La creciente evidencia científica demuestra cómo un ambiente intrauterino adverso afecta de forma significativa al metabolismo adulto, la dinámica del sistema inmunológico y la función reproductiva del feto. En este sentido la glucosa se erige como uno de los principales componentes del entorno intrauterino materno. Atendiendo a esto un entorno intrauterino alto en glucosa puede ejercer efectos a largo plazo al alterar la impronta genética de la descendencia y las funciones y características morfológicas de la placenta.
Este es el punto de partida de un estudio publicado en JAMA Network que tiene como objetivo responder a la forma en la que los niveles de glucosa materna se asocian con el crecimiento intrauterino de la descendencia.
Con esta misión el estudio de cohorte ha utilizado datos de 4.574 mujeres embarazadas de Shanghái entre el 10 de abril de 2016 y el 30 de abril de 2018. El análisis estadístico se realizó entre el 25 de abril de 2020 y el 1 de octubre de 2021.
Se utilizó un modelo de trayectoria basado en grupos para clasificar los niveles de glucosa en ayuno y normales atendiendo a distintos niveles: trayectoria 1 (niveles de glucosa constantes normales en los tres trimestres de embarazo), trayectoria 2 (hiperglucemia solo al final del embarazo) y trayectoria 3 (hiperglucemia en los tres trimestres de embarazo). La diabetes gestacional se definió utilizando los resultados de una prueba de tolerancia a la glucosa oral.
"Las mujeres embarazadas que recibieron un diagnóstico de diabetes gestacional a mitad del embarazo o que tuvieron hiperglucemia en los tres trimestres mostraron una asociación con patrones de crecimiento fetal alterados incluido un aumento del peso fetal estimado que apareció antes de las 24 semanas de edad gestacional, aumento de peso al nacer y riesgo de gran tamaño"
La literatura científica revela que la diabetes gestacional afecta a más del 10% de los embarazos. Diversos estudios han demostrado que los niveles metabólicos de glucosa en sangre pueden estar asociados con el crecimiento y desarrollo durante periodos específicos del embarazo. Motivo por el que aumentar el conocimiento en este sentido es fundamental con el objetivo de establecer medidas oportunas que permitan prevenir el crecimiento fetal acelerado que, en el caso de las mujeres con diabetes gestacional, se inicia a partir de las 32 semanas.
Del total de la muestra, 4.121 mujeres embarazadas presentaron resultados en la prueba de tolerancia oral a la glucosa, de las que 3.746 tenían datos de trayectoria glucémica. Un total de 983 mujeres (23,8%) tenían diabetes gestacional. A lo largo del período de embarazo y en comparación con las mujeres sin diabetes gestacional o con mujeres en el grupo de trayectoria 1, las biometrías fetales para las mujeres con diabetes gestacional o para aquellas en el grupo de trayectoria 3 fueron significativamente más altas (excepto para el diámetro biparietal), con una incremento estimado de peso fetal en el grupo con diabetes gestacional y en el grupo trayectoria 3.
Las alteraciones biométricas fetales entre las mujeres con diabetes gestacional aparecieron antes de las 24 semanas de edad gestacional, con peso al nacer neonatal significativamente mayor que en el grupo sin diabetes gestacional con 40,4 gramos junto con un mayor riesgo de talla grande para la edad gestacional y macrosomía (tamaño corporal muy grande).
Sin embargo, las mujeres embarazadas en el grupo de trayectoria 2 manifestaron una biometría fetal significativamente reducida y la circunferencia abdominal aumentó significativamente después de las 34 semanas de edad gestacional.
“En este estudio de cohorte, las mujeres embarazadas que recibieron un diagnóstico de diabetes gestacional a mitad del embarazo o que tuvieron hiperglucemia en los tres trimestres mostraron una asociación con patrones de crecimiento fetal alterados incluido un aumento del peso fetal estimado que apareció antes de las 24 semanas de edad gestacional, aumento de peso al nacer y riesgo de gran tamaño para la edad gestacional y macrosomía”, concluyen los autores.