La doctora Elena Arbelo, cardióloga en el Hospital Clinic de Barcelona y miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), ha liderado la elaboración de guías para el manejo de las miocardiopatías. Dichas guías, presentadas en el marco del Congreso Europeo de Cardiología (ESC Congress), recogen una serie de recomendaciones para optimizar el diagnóstico y manejo de los pacientes con estas patologías.
Las miocardiopatías son un conjunto de enfermedades del músculo cardiaco que afectan a su capacidad de bombear sangre. Esta situación puede llegar a provocar ritmos cardiacos anormales e insuficiencia cardiaca. Generalmente, están causadas por cambios en los genes responsables del funcionamiento de las células del músculo cardiaco, lo que significa que estas enfermedades pueden ser hereditarias.
En España, aproximadamente una de cada 400 personas sufre algún tipo de miocardiopatía, siendo la más prevalente la miocardiopatía hipertrófica (MCH). En este sentido, la MCH afecta a uno de cada 500 españoles, y supone una media de entre tres y cinco casos de nuevas consultas por semana.
En España, aproximadamente una de cada 400 personas sufre algún tipo de miocardiopatía
Estas patologías cuentan con riesgos y complicaciones variables. Muchos pacientes tienen pocos síntomas, pero otros experimentan fatiga, dificultad para respirar, dolor en el pecho, palpitaciones y desmayos, así como complicaciones más graves entre las que se encuentran el infarto o muerte súbita.
Ahora, gracias al nuevo documento, se podrá optimizar el diagnóstico y abordaje de estos pacientes. “Es un documento pionero que refleja los avances en genética e imagen cardiaca, así como la llegada de nuevos tratamientos dirigidos a las causas específicas de estas enfermedades”, explica la Dra. Arbelo.
Entre las recomendaciones de la guía destacan numerosas áreas de diagnóstico y tratamiento que se comparten entre los subtipos de miocardiopatía y ofrecen consejos específicos para cada una. Así, el diagnóstico comienza con una descripción de cómo se ve y se comporta el corazón para, a continuación, incorporar información sobre anomalías del ritmo cardiaco, antecedentes familiares y pruebas genéticas.
“Las técnicas de imagen, como la ecocardiografía y la resonancia magnética cardiaca, son esenciales para el diagnóstico de ciertos subtipos y pueden ayudar a identificar a los pacientes con riesgo de muerte súbita”, añade la Dra. Arbelo. Algunos pacientes deben vivir con riesgo de muerte súbita o la posibilidad de un futuro trasplante de corazón, por lo que, en determinados casos, se recomienda el uso de un desfibrilador automático implantable (DAI) para prevenir esta complicación.
Por otro lado, las guías también recomiendan el asesoramiento genético para ayudar a los pacientes y sus familiares a comprender y adaptarse al diagnóstico de una enfermedad genética. Esto debe ser ofrecido antes de tomar la decisión de realizar la prueba y cuando los resultados se entreguen al paciente y su familia. A su vez, se debe ofrecer apoyo psicológico clínico a todos los pacientes a los que se les haya implantado un DAI o que tengan antecedentes familiares de muerte súbita cardiaca.
Finalmente, estas guías cuentan con una sección concreta que ofrece consejos a los pacientes sobre cómo vivir con una miocardiopatía. Dichos consejos se enfocan en dieta y consumo de alcohol, peso, problemas reproductivos, actividad sexual, medicación, vacunación, conducción, empleo, vacaciones, seguros de viaje y seguro de vida.
Las miocardiopatías son la principal causa de muerte súbita cardiaca relacionada con el ejercicio en jóvenes del mundo occidental
Las miocardiopatías son la principal causa de muerte súbita cardiaca relacionada con el ejercicio en jóvenes del mundo occidental. Sin embargo, las pautas recogidas en la guía recomiendan ejercicio regular de intensidad baja a moderada para todos los pacientes con miocardiopatía que puedan realizarlo. Se debe realizar, eso sí, una evaluación de riesgos individualizada.
En lo relativo a la atención al paciente, se recomienda un enfoque multidisciplinar, además de una preparación oportuna y adecuada para la transición de la atención de los servicios de miocardiopatía pediátrica a los de adultos. También es necesaria una atención integrada entre los equipos de especialistas en miocardiopatía y otros profesionales, así como interacciones estrechas entre la Atención Primaria, Secundaria y Terciaria.