El cáncer colorrectal es la causa de mortalidad por cáncer más frecuente si se suman los datos de hombres y mujeres. Sin embargo, las posibilidades de supervivencia se pueden aumentar con un diagnóstico temprano, para lo que son fundamentales los programas de cribado.
A pesar de esto, en el último año han aparecido resultados que parecían indicar menor utilidad de la esperada en estos cribados. Ante ello, el Dr. Sarbelio Rodríguez, Jefe de Servicio de Medicina Digestiva del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo, afirma que "estos estudios subestiman claramente las ventajas del cribado para el cáncer de colon".
La idea principal del cribado es la detección precoz del cáncer asintomático, que no puede ser prevenido porque ya es padecido. A esto se le añade la ventaja del cribado con colonoscopia, pues detecta las lesiones precursoras del cáncer y permite un tratamiento inmediato. Además, esta ventaja mejora si las colonoscopias comienzan a practicarse a partir de los 45 años, según recomienda la Asociación Americana del Cáncer.
Estas detecciones precoces favorecerán que la incidencia del cáncer pueda llegar a disminuir hasta un 60% en las próximas décadas, gracias a que los pólipos, sus lesiones precursoras, son detectados y extirpados con seguridad.
La idea principal del cribado es la detección precoz del cáncer asintomático, que no puede ser prevenido porque ya es padecido
Los programas de cribado deben ser personalizados en función de la edad y los antecedentes familiares, dos factores de riesgo en el desarrollo de esta enfermedad. Así, en caso de que el paciente tenga un antecedente de cáncer colorrectal en su familia, deberá comenzar a realizarse los chequeos al menos diez años antes de la edad que tuviese su familiar más joven al ser diagnosticado. Si el familiar padecía un primer grado de esta enfermedad, los chequeos deben iniciarse a los 40 años. Por otro lado, si no se cuenta con antecedentes familiares, la edad para comenzar a participar en los programas de cribado se sitúa entre los 45 y los 50 años.
En cuanto al tiempo en el que se debe participar en estas pruebas, lo estimado es que se continúen realizando hasta los 85 años, aunque los tiempos dependen de cada paciente y de los que el profesional a cargo estime oportuno.
Las pruebas que serán realizadas, según el Dr. Rodríguez, serán pruebas de heces para detectar sangre oculta o a través de exámenes visuales con un endoscopio o con estudios por imágenes especiales (TAC), “todas son mucho mejores que no hacer nada, de forma que si su Servicio de Salud, su médico o su empresa le sugieren comenzar un programa de chequeo, o si un familiar le avisa de que le han indicado que sus familiares se revisen,no lo dude, empiece hoy mejor que la semana próxima”.
El Hospital Universitario Ruber Juan Bravo recomienda la realización de una colonoscopia al menos una vez cada 10 años si no existen pólipos u otras lesiones que pueden acortar los periodos de vigilancia.