El cáncer se posiciona como una de las principales causas de muerte en todo el mundo, siendo el responsable en de casi diez millones de muertes en todo el mundo. El diagnóstico e inicio de tratamiento tempranos se consideran esenciales a la hora de mejorar los resultados. La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece en su guía orientada al diagnóstico precoz del cáncer considera el estadio en el momento del diagnóstico y la duración de los intervalos del paciente, el diagnóstico y el tratamiento como indicadores básicos para el diagnóstico y el tratamiento precoz. Estos intervalos describen la duración total del tiempo transcurrido en el camino hacia el tratamiento del cáncer sintomático de una forma que puede aplicarse a la práctica mayoría de los sistemas de atención médica y tipos de cáncer.
Cuando hablamos del intervalo del paciente lo hacemos del periodo que comprende el tiempo desde que comienzan a manifestarse los síntomas hasta la primera presentación identificable por un profesional de la salud. El intervalo de diagnóstico representa el tiempo que transcurre entre esa primer manifestación y del diagnóstico, mientras que el intervalo de tratamiento hace referencia al tiempo que va desde el momento en el que se produce el diagnóstico hasta el inicio del tratamiento. La duración de estos intervalos desempeña un papel crucial en las posibilidades de supervivencia de los pacientes y han sido analizados por un grupo de investigadores que han compartido sus resultados en la revista PLOS Medicine.
Por norma general se espera que la duración de un intervalo de forma prolongada se asocie con peores resultados como, por ejemplo, en aquellos casos en los que el diagnóstico se produce de forma tardía están asociados con una mayor mortalidad. “De acuerdo con esto, existe evidencia que sugiere que tiempos más cortos para el diagnóstico se asocian con mejores resultados en términos de estadio al momento del diagnóstico y supervivencia para el cáncer de mama, colorrectal, de cabeza y cuello, testicular y melanoma de piel, con una menor evidencia para los cánceres de páncreas, próstata y vejiga”, exponen los autores de la investigación en la referida publicación científica.
“Los intervalos de tratamiento más prolongados, incluso un retraso de solo cuatro semanas en la cirugía, el tratamiento sistémico y/o radioterapia, también se asocian con una mayor mortalidad para siete tipos de cáncer, incluidos los cánceres de vejiga, mama, colorrectal, cervical y de cabeza y cuello”
“Los intervalos de tratamiento más prolongados, incluso un retraso de solo cuatro semanas en la cirugía, el tratamiento sistémico y/o radioterapia, también se asocian con una mayor mortalidad para siete tipos de cáncer, incluidos los cánceres de vejiga, mama, colorrectal, cervical y de cabeza y cuello”, añaden.
Los autores de la investigación han desarrollado una revisión sistemática de estudios focalizados en los análisis de los distintos intervalos y que fueron publicados entre 2009 y 2022. Se incluyeron un total de 410 artículos que representan a 68 países y acumulan 5.537.594 pacientes. La mayoría de los estudios reportaron datos sobre países de altos ingresos, siendo tan solo 116 estudios (28%), pertenecientes a países de medios y bajos ingresos.
La mayoría de los trabajos se realizaron en pacientes con cáncer de mama, pulmón, colorrectal y de cabeza y cuello. En los estudios de países de ingresos altos, la media de los intervalos de pacientes combinados generalmente no superó un mes para la mayoría de los cánceres. Sin embargo, en las investigaciones procedentes de países de bajos ingresos, los intervalos entre pacientes fueron consistentemente de 1,5 a 4 veces más largos para casi todos los tipos de cáncer.
“Estos resultados revelan el alcance de las disparidades globales en el diagnóstico y tratamiento tempranos del cáncer. Se deben hacer esfuerzos para reducir los tiempos de búsqueda de ayuda para los síntomas del cáncer en los países de bajos ingresos. Las estimaciones de los intervalos de diagnóstico y tratamiento provienen principalmente de países de altos ingresos que cuentan con poderosos sistemas de información de salud para registrar dicha información”, concluyen.