De acuerdo con un estudio publicado en "The Lancet Haematology", una cuarta parte de la población mundial padece anemia. Solo en 2021, casi 2.000 millones de personas se vieron afectadas por ella, y los casos continúan en aumento entre mujeres, embarazadas y niños menores de cinco años. Sin embargo, los casos descienden entre los hombres.
El estudio, que ha registrado un aumento de 420 millones de casos en tres décadas en el África subsahariana y el sur de Asia, abarca 30 años de datos mundiales sobre la anemia (1990-2021). La investigación ha sido realizada por el Instituto de Métrica y Evaluación Sanitarias (IHME), en Estados Unidos, y sus colaboradores en el estudio Global Burden of Disease sobre la anemia, y ofrece un panorama complejo de cómo varios factores clave influyen en la divergencia de las historias de éxito entre hombres, mujeres y niños.
"A partir de este estudio de 30 años, sabemos que el panorama mundial en torno a la anemia ha mejorado, pero sigue habiendo grandes disparidades cuando se estrecha el foco en la geografía, el género y la edad --apunta el doctor Nick Kassebaum, autor principal del estudio, jefe del equipo de Salud Neonatal e Infantil del IHME y catedrático de Anestesiología de la Universidad de Washington--. Modelizamos 37 causas subyacentes de la anemia. Es muy importante que los médicos traten estas causas paralelamente a la anemia en sí. Esperamos que utilicen estos datos para diseñar planes de intervención y tratamiento más completos, especialmente para los más vulnerables: mujeres en edad reproductiva, niños y ancianos".
Nick Kassebaum: "Sabemos que el panorama mundial en torno a la anemia ha mejorado, pero sigue habiendo grandes disparidades cuando se estrecha el foco en la geografía, el género y la edad"
A nivel mundial, en 2021, el 31,2% de las mujeres tenían anemia, frente al 17,5% de los hombres. La diferencia de género era más pronunciada durante los años reproductivos, entre los 15 y los 49 años. En este grupo de edad, la prevalencia de la anemia en las mujeres era del 33,7% frente al 11,3% en los hombres.
"A lo largo de los años, se ha prestado mucha atención a la reducción de la anemia en todo el mundo, pero, como grupo, las mujeres y los niños son los que menos han progresado --afirma Will Gardner, investigador del IHME y autor principal del trabajo--. Se trata de una situación llena de matices que gira en torno al acceso a la nutrición, la situación socioeconómica, la necesidad insatisfecha de anticonceptivos y la capacidad de identificar y tratar las causas subyacentes de la anemia".
Añade que, según sus datos, "un grupo -los hombres adultos- ha salido mucho mejor parado que otros dos grupos, las mujeres (de 15 a 49 años) y los niños menores de cinco años. Esto habla de la necesidad de un cambio hacia enfoques multisectoriales y una mayor concienciación cultural para garantizar que las mujeres y los niños no se queden atrás".
La principal causa de anemia en 2021 fue la carencia de hierro en la dieta, que constituyó el 66,2% del total de casos de anemia, con 825 millones de mujeres y 444 millones de hombres afectados en todo el mundo. La ingesta inadecuada de hierro puede haber sido la causa más común, pero muchas otras condiciones son los principales impulsores de la anemia.
El estudio descubrió que los trastornos ginecológicos y las hemorragias maternas contribuían de forma importante a la carga de anemia entre las mujeres en edad reproductiva. En el caso de los niños menores de cinco años, la principal causa era la carencia de hierro en la dieta, pero las hemoglobinopatías, otras enfermedades infecciosas, el VIH o SIDA y el paludismo también contribuían de forma importante en las zonas geográficas donde estas enfermedades son prevalentes.
"La anemia se manifiesta de forma diferente según el grupo que la padezca. En el caso de los niños, la puede afectar al desarrollo cerebral y a la cognición, por lo que el tratamiento y la gestión tempranos son cruciales. Esto puede significar acceder a alimentos ricos en nutrientes de alta calidad y/o recibir tratamiento para las infecciones parasitarias y la malaria", explica la doctora Theresa McHugh, redactora científica del IHME que se centra en la salud neonatal e infantil.
"Para muchas mujeres jóvenes y niñas, existe un vacío educativo sobre la pérdida de sangre durante la menstruación, opciones inadecuadas para manejar eficazmente los problemas menstruales en aquellas que los tienen, y no hay suficiente conocimiento sobre cómo manejar y/o revertir la anemia cuando se presenta --prosigue--. Sabemos que la anemia puede afectar a la salud mental porque la debilidad y la fatiga asociadas pueden interferir en las actividades deseadas".
La anemia se asocia a mayores tasas de ansiedad y depresión y a mayores tasas de parto prematuro, hemorragia posparto, bajo peso al nacer, gestación corta, mortinatalidad e infecciones
Estudios anteriores han demostrado que la anemia se asocia a mayores tasas de ansiedad y depresión y a mayores tasas de parto prematuro, hemorragia posparto, bajo peso al nacer, gestación corta, mortinatalidad e infecciones tanto para el niño como para la madre.
La investigación muestra que el África subsahariana y el sur de Asia son las regiones que se enfrentan actualmente a la mayor carga. En 2021, África subsahariana occidental (47,4%), Asia meridional (35,7%) y África subsahariana central (35,7%) tenían la mayor prevalencia de anemia. Las regiones con menos anemia son Australasia (5,7%), Europa Occidental (6%) y Norteamérica (6,8%).
Así, los países con mayor anemia son Mali, Zambia y Togo (cada uno tenía más de un 50% de carga de anemia), mientras que los países con menor tasa son Islandia, Noruega y Mónaco (cada uno tenía una carga de anemia menos del 5%).
La variación regional en la distribución de la enfermedad también se reflejó en la carga de anemia por causas específicas. Por ejemplo, el VIH/SIDA fue el segundo factor que más contribuyó a la carga en el África subsahariana meridional. La anemia debida a la malaria fue más prominente en las regiones de África subsahariana central, oriental y occidental.