El trastorno por atracón (BED, por sus siglas en inglés) es una enfermedad mental grave que puede afectar a cualquier persona, independientemente de la edad, género, origen étnico o procedencia. Las personas con este trastorno tienen episodios recurrentes de pérdida de control sobre la ingesta de alimentos, consumiendo mucha comida en un periodo corto de tiempo hasta sentirse incómodamente llenos. El BED suele ir acompañado de ansiedad y mal humor y está relacionado con la obesidad y las complicaciones metabólicas.
Por ello, varios investigadores del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia (IoPPN) del King's College de Londres han investigado la viabilidad de un nuevo tratamiento administrado en casa para el trastorno por atracón. El nuevo tratamiento combina una técnica suave de estimulación cerebral llamada estimulación transcraneal de corriente directa (tDCS) con un programa de entrenamiento que se enfoca en patrones de atención inútiles en torno a los alimentos. Los hallazgos, publicados en BJPsych Open, indican que ésta podría ser una nueva vía de tratamiento efectiva.
Aún así, se recomiendan terapias psicológicas para el tratamiento del BED ya que alrededor del 50% de quienes reciben tratamiento logran una recuperación completa y duradera. Las investigaciones han demostrado que los procesos de autorregulación en el cerebro son fundamentales para mantener el ciclo de los atracones, y enfoques innovadores como la tDCS y el entrenamiento de modificación del sesgo de atención (ABMT) tienen como objetivo apuntar a estos procesos.
Los tratamientos actuales para el trastorno por atracón sólo son efectivos para algunas personas y muchas necesitan apoyo adicional o diferente para mejorar
TDCS cambia la función en las áreas prefrontales del cerebro mediante la aplicación de una suave estimulación eléctrica en áreas del cerebro cuidadosamente seleccionadas mediante electrodos colocados en el cuero cabelludo. ABMT mejora el control de autorregulación al corregir sesgos inútiles hacia las señales alimentarias y capacitar a las personas con BED para cambiar la forma en que prestan atención a las señales alimentarias altas en calorías.
En este trabajo, los cambios en el comportamiento de atracones fueron más pronunciados en aquellos que recibieron tDCS real con ABMT. En este grupo, los episodios de atracones se redujeron de unas 20 veces al mes en promedio al inicio del estudio a 6 veces al mes en el seguimiento seis semanas después.
La Dra. Michaela Flynn, investigadora asociada de King's College y primera autora del estudio, resume: “los tratamientos actuales para el trastorno por atracón sólo son efectivos para algunas personas y muchas necesitan apoyo adicional o diferente para mejorar. Nuestro estudio es el primero en analizar una nueva opción de tratamiento domiciliario que ofrece un enfoque diferente para tratar el trastorno por atracón. TDCS se dirige a los patrones de comportamiento impulsados por el cerebro que podrían estar contribuyendo a la pérdida de control en torno a los alimentos, lo que permite a las personas cambiar el pensamiento y el comportamiento arraigados en torno a la alimentación"
Dra. Michaela: "Nuestros hallazgos son alentadores y queremos explorar esto a mayor escala con más participantes”
Los participantes en el grupo real de tDCS con ABMT también informaron que perdieron aproximadamente de 3,5 a 4 kg entre el inicio y el seguimiento de seis semanas (reducción en el índice de masa corporal [IMC] medio de 1,28 puntos). En comparación, durante el mismo período, aquellos que recibieron ABMT con tDCS simulada informaron que perdieron alrededor de 1,5 a 2 kg en promedio (reducción en el IMC promedio de 0,52 puntos) y aquellos que recibieron ABMT solo informaron un cambio insignificante en su peso (reducción en IMC medio de 0,07 puntos). No hubo cambios en el comportamiento alimentario ni en la pérdida de peso en el grupo de control sin tratamiento.
El grupo que recibió tDCS real con ABMT también informó una mejora sustancial en su estado de ánimo entre el inicio y el seguimiento. No se informó ningún cambio similar en el estado de ánimo en aquellos que recibieron tDCS simulada con ABMT o en aquellos que recibieron ABMT solo, y no hubo cambios en el estado de ánimo en el control sin tratamiento.
La otra idea que destaca Flynn es que “los participantes comentaron que su estado de ánimo se sentía más ligero, lo que puede ser una parte clave de por qué informaron cambios en el comportamiento alimentario y pérdida de peso que duraron algún tiempo después de terminar el tratamiento. Nuestros hallazgos son alentadores y queremos explorar esto a mayor escala con más participantes”.