Cribados de cáncer de mama en jóvenes: “Estamos valorando bajarlo y qué prueba diagnóstica emplear”

La Dra. Silvia Antolín, investigadora del GEICAM, nos habla de avances como los cribados y de retos como la mejora de la investigación en algunos subtipos del cáncer de mama

Dra. Silvia Antolín, investigadora de GEICAM, habla sobre los cribados en cáncer de mama. (Foto: Montaje ConSalud)
19 octubre 2024 | 11:00 h
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El cáncer de mama continúa a la cabeza como el tumor más frecuente en mujeres por delante del cáncer colorrectal, de pulmón, cuello uterino, tiroides y páncreas. Así lo confirman los últimos datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), que hablan de 36.395 estimados para este año. En porcentaje, podemos decir que el 30% de los cánceres diagnósticados en mujeres se originan en la mama. Y, además, es también la enfermedad oncológica más diagnosticada en el resto del mundo, superando por primera vez al cáncer de pulmón, según el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM).

Por su parte, la tasa de incidencia estimada es de 132 casos por cada 100.000 habitantes. Es decir, una de cada ocho mujeres desarrollarán la enfermedad y, además, es más frecuente entre los 45 y 65 años, aunque la edad estimada de aparición es de los 35 a los 80 años. Es cierto que esta incidencia “ha experimentado un continuo crecimiento”, como apuntan desde GEICAM, mientras que el abordaje de la enfermedad ha mejorado en los últimos años.

"Hemos avanzado mucho en el diagnóstico precoz”

“La incidencia en España es muy alta, pero cada vez tenemos menos pacientes que mueren de cáncer de mama”, explica la Dra. Silvia Antolín, investigadora y vocal de la Junta Directiva de GEICAM, en declaraciones a ConSalud.es por el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, que se celebra este 19 de octubre. “Se debe a que hemos avanzado mucho en el diagnóstico precoz”, continúa.

En los últimos años, el paradigma ha cambiado. “Hemos avanzado en diagnóstico precoz, en especial por las campañas de 'screening' poblacional, que permiten detectar el tumor en estadios precoces en personas asintomáticas”, comenta la doctora. “Pero también hemos avanzado en el diagnóstico de precisión, de qué subtipo biológico tiene y qué tratamiento más individualizado podemos darle a esa paciente para disminuir efectos secundarios y que vivan sin recaída”, añade.

Esta mejora en el abordaje del cáncer de mama también viene motivada por la participación de los pacientes. La doctora afirma que cada vez hay más mujeres concienciadas con el cribado de esta enfermedad, además cada vez son más las pacientes jóvenes que acuden a consulta. “Están más concienciadas de acudir a consulta si notan cualquier anomalía”, asevera la investigadora de GEICAM.

CRIBADOS EN JÓVENES, ¿UNA REALIDAD?

En cualquier caso, a partir de los 50 años todas las mujeres pueden hacerse un diagnóstico a través de las mamografías de cribado en sus diferentes comunidades autónomas. Pero, ¿qué pasa con esas pacientes más jóvenes? Como comenta la experta, “estamos valorando la posibilidad de hacer un 'screening' dirigido para aquellas pacientes entre 40 y 50 años que tengan historia familiar de cáncer de mama o para pacientes con gran densidad mamaria, que también se relaciona con esta enfermedad”.

"La mamografía no es la técnica ideal para las pacientes más jóvenes"

En este sentido, la experta asegura que habría que valorar la técnica empleada para la detección en pacientes jóvenes. “Tenemos que determinar qué prueba de imagen le vamos a hacer porque sí que es cierto que para las pacientes más jóvenes la mamografía no es la técnica ideal”, puntualiza. 

LOS RETOS DEL CÁNCER DE MAMA

En el caso de GEICAM trabajan en la investigación del cáncer de mama “a todos los niveles”, sostiene la investigadora. Es por esto que uno de los retos es invitar a las mujeres a que participen en los ensayos clínicos. “Tenemos ensayos desde todas las fases de investigación. Desde las más precoces cuando los fármacos todavía no están comercializados, hasta estudios fase cuatro donde los fármacos ya comercializados se amplían a la población afectada de cáncer fuera del ensayo clínico”, explica.

“Y otro de los grandes retos es mejorar los tratamientos de la enfermedad metastásica"

Sin olvidar que otros de los grandes retos son la prevención y la mejora de los tratamientos en la enfermedad metastásica. “Por un lado, uno de los grandes retos es mejorar los hábitos de vida. Es fundamental”, indica la Dra. Antolín. “Y otro de los grandes retos es mejorar los tratamientos de la enfermedad metastásica, que ya se está consiguiendo en algunos subtipos de cáncer. Las pacientes viven años sin progresar, con una calidad de vida aceptable”, continúa. “Poder tratar a estas pacientes y no dañarlas es el objetivo para que puedan vivir sin que los efectos secundarios repercutan en su vida”, concluye.

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