Cualquier familia que recibe la noticia de que uno de sus miembros está afectado por una enfermedad se debe enfrentar a un duro golpe que se complica cuando la patología en cuestión causa algún tipo de dependencia al paciente. En muchas ocasiones son esos familiares quienes adoptan el papel de cuidador para controlar e intentar mejorar la calidad de vida del enfermo en la medida de lo posible.
Los cuidadores sufren un riesgo a medida que pasan tiempo supervisando la salud de ese familiar, que sea la suya propia la que empiece a deteriorarse. La psicóloga sanitaria de Adamia Psicología, Lucía Trigo, explica en declaraciones a ConSalud.es que “al estar tanto tiempo cuidando a una persona, los trastornos afectivos son los mayoritarios”. Por ejemplo, la depresión o la ansiedad suelen ser los más característicos cuando se cuida a una persona dependiente.
“Principalmente se dejan y cuando ya no pueden más, se dan cuenta de lo que les está pasando”
“También suelen tener problemas musculares, cuando tienen que cargar con esa persona y ayudarla con los cuidados básicos como puede ser el baño. Realmente hay muchos factores que pueden estar agotando a la persona cuidadora”, dice. Uno de los problemas que observan los especialistas es que les cuesta los cuidadores poner atención a tiempo a sus propios problemas de salud. “Principalmente se dejan y cuando ya no pueden más, se dan cuenta de lo que les está pasando”, señala Trigo.
El perfil de la mayoría de cuidadores de pacientes en España se resume en mujer, mayor de 50 años. De hecho, alrededor del 80% son mujeres. Lucía Trigo destaca que “en numerosas ocasiones estas personas pueden acudir al médico de familia buscando algún tipo de solución, pueden ser medicados con ansiolíticos o antidepresivos y realmente es la intervención psicológica lo que podría paliar bastante los síntomas para ayudarles a su bienestar”.
Por este motivo, esta especialista considera que en “nuestro sistema nacional de salud, ya no sólo en este perfil, sino en la mayoría de problemas psicológicos; debería haber más concienciación y no sólo a la población, sino también a los especialistas de la salud”, sobre la necesidad de considerar la atención psicológica como referente en ciertos tratamientos para determinados pacientes.