La energía en general, y los recibos de la luz y el gas llevan siendo un quebradero de cabeza para los ciudadanos durante casi dos años. En el último tercio del 2021 los precios empezaron a aumentar poco a poco amenazando una tendencia inflacionista que se dispararía con el inicio de la guerra de Ucrana en febrero de 2022 y que toco máximos en verano de ese mismo año.
Que los precios se disparen afectan a todos, pero especialmente aquellos que necesitan la energía para vivir. Estamos hablando de los denominados pacientes electrodependientes que han sufrido mucho para poder pagar sus facturas. Un claro ejemplo de ello son los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) que han estado sufriendo durante muchos meses.
En mayo de 2021 el precio de la luz marcó cifras que rondaban los 67,12 euros por MWh, mientras que en junio de ese año fue de 83,80 euros por MWh, según los datos de OMIE. Los máximos históricos se alcanzaron en marzo y en agosto del 2022, respectivamente, con 283 y 307 €/MWh. El día más caro de la historia fue el 8 de marzo cuando se alcanzaron los 544,98 €/MWh.
Estos datos nos ponen en perspectiva el precio de la luz en este mes de enero. Los expertos esperan que el mes cierre en torno a los 70 euros por MWh, lo que sería la cifra más baja desde hace año y medio y muy lejos de los meses más baratos del año pasado (noviembre y diciembre, a una media de 134,71 euros por MWh y 124,43 euros por MWh, respectivamente).
En las actuales circunstancias, cualquier bajada es un alivio. Pero la realidad es que en 2022 el precio medio de la luz fue el más caro de la historia
La bajada de la luz ha sido una noticia muy celebrada por los pacientes más necesitados. Así lo manifiesta Mariano Pastor, presidente de Fenaer, y paciente electrodependiente, pero siempre desde la prudencia, asegurando que "cualquier bajada es un alivio, pero la realidad es que en 2022 el precio medio de la luz fue el más caro de la historia, casi duplicando el de 2021. Y en lo que llevamos de 2023 ya hemos visto subidas de hasta un mil por ciento entre un día y otro".
En ningún momento se han atendido de forma específica las reivindicaciones planteadas por los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), una de las mayores causas de morbimortalidad en España y en el mundo, donde es la tercera causa de muerte. "Como presidente de Fenaer, una federación que aglutina a una veintena de asociaciones de pacientes respiratorios, mi mayor preocupación no se centra ya en mi situación personal, sino en el olvido al que, en esta difícil coyuntura, se condena a un colectivo formado por muchos miles de personas en España. Gran parte de ellos han sufrido un deterioro importante en su calidad de vida por el aumento de los precios de la luz y del coste de la vida en general".
Por este motivo piden medidas específicas, según la patología de cada paciente,"la única medida que podría beneficiar a la mayoría de ellos, tanto respiratorios como de otras patologías, es que se incluya específicamente a los usuarios de terapias respiratorias -y otros equipos utilizados por pacientes con otras patologías graves- como beneficiarios".
Pero no solo es la del precio de la luz, el aumento del precio de la vida también ha provocado un mayor gasto, "hay que tener en cuenta, además, que no solo nos afecta la subida del precio de la luz, sino que tenemos otra serie de gastos extras que también han sufrido un aumento considerable."
Se condena a un colectivo formado por muchos miles de personas en España. Gran parte de ellos han sufrido un deterioro importante en su calidad de vida
Además, reclaman una mayor atención. "Creo que desde el Ejecutivo se han hecho esfuerzos, pero no se han tenido en consideración las circunstancias de los pacientes crónicos que dependen de equipos eléctricos", explica.
En el año 2009, el Consejo Interterritorial del SNS aprobó la Estrategia en EPOC del Sistema Nacional de Salud, documento que fue actualizado en el 2014. Desde entonces, han pasado casi nueve años, tiempo en el que se han desarrollado cambios relevantes a nivel asistencial y terapéutico que no han sido introducidos.
De las líneas de actuación incluidas en dicha Estrategia, desde Fenaer critican que “no se han aplicado ni cumplido sus objetivos”. Por ello, insisten en la “urgencia” de que se implemente un Plan Nacional “para combatir su infradiagnóstico, mejorar la calidad de vida de los afectados y disminuir la mortalidad y los costes para el sistema sanitario”. Piden, además, que se centre en “la información, la concienciación y la prevención”