La diabetes insípida es una afección por la cual los riñones son incapaces de evitar la eliminación de agua. Se trata de un trastorno raro que provoca un desequilibrio de líquidos en el cuerpo, pudiendo llegar a generar deshidratación rápida y provocar un incremento de la concentración de sodio en sangre y la muerte. No obstante, si se trata adecuadamente, no supone peligro, pero sí afecta en gran medida a la calidad de vida.
A pesar de que suena similiar, la diabetes insípida no tiene nada que ver con la conocida diabetes mellitus (DM). La DM es una enfermedad que se caracteriza por el aumento de la glucosa en sangre, mientras que la diabetes insípida (DI) es una afección poco frecuente relacionada con el desequilibrio de líquidos en el cuerpo, caracterizada por el aumento de eliminación de orina diluida.
“La diabetes insípida es una enfermedad producida por la ausencia de secreción o acción de la hormona antidiurética"
“La diabetes insípida es una enfermedad producida por la ausencia de secreción o acción de la hormona antidiurética. Sin embargo, la diabetes mellitus se produce por un déficit de insulina o una resistencia a la acción de la misma que conduce a un aumento de la glucosa en sangre”, explica para ConSalud.es la Dra. Elsa Fernández Rubio, del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Cruces, Barakaldo.
En condiciones normales, el hipotálamo se encarga de producir una hormona antidiurética, conocida también como hormona arginina vasopresina. Esta se reserva en la hipófisis, desde donde es liberada al torrente sanguíneo. La hormona se encarga de controlar y equilibrar el contenido de agua y sales del cuerpo, por lo que su actuación en los riñones incrementa la reabsorción de agua en estos y concentra la orina.
Aunque tanto los pacientes de DI como los de DM se caracterizan por tener sed constantemente y evacuación urinaria frecuente, las personas con DI presentan niveles de azúcar en sangre normales, pero sus riñones son incapaces de mantener el equilibrio de líquidos y sal en el organismo, debido a la ausencia de la hormona antidiurética.
Normalmente, los riñones de personas sanas filtran durante el día toda la sangre muchas veces. Durante este proceso, la mayor parte del agua se reabsorbe y solo se eliminan pequeñas cantidades de orina concentrada en relación con el volumen de sangre. La DI ocurre cuando los riñones no pueden concentrar la orina normalmente, y se elimina una gran cantidad de orina diluida.
De acuerdo con la doctora, “los síntomas más comunes son la poliuria, que implica orinar mucha cantidad, y la polidipsia, que consiste en tener mucha sed y beber mucha agua”. Ambos síntomas pueden hacer sospechar que una persona padece diabetes insípida. “Habitualmente se sospecha por la clínica que presenta la persona”. Esta situación repercute negativamente en la calidad de vida de los pacientes, que necesitan beber constantemente y, en consecuencia, ir al baño con frecuencia. Para evitar que la enfermedad se vuelva grave, es importante acudir a un profesional para que lleve a cabo un correcto diagnóstico.
Así, se somete al paciente a análisis especiales, que estimulan la secreción de hormona antidiurética en condiciones normales. “En función del tipo de diabetes insípida, puede ser necesaria una resonancia magnética del área hipofisaria”. Como explica la doctora, existen diferentes tipos de DI. “La DI puede ser central cuando ocurre por un déficit de la producción de hormona antidiurética a nivel de la glándula hipófisis. Por otro lado, puede ser nefrogénica, que se produce por una resistencia a la hormona antidiurética a nivel de los riñones”.
“En función del tipo de diabetes insípida, puede ser necesaria una resonancia magnética del área hipofisaria”
La DI central puede controlarse con vasopresina, que puede administrarse tanto por inyección como por aerosol nasal o tabletas. Sin embargo, la DI nefrogénica, puede estar causada por un medicamento, por lo que suspender la toma de este puede ayudar a restaurar el funcionamiento normal del riñón. Tras muchos años de usar ciertos medicamentos, la DI nefrogénica se puede volver permanente.
Finalmente, la doctora Fernández Rubio indica que se trata de una condición poco frecuente, puesto que “se reportan tres casos por cada 100.000 habitantes. Podríamos decir que el grupo de más alto riesgo son las personas intervenidas de un tumor en la glándula hipófisis”. Además de esto, también puede producirse por problemas genéticos, traumatismo craneal, infección en el cerebro, pérdida del riego sanguíneo a la hipófisis o tumores cerca de la hipófisis.