La reducción del consumo de bebidas energéticas está siendo una de las grandes batallas para muchas comunidades autónomas en nuestro país. Igualmente, desde ministerios como el de Juventud e Infancia, se ha hecho hincapié en la necesidad de llevar a cabo medidas para reducir este consumo. La ministra de este departamento, Sira Rego, aseguraba en este sentido que “garantizar la salud de nuestros niños es un elemento de máxima preocupación”. No en vano, la población más joven es también la que más consume este tipo de productos.
Es por ello que, desde el Ministerio de Sanidad, se han dado a conocer los datos más recientes sobre el alcance que está teniendo realmente este consumo. Las cifras son claras en este sentido: la prevalencia de consumo ha ido aumentando con los años y, asociada además al alcohol, trae también problemas como el policonsumo. Más concretamente, la prevalencia total de bebidas energéticas se situaría en un 14,2%. En hombres, además, es notablemente más alta con un 17,1% frente al 11,2% de las mujeres.
Así, los hombres, especialmente los más jóvenes, son quienes más consumen estas bebidas. Es el tramo de edad de los 15 a los 24 años el que mayor prevalencia presenta con un 37,6%, que asciende al 42,8% en el caso de los varones mientras que ellas presentan un 32,1%. También encontramos una alta prevalencia en el grupo de edad de entre 25 y 34 años con un 21,9% (26,3 y 17,5%). En edades más altas esta prevalencia iría bajando hasta el 10,9% en personas de entre 35 y 44 años; 6,3% en el grupo de 45 a 54; y 3,5% en el de 55 a 64.
La prevalencia total de bebidas energéticas se situaría en un 14,2%
Este consumo además no preocupa por sí solo. Y es que vemos hay una asociación entre el consumo de bebidas energéticas y el consumo de alcohol, pues en ocasiones se consumen mezcladas. Así, la prevalencia de quienes combinan estas bebidas con alcohol llega al 25,8%, siendo los hombres quienes más lo hacen (27,8% frente a un 22,8% en mujeres).
Además, al igual que ocurre con el consumo de bebidas energéticas en general, este otro tipo de consumo también es más alto en los más jóvenes. La prevalencia más elevada la presentan las personas de entre 15 y 24 años, con un 32,3% en total. En este caso concreto la prevalencia no varía apenas entre hombres y mujeres. El segundo grupo de edad que más mezcla el alcohol con las bebidas energéticas es el de las personas de entre 25 y 34 años, que alcanzan un 24,7% de prevalencia (26,6% en hombres y 21,8% en mujeres).
Tanto este tipo de consumo como el consumo convencional de bebidas energéticas ha ido aumentando con el paso de los años. Por ejemplo, en cuanto a las bebidas energéticas por sí solas, si en 2015 la prevalencia era de un 10,9%, en 2018 ya llegaba al 11,6%. En 2020 tendríamos un 12,3% y finalmente en 2022 un 14,2%. En el caso de bebidas energéticas mezcladas con alcohol, se ha pasado del 2,8% de 2015 a un 3,6% en 2022.
El consumo de bebidas energéticas ha ido aumentando con el paso de los años
Pero, además, las personas que beben este tipo de bebidas mezcladas con el alcohol también presentan una mayor prevalencia en el consumo de otras sustancias psicoactivas. Por ejemplo, si la prevalencia en consumo de tabaco es de un 49% en quienes sólo toman bebidas, se llega al 67% en quienes las combinan con alcohol. Otro ejemplo es el cannabis, en el que se pasa de un 22,6% a un 41,4%; o el Binge drinking, en el que la diferencia es de un 28,8% a un 55,8%.
De hecho, no hay ninguna persona en este estudio que consuma bebidas energéticas con alcohol y que no haya tomado ninguna otra sustancia (la prevalencia aquí es de un 0%). Por el lado contrario, en el caso de personas que hayan consumido hasta tres o más sustancias, tenemos un 69,5% de prevalencia en quienes consumen bebidas energéticas mezcladas por alcohol.
Finalmente, se observan en el informe algunas diferencias de consumo por comunidades autónomas. Y es que casi la mitad de la población en Melilla las consume (42,8%). Le siguen Ceuta (29,2%) y Canarias (28,9%). En el caso contrario, las comunidades en las que menos prevalencia se identifica serían Asturias (5,3%); País Vasco (6,2%); y Castilla y León (9,7%). El resto de territorios en España superaría ya el 10% en la prevalencia de este consumo.