Llega septiembre y con él la vuelta al trabajo. Este año 2021, trae más cambios aún, pues supone la vuelta a las oficinas para muchas personas que empezaron a teletrabajar desde casa con la llegada de la pandemia de Covid-19. Todo cambio conlleva un proceso de adaptación, que, si fracasa, produce un estrés. En este caso concreto, se conoce como síndrome, estrés o depresión post vacacional.
Según informa para ConSalud.es la psicóloga miembro del Grupo de Intervención de Emergencias y Catástrofes del Colegio Oficial de Psicólogos de Asturias, Angélica Rodríguez, no se trata de una enfermedad como tal, sino de un síndrome que recoge un conjunto de síntomas comunes: apatía, momentos de melancolía, tristeza, angustia, ira…
Este estrés postvacacional afecta a aproximadamente 4 de cada 10 personas, una cifra que ha aumentado con el tiempo. “Antes o no existía o no se diagnosticaba”, explica Rodríguez, añadiendo que es probable que tenga que ver “con la dinámica de la vida diaria”. “Antes la vida no tenía tantas oscilaciones, ahora a mucha gente no le gusta su rutina”. Este hecho se traduce en que, tras un periodo de vacaciones y ocio, el cuerpo tiene dificultades para asumir que debe volver a los horarios y rutinas.
“Los adolescentes darán la campanada con este síndrome post vacacional”
Con todo, este síndrome “no debería durar más de una semana o dos y los síntomas deberían disminuir en intensidad”, explica la psicóloga. “Si continúa y nos cuesta demasiado adaptarnos a la vida diaria, no estaríamos hablando de un síndrome, sino de una enfermedad como la depresión, ansiedad o trastorno de adaptación”.
Existe un perfil diana más susceptible a padecer estrés post vacacional: aquellas personas con patologías mentales previas como la ansiedad o la depresión. “En general, suelen ser personas poco resilientes, con dificultad para adaptarse a los cambios”. Además, es probable que este grupo haya interrumpido las sesiones de terapia con las vacaciones, algo que “les puede haber venido bien”, aunque “a la vuelta, seguramente sufrirán más”, explica la experta.
En este sentido, “los adolescentes darán la campanada con este síndrome post vacacional”. Se trata del sector de la población que más ha visto mermada la calidad de su salud mental desde que comenzara la pandemia de Covid-19.
“Lo más importante para una buena adaptación es que no haya cambios bruscos”
“Han vivido un verano, en general, muy bueno después de estar tanto tiempo sin salir”, comenta la psicóloga. Por este motivo, la vuelta a la universidad o institutos puede suponer un cambio aún más grande para esta franja de edad ya castigada.
¿CÓMO VOLVER A LA RUTINA?
Es normal sentir desmotivación para volver al trabajo después de las vacaciones, pero para evitar que este descontento vaya a más, es importante que “la adaptación sea gradual”. Sería conveniente llegar unos días antes de las vacaciones, volver a los hábitos cotidianos, regular el sueño, la alimentación y el ejercicio, entre otros.
Por otro lado y a modo de conclusión, la psicóloga recalca que la vuelta a la rutina no tiene por qué traducirse en una “retirada total del ocio”. “Puedes seguir tomando una caña en septiembre y haciendo cosas divertidas”, explica la experta. “Lo más importante para una buena adaptación, es que no haya cambios bruscos”.