Los eventos adversos derivados de una atención insegura a pacientes se erigen como una de las principales causas de muerte y discapacidad en el mundo según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En los países de mayores ingresos se estima que uno de cada 10 pacientes sufre algún tipo de daño durante el proceso en el que recibe atención hospitalaria, y casi el 50% de estos eventos adversos podrían prevenirse.
En el caso de los países de medios y bajos ingresos se producen cada año 134 millones de eventos adversos en los hospitales debido a una atención insegura. Una situación que se traduce en más de 2,6 millones de muertes.
La seguridad de los pacientes se erige como uno de los pilares fundamentales en la atención sanitaria. Un concepto derivado de la evolución de la complejidad de los sistemas de atención a la salud y el consiguiente aumento de los daños experimentados por los pacientes. Tiene como misión principal prevenir y reducir los riesgos, errores y daños que se producen en los pacientes durante la prestación de los servicios de la salud. Sin mecanismos que garanticen la seguridad de los pacientes no podemos hablar de una atención a la salud de calidad.
“Para garantizar la implementación exitosa de las estrategias de seguridad del paciente se necesitan políticas claras, capacidad de liderazgo, datos que impulsen las mejoras en seguridad, profesionales de la salud capacitados y participación efectiva de los pacientes en su atención”, expone la OMS.
Los errores en la medicación son una de las principales causas de daños o lesiones evitables en los sistemas sanitarios. A nivel mundial, el coste asociado con los errores de medicación se estima en 42.000 millones de dólares anuales
En este sentido, la agencia de salud de la ONU indica que los sistemas de salud maduros deben tener en cuenta la creciente complejidad de los entornos de atención médica que hacen que los seres humanos sean más propensos a cometer errores. La OMS estima que, a nivel mundial, hasta cuatro de cada 10 pacientes sufren daños en la Atención Primaria y ambulatoria. Hasta el 80% de estos daños pueden prevenirse, siendo los errores más perjudiciales aquellos relacionados con el diagnóstico, la prescripción y la utilización de medicamentos.
LA CARGA DEL DAÑO
Los riesgos asociados a cada vez un mayor número de prácticas médicas están emergiendo como uno de los principales desafíos para la seguridad del paciente, contribuyendo de forma significativa a la carga de daños debido a la atención insegura. A continuación, se muestran algunas de las situaciones de seguridad del paciente que más preocupan a la OMS:
- Errores de medicación
Los errores en la medicación son una de las principales causas de daños o lesiones evitables en los sistemas sanitarios. A nivel mundial, el coste asociado con los errores de medicación se estima en 42.000 millones de dólares anuales.
- Infecciones asociadas a la atención sanitaria
Los datos de los que dispone la OMS revelan que siete y 10 de cada 100 pacientes hospitalizados en países de altos ingresos y países de medios y bajos ingresos, respectivamente, sufren este tipo de infecciones.
Las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria se traducen en un incremento de las estancias hospitalarias, discapacidad a largo plazo, mayor resistencia de los microorganismos a los antimicrobianos, costes adicionales tanto para el propio paciente como para el sistema sanitario y muertes innecesarias.
- Intervenciones quirúrgicas inseguras
Se estima que estas causan alrededor de un 25% de las complicaciones que sufren los pacientes. Casi siete millones de pacientes quirúrgicos padecen complicaciones significativas cada año y un millón mueren cada año durante la realización de la cirugía o después de que esta se han producido.
- Prácticas inseguras de inyecciones
Dentro de los entornos sanitarios también pueden transmitirse infecciones como el VIH o la hepatitis B y C si no se cumplen con prácticas seguras e higiénicas a la hora de utilizar inyecciones. Una situación que no solo supone un peligro para los pacientes, sino también para los trabajadores sanitarios.
"La seguridad de los pacientes durante la prestación de servicios de salud, así como que estos sean seguros y de alta calidad, son requisitos previos al fortalecimiento de los sistemas de atención de la salud y necesarios para avanzar hacia una cobertura sanitaria universal efectiva"
La OMS calcula que las prácticas inseguras de inyecciones en entornos de atención a la salud representan una carga de daños estimada en 9,2 millones de años de vida perdidos por discapacidad y muerte en todo el mundo.
- Errores en los diagnósticos
Estos se producen en aproximadamente el cinco por ciento de los adultos en los entornos de atención ambulatoria. Más del 50% de estos errores en el diagnóstico tienen el potencial de causar graves daños en la salud del paciente. La mayoría de las personas experimentan un error en algún diagnóstico a lo largo de su vida.
- Errores en las dosis de radiación
La OMS se hace eco de una revisión de 30 años de datos publicados sobre seguridad en radioterapia y estima que la incidencia general de errores es de alrededor de 15 por cada 10.000 ciclos de tratamiento.
- Sepsis
Con demasiada frecuencia la sepsis no se diagnostica a tiempo. Hecho que reduce las posibilidades de supervivencia de los pacientes ya que a menudo estas infecciones son resistentes a los antibióticos y pueden conducir rápidamente a un deterioro de las condiciones clínicas. Los datos de la OMS revelan que la sepsis afecta a alrededor de 31 millones de personas en todo el mundo causando más de cinco millones de muertes cada año.
- Tromboembolismo venoso (coágulo de sangre)
Nos encontramos ante una de las causas más frecuentes y prevenibles de daño al paciente. Contribuyen a un tercio de las complicaciones atribuidas a la hospitalización. Se estima que cada año se producen 3,9 millones de casos en las naciones de altos ingresos y más de seis millones de casos en los países con menos recursos.
“La seguridad de los pacientes durante la prestación de servicios de salud, así como que estos sean seguros y de alta calidad, son requisitos previos al fortalecimiento de los sistemas de atención de la salud y necesarios para avanzar hacia una cobertura sanitaria universal efectiva en el marco del Objetivo de Desarrollo Sostenible 3: Garantizar una vida sana y promover la salud y el bienestar”, concluye la OMS.