Derrotar a la meningitis: estos son los pilares de la hoja de ruta diseñada por la OMS

La meningitis es una enfermedad mortal y debilitante; golpea rápidamente, conlleva graves consecuencias sanitarias, económicas y sociales, y afecta a personas de todas las edades y en todos los países del mundo.

Meningitis (Foto. Freepik)

Derrotar a la meningitis. Este es uno de los objetivos fijado para 2030 por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La meningitis (causada por la inflamación de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal, debida generalmente a infecciones bacterianas y virales) es una enfermedad mortal y debilitante; golpea rápidamente, conlleva graves consecuencias sanitarias, económicas y sociales, y afecta a personas de todas las edades y en todos los países del mundo.

La meningitis bacteriana (una de las formas más mortíferas y discapacitantes de esta enfermedad) puede provocar epidemias, ocasionar la muerte en 24 horas y dejar a una de cada cinco personas afectadas, con discapacidad permanente después de la infección. Muchos casos de meningitis y defunciones conexas son prevenibles mediante vacunación, pero los progresos para derrotar a la meningitis están rezagados respecto de otras enfermedades prevenibles mediante vacunación.

Motivos por los que en mayo de 2017 más de 50 representantes de gobiernos, organizaciones sanitarias mundiales, organismos de salud pública, círculos académicos, el sector privado y la sociedad civil realizaron un llamamiento en pos de una visión global para acabar con la meningitis, una de las grandes amenazas en materia de salud pública. La OMS respondió al llamamiento a la acción y, junto con asociados y expertos mundiales dedicados a la prevención y el control de la meningitis, desarrollaron una hoja de ruta cuyo objetivo principal se focaliza en derrotar a la meningitis para 2030.

PRINCIPALES OBJETIVOS

La primera hoja de ruta mundial relativa a la meningitis establece, tal y como explica la OMS a través de un extenso documento del que se extraen las principales líneas en este texto, un plan para hacer frente a las principales causas de la meningitis bacteriana aguda (meningococo, neumococo, Haemophilus influenzae y estreptococos del grupo B). Los tres objetivos son:

  1. Eliminar las epidemias de meningitis bacteriana.
  2. Reducir el número de casos y defunciones por meningitis bacteriana prevenible mediante vacunación.
  3. Reducir la discapacidad y mejorar la calidad de vida después de una meningitis debida a cualquier causa.

Con el objetivo de alcanzarlos, el documento elaborado por la OMS detalla una serie de objetivos estratégicos, actividades esenciales e hitos, en el marco de cinco pilares:

  • Prevención y control de epidemias.
  • Diagnóstico y tratamiento.
  • Vigilancia de enfermedades.
  • Apoyo y atención para las personas afectadas por meningitis.
  • Promoción y compromiso.

En el caso de la prevención y el control de epidemias, las principales metas se centran en conseguir una mayor cobertura vacunal entre la población, desarrollar nuevas vacunas, mejorar las estrategias de prevención y asegurar una respuesta más eficaz a las epidemias de meningitis. Los objetivos en lo concerniente a diagnósticos y tratamiento se centran en la rápida confirmación y la óptima atención de pacientes con meningitis bacteriana aguda. La vigilancia mundial mejorada, basada en sistemas nacionales de vigilancia eficaces, se erige como vital para orientar las medidas de prevención y control de la meningitis, documentar los efectos de las vacunas y mejorar de esta forma las estimaciones de la carga de morbilidad, en particular las secuelas de la meningitis.

En términos de apoyo y atención a personas afectadas por meningitis, el enfoque se centra en el acceso a la atención para facilitar el diagnóstico precoz y el tratamiento, la gestión mejorada de las secuelas y la prestación de apoyo, en particular la rehabilitación.

En cuanto a la promoción y el compromiso, el objetivo consiste en asegurar la prioridad de la hoja de ruta y su integración en los planes nacionales; asegurar una alta sensibilización respecto de la meningitis y sus efectos en la población, así como un compromiso con el acceso equitativo a servicios de prevención de la meningitis y al tratamiento y apoyo para todos los afectados por esta enfermedad.

“La hoja de ruta reforzará iniciativas más amplias con las que se combinará, por ejemplo, las orientadas a fortalecer la atención primaria de salud y los sistemas de salud; aumentar la cobertura de inmunización; mejorar la seguridad sanitaria mundial; luchar contra la resistencia a los antimicrobianos y promover los derechos de las personas con discapacidad"

“La hoja de ruta reforzará iniciativas más amplias con las que se combinará, por ejemplo, las orientadas a fortalecer la atención primaria de salud y los sistemas de salud; aumentar la cobertura de inmunización; mejorar la seguridad sanitaria mundial; luchar contra la resistencia a los antimicrobianos y promover los derechos de las personas con discapacidad. Asimismo, complementará otras estrategias mundiales de control, entre ellas las relativas a septicemia, neumonía, tuberculosis y VIH”, recoge el documento.

¿QUÉ SUPONDRÁ SU APLICACIÓN?

La aplicación supondrá un reto para todos los países del mundo, pero especialmente para las naciones de escasos recursos, en las que la carga de morbilidad por meningitis es mayor. Las metas de los objetivos visionarios y estratégicos se adaptarán a los contextos regionales y locales. Se dispondrá de planes de seguimiento y evaluación, comunicación, y gestión de riesgos, que permitirán orientar y respaldar la aplicación.

Para aplicar esta hoja de ruta y alcanzar los ambiciosos objetivos que permitirán derrotar a la meningitis se necesita una acción mundial ahora. Los firmes compromisos de los países, asociados y donantes serán fundamentales para lograr el éxito. 

Muchos casos y defunciones son prevenibles mediante vacunación, pero los progresos para derrotar a la meningitis están rezagados respecto de otras enfermedades prevenibles mediante vacunación

Muchos casos y defunciones son prevenibles mediante vacunación, pero los progresos para derrotar a la meningitis están rezagados respecto de otras enfermedades prevenibles mediante vacunación. A pesar de los importantes progresos logrados en los últimos 20 años para reducir la incidencia de la meningitis, se estima que en 2017 había aún unos cinco millones de nuevos casos en todo el mundo, y 290 000 defunciones.

Si bien la meningitis afecta a personas de todas las edades, los niños pequeños son los más expuestos, y la mitad de los casos y defunciones se producen en niños menores de cinco años. La meningitis y la septicemia conexa pueden dejar secuelas graves, entre ellas, pérdida de audición, discapacidad visual y física, disfunciones cognitivas y pérdida de miembros, con efectos emocionales, sociales y financieros importantes para los pacientes, sus familias y comunidades. (8-10) Según estimaciones de 2017, en todo el mundo se habrían perdido por meningitis más de 20 millones de años de vida sana (años perdidos por muerte prematura, más años perdidos por discapacidad).

“Nuestra visión colectiva es la de avanzar «Hacia un mundo sin meningitis». Habida cuenta de que la meningitis obedece a numerosas causas diferentes, no es posible eliminarla ni erradicarla. Sabemos que no habrá un mundo sin meningitis, pero estamos determinados a acercarnos a ese objetivo tanto como sea posible. Consiguientemente, el plan se orienta a poner fin a la meningitis como amenaza de salud pública, reducir sustancialmente el número de casos y mantenerlo tan bajo como sea posible”, declara la OMS.

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