El estrés laboral es uno de los problemas de salud más frecuentes entre los trabajadores y tiene un impacto notable en nuestra salud, tanto en la física como en la emocional. Problemas cardíacos, dermatológicos, alteraciones digestivas, afectación del sistema inmune y circulatorio, ansiedad, cambios en el estado de ánimo o dificultad para dormir, son algunas de las consecuencias de que el estrés se convierta en parte de nuestro día a día.
Tal y como informa la psicóloga de BluaU de Sanitas, Margarita Carrasco, "los niveles altos de estrés elevan el cortisol, una hormona que, si bien a corto plazo contribuye a una mayor concentración y nos mantiene alerta, a largo plazo puede ser perjudicial ya que afecta al funcionamiento del organismo y, por tanto, termina debilitándolo a nivel físico y emocional, mermando nuestras capacidades cognitivas".
Es por ello que Sanitas explica que, para lograr reducir el estrés es importante conocer las herramientas que ayudan a mantener un equilibrio emocional adecuado. “Entre las principales estrategias de afrontamiento se encuentran la práctica de ejercicio físico, mantener un estilo de vida saludable, realizar ejercicios de relajación o poner en práctica la meditación. Estas prácticas pueden contrarrestar los efectos del estrés en nuestro día a día, pero si queremos mejorar la situación a largo plazo, es importante asegurar tiempos de descanso físico y mental. Estos espacios de desconexión son una manera de alejarse de la fuente de estrés que contribuirán a mantener la productividad en el trabajo, la motivación y, sobre todo, a cuidar tanto nuestra salud fisica como la mental”, apunta Carrasco.
Una buena manera de alejarse del origen del estrés relacionado con el trabajo es hacerlo también físicamente
"Por este motivo, la llegada del verano y del periodo vacacional más extenso del año, es la mejor oportunidad para reponernos de los daños ocasionados por el estrés y aumentar el tiempo que invertimos en nuestro autocuidado personal", asegura Sanitas. Con todo, desconectar no siempre es fácil, por lo que Margarita Carrasco expone las siguientes recomendaciones:
- Deja tus tareas laborales organizadas antes de las vacaciones. Para poder disfrutar de los días libres con tranquilidad, es importante que dejes el trabajo organizado antes de comenzar tus vacaciones, ya sea acabando las tareas pendientes, y si esto no fuera posible, delegando estas tareas en otros compañeros. Desconectar de las obligaciones laborales por un tiempo, te va a permitir conectar más con tu vida personal, y reducir, por tanto, las preocupaciones y la ansiedad relacionadas con el trabajo.
- Rompe con la rutina. Una buena manera de alejarse del origen del estrés relacionado con el trabajo es hacerlo también físicamente. Variar las rutinas que tenemos durante la mayor parte del año, ya sea viajando, viviendo nuevas experiencias, o realizando actividades distintas, ayuda a la mente a desconectar y a dejar a un lado las preocupaciones cotidianas. Son muchas las actividades que permiten romper con la situación de estrés y, por tanto, alejarse de él.
- Realiza actividades agradables. La conciliación entre la vida laboral y la personal no suele ser una tarea fácil durante el año. Por este motivo, las vacaciones de verano son una oportunidad para realizar actividades que te resulten agradables y que te ayuden con la generación de endorfinas. La práctica de estas actividades nos obliga a desplazar la atención de los problemas psicológicos, y nos permite el descanso y la recuperación de la actividad mental. Además, si estas actividades las podemos realizar con otras personas, el beneficio psicológico será mayor, puesto que contar con vínculos a nivel emocional resulta una fuente de ayuda a nivel psicológico.
- Practica Détox digital. Alejarse de las pantallas es la mejor manera de descansar, sobre todo a nivel mental. Desactivar las alertas del correo electrónico, silenciar grupos del trabajo, apagar el móvil y, por supuesto, no contestar llamadas de trabajo, son pautas imprescindibles para conseguir una desconexión completa. Una buena salud depende del equilibrio entre la salud física y la mental. Por ello, el verano es la oportunidad perfecta para cuidar de ambos aspectos del bienestar personal. Descansar durante esta época es clave para garantizar una vuelta a la rutina productiva.