Los avances alcanzados a lo largo de las últimas décadas en medicina, mejora de la asistencia a servicios sanitarios y de la alimentación se han traducido en un progresivo incremento de la esperanza de vida al nacer en una importante parte del mundo. Cada vez vivimos más años, pero esto no quiere decir que este tiempo sea de calidad. La edad está asociada con enfermedades y problemas de diversa índole que pueden mermar la calidad con la que vivimos nuestros últimos años. Motivo por el que es de vital importancia promover el envejecimiento saludable.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto en marcha una estrategia de carácter global a través de un plan de acción de salud bautizado como "Decenio del Envejecimiento Saludable (2020-2030)". Se trata de una iniciativa que ofrece la oportunidad de aunar a los gobiernos, la sociedad civil, los organismos internacionales, medios de comunicación, profesionales sanitarios, instituciones académicas y el sector privado en torno a una década de acción concertada, catalizadora y de colaboración para mejorar las vidas de las personas mayores, sus familias y las comunidades en las que viven tal y como explican desde la Sociedad Española de Medicina Geriátrica.
Nos encontramos ante el segundo plan de acción de la Estrategia Mundial de la OMS sobre el envejecimiento y la salud, que desarrolla el Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento (2002), y se ajusta a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
¿POR QUÉ SE NECESITA ESTA ACCIÓN CONCERTADA Y SOSTENIDA?
La posibilidad de vivir más tiempo es uno de nuestros logros colectivos más extraordinarios.
Constituye un reflejo de los avances logrados en la esfera del desarrollo social y económico, así como en la esfera de la salud, en especial de nuestro éxito en la lucha contra las enfermedades mortales de la infancia, la mortalidad derivada de la maternidad y, más recientemente, la mortalidad a edades más avanzadas. Una vida más larga es un recurso increíblemente valioso. Proporciona la oportunidad de repensar no solo lo que es la vejez, sino también cómo podríamos vivir el conjunto de nuestra vida.
Las oportunidades que se abren con el aumento de la longevidad dependen en gran medida del envejecimiento saludable
Hoy en día, la mayoría de las personas pueden esperar vivir hasta los 60 años o más. Una persona que tenga 60 años al comienzo del Decenio del Envejecimiento Saludable puede esperar vivir, de promedio, 22 años más. No obstante, hay una gran inequidad en la longevidad en función de los grupos sociales y económicos a los que se pertenece. En los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), por ejemplo, un hombre de 25 años con educación universitaria puede esperar vivir 7,5 años más que otro con menos educación; en el caso de las mujeres, la diferencia es de 4,6 años. La disparidad es aún más acusada en las economías emergentes.
A nivel mundial, hay pocas pruebas que indiquen que las personas mayores gozan hoy de mejor salud que las de generaciones anteriores. Además, la buena salud en la vejez no se encuentra distribuida de manera equitativa, ya sea dentro de una misma población o entre distintas poblaciones. Por ejemplo, la diferencia media entre países en cuanto a la esperanza de vida sana es de 31 años al nacer, y de 11 años a los 60.
La buena salud añade vida a los años. Las oportunidades que se abren con el aumento de la longevidad dependen en gran medida del envejecimiento saludable. Cuando las personas viven estos años adicionales con buena salud y continúan participando en la vida de las familias y las comunidades como una parte integral de ellas, contribuyen al fortalecimiento de las sociedades; sin embargo, si estos años adicionales están dominados por la mala salud, el aislamiento social o la dependencia de la atención de salud, las implicaciones para las personas mayores y para el conjunto de la sociedad son mucho más negativas.
¿QUÉ ES EL ENVEJECIMIENTO SALUDABLE?
El envejecimiento saludable es un proceso que abarca toda la vida y que afecta a todas las personas, no solo a las que no padecen ninguna enfermedad en el presente. La capacidad intrínseca se encuentra determinada en todo momento por muchos factores, entre ellos los cambios fisiológicos y psicológicos subyacentes, los comportamientos relacionados con la salud y la presencia o ausencia de enfermedades. La capacidad intrínseca depende en gran medida de los entornos en los que las personas han vivido a lo largo de su vida.
Los recursos y oportunidades de carácter social y económico de que disponen las personas a lo largo de su vida influyen en su capacidad para tomar decisiones saludables, así como para aportar y recibir apoyo cuando se necesita. En consecuencia, el envejecimiento saludable va estrechamente ligado a la desigualdad social y económica
Los recursos y oportunidades de carácter social y económico de que disponen las personas a lo largo de su vida influyen en su capacidad para tomar decisiones saludables, así como para aportar y recibir apoyo cuando se necesita. En consecuencia, el envejecimiento saludable va estrechamente ligado a la desigualdad social y económica. Las desventajas en materia de salud, educación, empleo y obtención de ingresos comienzan pronto, se refuerzan mutuamente y se acumulan a lo largo de la vida. Las personas mayores con problemas de salud trabajan menos, ganan menos y se jubilan antes. El género, la cultura y la etnia son factores que influyen de forma importante en la desigualdad y que dan lugar a trayectorias muy diferentes de envejecimiento.
OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE Y ENVEJECIMIENTO SALUDABLE
- Objetivo 1. Fin de la pobreza
Será fundamental evitar que las personas mayores caigan en la pobreza. Para ello se requerirán políticas de jubilación flexibles, pensiones mínimas financiadas con impuestos, seguridad social y acceso a servicios de salud y atención crónica.
- Objetivo 2. Hambre cero
Las personas mayores pueden ser vulnerables a la inseguridad alimentaria, ya que las familias y los programas de asistencia suelen dar prioridad a los jóvenes. Centrarse en las personas mayores ayudará a revertir los patrones de desnutrición y a prevenir la dependencia de los servicios de atención.
- Objetivo 3. Salud y Bienestar
El envejecimiento saludable significa que las personas mayores contribuyen a la sociedad durante más tiempo, con oportunidades para gozar de buena salud en todas las etapas de la vida, cobertura sanitaria universal y sistemas sociales y de salud integrados, transformadores y centrados en las personas, en lugar de sistemas basados únicamente en la enfermedad.
- Objetivo 4. Educación de calidad
El envejecimiento saludable requiere de un aprendizaje a lo largo de toda la vida, que permita a las personas mayores hacer lo que valoran, conservar la capacidad de tomar decisiones y conservar su identidad e independencia, así como sus metas vitales. Todo ello exige alfabetización, capacitación y espacios de participación sin obstáculos, en particular en el ámbito digital.
- Objetivo 5. Igualdad de género
Hacer efectiva la igualdad de género a lo largo de todo el curso de la vida conduce a mejores resultados en etapas posteriores. Por consiguiente, los sistemas deben promover la participación equitativa en la fuerza de trabajo y en las pensiones sociales para mejorar la situación económica de las mujeres de edad y su acceso a los servicios. La violencia de género debe ser eliminada.
- Objetivo 8. Trabajo decente y crecimiento económico
La población en edad de trabajar, que incluye a muchas personas mayores, debe tener acceso a oportunidades de empleo y contar con unas condiciones de trabajo decentes. El hecho de disponer de ingresos y poder acudir a servicios financieros contribuirá a facilitar el acceso a los servicios y productos sanitarios y a reducir el riesgo de que se produzcan gastos catastróficos. Un personal saludable aumenta la productividad y reduce el desempleo.
- Objetivo 9. Industria, innovación e infraestructura
La infraestructura para un envejecimiento saludable requerirá un acceso a Internet asequible y apto para todas las edades; investigación e intervenciones basadas en pruebas que den visibilidad a las personas mayores mediante datos y análisis desglosados por edades; nuevas tecnologías y cibersalud.
- Objetivo 10. Reducción de las desigualdades
Las personas mayores no disfrutan del mismo acceso a los servicios y la asistencia en sus hogares, vecindarios y comunidades, a menudo a causa de su género, etnia o nivel de educación. El envejecimiento saludable requiere políticas encaminadas a superar esa inequidad en todos los sectores.
- Objetivo 11. Ciudades y comunidades sostenibles
Las ciudades y comunidades adaptadas a las personas mayores facilitan que todos puedan maximizar sus capacidades a lo largo de la vida. Para crearlas es necesario contar con la participación de múltiples sectores (salud, protección social, transporte, vivienda, trabajo) y partes interesadas (la sociedad civil, las personas mayores y sus organizaciones).
- Objetivo 16. Paz. Justicia e instituciones sólidas
Las instituciones para todas las edades empoderarán a las personas mayores y les permitirán lograr cosas inimaginables para las generaciones anteriores. Para ello se requerirán campañas de sensibilización contra el edadismo, una labor de promoción específica sobre el envejecimiento saludable y leyes que prohíban la discriminación basada en la edad a todos los niveles.
- Objetivo 17. Alianzas para lograr los objetivos
El envejecimiento saludable no debe dejar a nadie atrás, sino crear un futuro para las personas de todas las edades. Para lograrlo será necesario establecer alianzas activas entre numerosos sectores y partes interesadas, ignorando las fronteras tradicionales, e invertir en entornos adaptados a las personas mayores y en sistemas integrados de atención sanitaria y social.
“El Decenio del Envejecimiento Saludable requiere una respuesta que comprometa al conjunto del gobierno y de la sociedad. Los países serán los encargados de dirigir su puesta en práctica, sobre la base del liderazgo y la labor del gobierno y el parlamento en sus distintos niveles, y en colaboración con la sociedad civil. A través de los diversos escalones de la administración, los gobiernos son responsables de establecer las políticas, los arreglos financieros y los mecanismos de rendición de cuentas necesarios para crear entornos adaptados a las personas mayores y sentar las bases de sistemas de salud y atención que introduzcan mejoras reales en las vidas de todas las personas mayores, así como de sus familias, cuidadores y comunidades. Las organizaciones de la sociedad civil, las empresas y los dirigentes comunitarios también desempeñarán una función importante para asegurar el arraigo local del plan y la participación de las diversas partes interesadas”, concluye el informe de la OMS.