Ya estamos en plena resaca de las elecciones generales del 23 de julio, que han dejado un profundo panorama de incertidumbre en España al no haberse conseguido, todavía, formar nuevo gobierno. Mientras tanto, la situación de la Sanidad sigue sumida en una profunda crisis, y hasta que se sepa si los acuerdos entre los distintos partidos políticos salen adelante o finalmente hay que repetir elecciones, las asociaciones sanitarias españolas siguen transmitiendo a través de ConSalud.es sus reivindicaciones al próximo Gobierno que ocupe la Moncloa.
Una de estas asociaciones es FEDE, que representa a todos los diabéticos que padecen la enfermedad actualmente en España. Son, según revela la 10ª Edición del Atlas de la Diabetes elaborado por la Federación Internacional de Diabetes, aproximadamente 5,1 millones de adultos (1 de cada 7), lo que supone que el número de personas con diabetes en nuestro país ha incrementado en un 42% desde el 2019.
“Las personas con diabetes en general, y con diabetes tipo 2 en particular, son un colectivo muy diverso con necesidades específicas en función de su tratamiento. Para todas ellas, la educación y la formación diabetológica son imprescindibles, puesto que de ello depende una adecuada gestión de la patología y, por ende, de su nivel de calidad de vida”, señalan desde FEDE, a la cual pertenecen 18 federaciones autonómicas de personas con diabetes, que a su vez agrupan a 123 asociaciones de la misma índole.
"Las personas con diabetes son un colectivo muy diverso con necesidades específicas en función de su tratamiento"
Sin embargo, denuncian, los porcentajes de formación en diabetes del colectivo son muy bajos “y en la mayoría de los casos insuficientes”. “La Administración Pública no pone, ni a su disposición ni a la de los profesionales sanitarios de Atención Primaria que les atienden, los recursos necesarios para este adecuado control de la enfermedad”, añaden.
Es por ello que su principal demanda al nuevo -o no-Gobierno de España está enfocada, principalmente, en ese incremento de la formación que reciben tanto las personas con diabetes tipo 2 como sus familiares, “contemplando dentro de la educación diabetológica los diferentes pilares del tratamiento”. En este aspecto, FEDE también solicita a la Administración Pública apoyar la aprobación de cursos formativos sobre diabetes dirigidos a los especialistas de Atención Primaria.
Y es que, según destacan, “una adecuada y correcta educación diabetológica evidencia ahorro e inversión, y contribuye a reducir la presión asistencial derivada por el ingreso de pacientes por complicaciones de la patología”. “Se debe de concienciar a las autoridades públicas de la importancia de la implementación de planes de actuación a medio y largo plazo y de la toma de medidas en base a los resultados en salud”, defienden.
"Facilitar la participación de los representantes de las personas con diabetes y de los profesionales de Atención Primaria en las decisiones de la administración sanitaria"
Otras medidas por las que piden apostar son las que tienen que ver con la individualización del tratamiento de las personas con diabetes, “teniendo en cuenta que cada paciente necesita y requiere de unas soluciones y planteamientos concretos y personalizados”. Para conseguirlo, requieren sensibilizar a las autoridades sanitarias para la implantación sistemas de monitorización seguros, “para que pacientes y profesionales tengan a su alcance tratamientos eficaces y de calidad”.
De igual manera, solicitan contar con la opinión y perspectiva de los representantes de los pacientes en los Consejos Asesores de Diabetes de las comunidades autónomas con el objetivo de que sus planteamientos sean tenidos en cuenta, y facilitar la participación de los representantes de las personas con diabetes y de los profesionales de Atención Primaria en las decisiones que se tomen en los diferentes niveles de la administración sanitaria.
Por último, FEDE aboga por implementar medidas que sienten las bases de una telemedicina de calidad, “en la que se contemple tanto la formación en su uso de pacientes y familiares y de profesionales sanitarios como la inversión necesaria para su adecuada implementación”. “Apostemos por un Sistema Nacional de Salud del siglo XXI, centrado en la cronicidad y en una medicina preventiva y proactiva”, sentencian.