Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) representan la tercera enfermedad crónica entre la población femenina adolescente de las sociedades desarrolladas. Por ello, los riesgos de sufrir TCA y la importancia de la nutrición desde edades tempranas,así como el aumento de alergia a las proteínas transportadoras de lípidos (LTP) han sido abordados en el marco del 18º Congreso de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap).
“En los últimos años se ha producido un alarmante aumento de los niños, niñas y adolescentes con TCA, sobre todo a raíz del confinamiento y la pandemia de COVID-19”, alertan la doctora Eva Escribano y la doctora Raquel Jiménez, pediatra responsable de la Unidad de Adolescentes y jefa de sección de Pediatría en el Hospital Universitario Niño Jesús de Madrid, respectivamente. Aseguran que existen algunos factores, que pueden actuar como "desencadenantes", como son “comentarios negativos acerca del físico o cambios vitales importantes (separación de los padres, estudios en el extranjero, situaciones de acoso, experiencia sexual no deseada, pubertad, etc)”.
"En los últimos años se ha producido un alarmante aumento de los niños, niñas y adolescentes con TCA, sobre todo a raíz del confinamiento y la pandemia de COVID-19"
Asimismo, las redes sociales influyen de manera notable entre los más jóvenes. Según una revisión de estudios realizada por la Universidad Oberta de Catalunya, “el uso de Instagram incrementa el riesgo de padecer Trastornos de Conducta Alimentaria”. En este sentido, la doctora Escribano y la doctora Jiménez explican que las redes sociales pueden influir “tanto por la exigencia que muestran de un estándar de belleza inalcanzable, como por la exposición a redes ‘proanorexia’ o ‘probulimia’”. Es por eso que “los padres tienen que hablar con sus hijos acerca de los contenidos en redes, de los riesgos que suponen y limitar el tiempo de exposición a las mismas, fomentando las relaciones interpersonales directas”.
“Los pediatras de Atención Primaria juegan un papel crucial en la identificación precoz de los TCA”, aseguran las doctoras del Hospital Universitario Niño Jesús. "Se encuentran en un lugar privilegiado para la detección precoz y seguimiento de los signos de alarma, lo que le permite intervenir en los primeros estadios del trastorno de alimentación". Sin embargo, no son los únicos profesionales sanitarios que intervienen en estos casos: "como mínimo debe incluir un profesional de salud mental que pueda brindar un tratamiento terapéutico específico", apuntan.
En cuanto al papel del Sistema Nacional de Salud para la detección y tratamiento de los TCA, Raquel Jiménez y Eva Escribano afirman que “es necesario mejorar la comunicación entre los distintos niveles asistenciales y la posibilidad de acceso a los dispositivos de salud mental (especialmente a nivel de los centros de salud mental de área). También señalan como crucial el “facilitar una intervención precoz y continuada del paciente por parte de los profesionales de salud mental; reforzar la formación de los pediatras para el abordaje de estos trastornos; y el desarrollo de más programas de prevención dirigidos a niños y adolescentes”.