¿Afectan de algún modo los patrones de crecimiento fetal y en la primera infancia a los marcadores tempranos de salud arterial en los niños? Esta es la pregunta de la que parte un nuevo estudio publicado por JAMA Network que sugiere que los patrones de crecimiento de peso fetal e infantil más elevados se asocian con marcadores tempranos de deterioro de la salud arterial.
Para llegar a esta conclusión partimos de la base de que los niños con bajo y alto peso al nacer y un posterior crecimiento infantil elevado se encuentran en riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares en la edad adulta. Los hallazgos del estudio sugiere que la variación en el crecimiento durante la etapa fetal y la primera infancia se asocia con una distribución adversa de la grasa corporal, así como con un perfil de riesgo cardiovascular adverso a partir de la edad escolar.
Para establecer estas conclusiones el estudio de cohorte se ha basado en una población de 4.484 niños en Rotterdam (Países Bajos). Estos nacieron entre el 1 de abril de 2002 y el 31 de enero de 2016. El análisis estadístico se realizó entre el 1 de enero y el 31 de agosto de 2021.
El peso fetal estimado se midió durante el segundo y tercer trimestre de gestación. Los datos relativos al peso y a la edad gestacional al nacer se obtuvieron a través de la información facilitada por las parteras. El peso de los lactantes se midió a los seis, 12 y 24 meses de edad.
El estudio sugiere que aquellos niños con un crecimiento fetal normal seguido de un crecimiento infantil acelerado presentaban un mayor espesor carotídeo íntima-media y la distensibilidad carotídea más baja
El estudio sugiere que aquellos niños con un crecimiento fetal normal seguido de un crecimiento infantil acelerado presentaban un mayor espesor carotídeo íntima-media y la distensibilidad carotídea más baja. El índice de masa corporal infantil parecía estar involucrado en las vías subyacentes de las asociaciones observadas durante la investigación. El grosor de la íntima-media carotídea (cIMT, por sus siglas en inglés) y la distensibilidad carotídea se midieron como marcadores tempranos de la salud arterial.
La edad gestacional al nacer no se asoció con marcadores de salud arterial. Pero el estudio revela que un peso al nacer de 500 gramos más alto se asoció con un aumento de cIMT y una distensibilidad carotídea más baja. En comparación con los niños con un peso al nacer de 2,5 a 4,5 kilogramos, los que pesaban más de 4,5 kilogramos tenían la distensibilidad carotídea más baja.
Los análisis de regresión condicional mostraron que un mayor peso fetal en el tercer trimestre y peso al nacer se asociaron con un aumento de cIMT y que un mayor peso a los seis, 12 y 24 meses se asoció con un aumento de cIMT. En comparación con los niños con un crecimiento fetal e infantil normal, los niños con un crecimiento fetal normal seguido de un crecimiento infantil acelerado tenían el cIMT más alto y la distensibilidad carotídea más baja señalan los autores, indicando que las asociaciones observadas se explicaron en gran medida por el índice de masa corporal infantil.
“Los patrones de crecimiento de peso fetal e infantil más altos se asociaron con marcadores tempranos de deterioro de la salud arterial. El índice de masa corporal infantil parecía estar involucrado en las vías subyacentes de las asociaciones observadas”, resumen.