La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel sin cura. Más de la mitad de los casos afectan a la población infantil, y en la mayoría de las veces los brotes y recaídas se alargan en el tiempo hasta la edad adulta. El picor, en algunos casos inaguantable, y el enrojecimiento, escamación, aspereza o costras por la irritación acaban afectando a la salud mental de los pacientes.
Según una investigación realizada en Reino Unido y publicada en JAMA Dermatol, los niños y adolescentes con dermatitis atópica desarrollan depresión y conductas internalizantes en la primera infancia.
Los síntomas de la dermatitis afectan directamente a la calidad de vida de los pacienes, impidiéndoles descansar por la noche. Y llegando a provocar ansiedad y depresión. Tal y como refleja el estudio, normalmente depende de la gravedad de la afeccion, aumentando el impacto en la salud mental principalmente en los niños en edad infantil.
Los resultados reflejaron que, en general, la depresión osciló entre el 6,0% y el 21,6% y los comportamientos internalizantes del 10,4% al 16%
El analisis reunió una muestra de 11.181 niños del Estudio Longitudinal de Padres e Hijos de Avon del Reino Unido a los que se estudió durante 19 años, desde los seis meses hasta los 18 años. Los resultados reflejaron que, en general, la depresión osciló entre el 6,0% y el 21,6% y los comportamientos internalizantes (somatización, inseguridad, dependencia, miedos, tristeza, obesiones...) del 10,4% al 16%.
Según la investigación, la dermatitis atópica leve a moderada no se relaciona con síntomas de depresión, pero sí de internalización desde los cuatro años. Mientras que la afección grave se asoció con ambos síntomas de salud mental.
Ante estos resultados, los investigadores consideran necesario que se evalúe si una detección e intervención temprana permitirá mitigar los efectos en salud mental de niños y adolescentes, y esperan que a partir de ahora se dé "importancia a la conciencia de la salud mental y al comportamiento de esta población".