El Grupo Mediforum ha programado un ciclo de talleres online interactivos para analizar las consecuencias de la pandemia provocada por el SARS-CoV-2 en varias áreas terapéuticas y dar respuesta a las cuestiones que se plantean. El cuarto de estos talleres se ha celebrado bajo el título “COVID-19 y enfermedad oncológica: ¿qué hemos aprendido?”. Un punto de encuentro que ha contado con la participación de Enriqueta Felip, jefa del Grupo de Tumores Torácicos y Cáncer de Cabeza y Cuello del Hospital Vall d’Hebron (Barcelona); y Enrique Grande, jefe del Servicio de Oncología de MD Anderson Cáncer Center (Madrid), bajo la moderación de Juan Blanco, CEO del Grupo Mediforum.
“La pandemia de la Covid-19 ha supuesto la mayor crisis sanitaria de los últimos 100 años y ha puesto en jaque a nuestro sistema sanitario, tanto público como privado”, ha comenzado el coloquio Juan Blanco.
Partiendo de este punto, ambos expertos en comenzado a comentar y compartir la situación vivida por los pacientes oncológicos en las primeras olas de la pandemia. “En marzo de 2020 lo primero en lo que pensamos fue en la seguridad de los pacientes”, ha iniciado su participación Enriqueta Felip. Una incertidumbre a la que se sumaron dudas como la exposición al virus en las visitas hospitalarias o sobre si los tratamientos oncológicos podrían incrementar los posibles efectos secundarios de la Covid-19.
Ante este escenario las nuevas tecnologías se posicionaron rápidamente como la principal solución. “En este contexto epidemiológico apostamos por las reuniones virtuales. Gracias a la comunicación entre nosotros y los distintos especialistas hicimos algunos cambios como alargar los intervalos de los tratamientos de quimioterapia, tratamientos más cortos de radioterapia o la toma en domicilio de los tratamientos orales”, explica.
Enrique Grande ha compartido en este encuentro la incertidumbre que reinaba en los inicios de la pandemia. “No sabíamos ni lo que pasaba ni lo que iba a pasar. La adaptación ha sido fundamental y si podemos extraer algo positivo de esta pandemia has sido la flexibilidad. Estamentos enteros se adaptaron y flexibilizaron. Los hospitales cambiaron físicamente”, ha manifestado recalcando que “todos trabajábamos para atender a los pacientes con Covid-19”.
"Los retrasos, si los hay, no son nada comparable a los de las dos primeras olas. Las cosas están bien, no como antes, pero aproximándonos a antes de la pandemia"
“El cáncer es otra pandemia y es la primera o segunda causa de muerte en nuestro país”, apostilla el jefe del Servicio de Oncología de MD Anderson Cáncer Center
UNA PRIMERA OLA MUY DURA
La primera ola supuso un retraso en el diagnóstico de nuevos casos y en el inicio de tratamientos que han planteado funestas previsiones de cara al futuro. Por suerte, la oncología ha conseguido sobreponerse con rapidez y recuperar en gran parte el tiempo perdido. “La confianza de todos es mucho mayor ahora. Los retrasos, si los hay, no son nada comparable a los de las dos primeras olas. Las cosas están bien, no como antes, pero aproximándonos a antes de la pandemia”, afirma en este sentido la jefa del Grupo de Tumores Torácicos y Cáncer de Cabeza y Cuello del Hospital Vall d’Hebron.
“Tenemos una situación buena. En la segunda ola recuperamos en términos de diagnóstico y tratamiento”, añade Grande destacando que el coronavirus “nos ha recordado la necesidad de flexibilidad. Hay algunas cosas que para mí continúan siendo difíciles como es no permitir que los pacientes ingresados puedan esta acompañados o que las visitas estén muy restringidas. Un tema que a nivel individual es complicado pero en términos de diagnóstico estamos normalizados”, añade.
Por su parte el jefe del Servicio de Oncología de MD Anderson Cáncer Center ha puesto de relieve aprendizajes como la reducción de personas presentes en las salas de espera o el uso de la tecnología para reducir la presencialidad. “Hemos aprendido que para conocer el resultado de un TAC o de una analítica cuando el tumor se trató hace siete años, no necesita estar físicamente. Esto no es una merma en la calidad asistencial sino que beneficia a todo el mundo”.
“Gracias al esfuerzo de los pacientes se han mantenido y reflotado los estudios. Es una oportunidad para conseguir nuevos tratamientos y estrategias. No hay que parar y hay que seguir investigando”
“Gracias al esfuerzo de los pacientes se han mantenido y reflotado los estudios. Es una oportunidad para conseguir nuevos tratamientos y estrategias. No hay que parar y hay que seguir investigando”, ha recalcado poniendo como ejemplo la rapidez con la que se han desarrollado las vacunas contra la Covid-19. “Ahora ya no necesitas explicar a los pacientes qué es un ensayo clínico y su importancia”, añade Grande poniendo en valor los aprendizajes relativos a la ciencia que se han adquirido a nivel sociedad. “La pandemia ha puesto de relieve la importancia de invertir en ciencia y todavía se requiere más”, apostilla Juan Blanco.
LA IMPORTANCIA DE LA VACUNACIÓN
La parte final del coloquio se ha focalizado en destacar la vital importancia que supone la vacunación contra la Covid-19 en el caso de los pacientes oncológicos. “Hay que vacunarse y el tratamiento oncológico es un motivo más para hacerlo. Los pacientes oncológicos pueden hacerlo de forma segura. La vacuna no tiene efectos secundarios diferentes en pacientes que reciben quimioterapia o inmunoterapia”, asegura Felip.
“No tengan ninguna duda de vacunarse. Es mucho mayor el riesgo de adquirir la COVID-19 y tener un desenlace severo en pacientes oncológicos. Deben vacunarse ellos y sus cuidadores. La vacuna no evita infectarse y es muy importante que todo el entorno del paciente esté vacunado”, apostilla Grande.
Preguntados sobre la necesidad de una dosis adicional, sus conclusiones son claras. “Los pacientes oncológicos deberían tener prioridad en la administración de una tercera dosis”, manifiesta Grande, añadiendo Felip que, aunque no existe una recomendación clara, “estoy de acuerdo con Enrique ya que parece lógico, con los datos que tenemos, que los pacientes oncológicos deban recibirla”.