La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de que el número de personas con diabetes pasó de los 108 millones en el año 1980 a 422 millones en 2014. La prevalencia de esta enfermedad crónica continúa aumentando con preocupante incidencia en los países de medios y bajos ingresos. En el periodo comprendido entre los años 2000 y 2019 las tasas de mortalidad de la diabetes normalizadas por edades aumentaron un tres por ciento. Hablamos de una enfermedad que se erige como clara impulsora de discapacidades como la ceguera o la amputación de los miembros inferiores, así como de problemas de salud como la insuficiencia renal, el infarto de miocardio o los accidentes cerebrovasculares.
En esta fotografía conviene señalar a una de sus protagonistas: la diabetes tipo 2. Esta se produce debido a una utilización ineficaz de la insulina por parte de nuestro organismo. La OMS expone que más de un 95% de las personas con diabetes sufren el tipo 2, que se debe en gran medida al exceso de peso y la inactividad física. Las últimas estimaciones apuntan a que afecta a alrededor de 151 millones de personas en todo el mundo y se espera que la cifra se incremente hasta los 324 millones para el año 2030.
La evidencia científica relativa a los efectos negativos para la salud de la diabetes es creciente. Recientes estudios han puesto el foco en cómo esta condición de salud puede incrementar el riesgo de sufrir fracturas óseas, aunque los datos de los que se dispone ofrecen información contradictoria. Razón por la que un grupo de investigadores ha realizado un estudio de cohorte nacional en Suecia para investigar el riesgo de fractura en 580.127 pacientes con diabetes tipo 2 (edad media de 66,7 años; 43,6% mujeres), identificados a través del Registro Nacional de Diabetes. Los datos se recopilaron entre los años 2017 y 2017, con un seguimiento promedio de los pacientes de 6,6 años.
“La consideración de los factores de riesgo relacionados con la diabetes tipo 2 identificados podrían utilizarse para estratificar a los pacientes con diabetes tipo 2 según el riesgo de fractura”
Diversos estudios han concluido que la diabetes tipo 2 aumenta el riesgo de fractura de cadera hasta 1,13 veces en hombres y 1,34 veces en mujeres, mientras que el riesgo de fractura no vertebral se incremento en un 19% con los datos combinados por sexos. La mayor duración de la diabetes y el uso de insulina se han asociado con un mayor riesgo de fractura. En este sentido cabe señalar que el riesgo de fractura de cadera aumenta con la disminución de la densidad ósea mineral. Halamos de la fractura osteoporótica más grave y que con mayor frecuencia provoca un deterioro funcional, mayor riesgo de fracturas adicionales y una mayor morbilidad y mortalidad.
Los responsables del estudio evaluaron los resultados de fracturas, caídas con lesiones y muertes. Cualquier fractura se incluyó (excluidas solo las de cabeza y falanges). Las fracturas osteoporóticas mayores incluyeron fracturas de cadera, vértebras, húmero proximal, muñeca y pelvis. Se tuvieron en cuenta una gran cantidad de co-varaibles como la presencia de enfermedades subyacentes o el uso de medicamentos con impacto potencial tanto en la comorbilidad como en el riesgo de fractura.
El estudio identificó 69.089 (11,9%) pacientes con una caída con lesiones durante el periodo de seguimiento del estudio frente a las 57.952 (10%) registradas entre los controles. Cifras que se traducen en una tasa de incidencia de 20,1 por cada 1.000 personas. Los pacientes con diabetes tipo 2 tenían un riesgo significativamente mayor de sufrir caídas con lesiones.
“En conclusión, observamos solo un aumento marginal del riesgo de fractura por diabetes tipo 2. Una condición que explica menos del 0,1% del riesgo de fractura”, señalan los responsables de la investigación. “La consideración de los factores de riesgo relacionados con la diabetes tipo 2 identificados podrían utilizarse para estratificar a los pacientes con diabetes tipo 2 según el riesgo de fractura”.