido sano; en cuanto a los ganglios axilares, está generalizada la técnica del ganglio centinela, que consiste en localizar el primer ganglio donde irían las células cancerosas, desde la mama, y extirpar uno o dos ganglios, en lugar de hacer una linfadenectomia completa de axila. “Este procedimiento, obviamente, redunda en un menor número de complicaciones, en una mejora de la estética y en una mejor aceptación de la enfermedad por parte de la paciente”, subraya la especialista.
“Es cierto que la autoexploración mamaria no debe abandonarse, pero en sí misma no puede ser considerada como suficiente, sino que debe venir apoyada por lo métodos de imagen señalados”
A su vez, insiste en la importancia de las pruebas de imagen, como las mamografías, las ecografías de mama, la resonancia magnética, etc., que son las que llevan al diagnóstico más precoz. “Es cierto que la autoexploración mamaria no debe abandonarse, pero en sí misma no puede ser considerada como suficiente, sino que debe venir apoyada por lo métodos de imagen señalados”, continúa Carmen.
A través de la unión de expertos como ginecólogos, radiólogos, oncólogos, anatomopatólogos si tendrá el mejor enfoque, dándole una mejor orientación. Además comenta, “dar mucho apoyo psicológico a las pacientes, aportarles toda la nueva información que tenemos a nuestro alcance e incorporar a nuestras prácticas tradicionales todas las nuevas tecnologías, los test genéticos o los nuevos marcadores en sangre, que actúan como predictores del cáncer de mamá antes de que aparezca en las imágenes radiológicas, forman parte ya de las obligaciones de los facultativos”.