La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es un término empleado para hacer referencia a dos afecciones distintas que se caracterizan por una inflamación crónica del tracto gastrointestinal cuya prolongación en el tiempo origina daños en el tracto. Hablamos de la enfermedad Crohn y la colitis ulcerosa. La EII supone una importante carga para los sistemas sanitarios debido a su cronicidad y a la necesidad de terapias y cirugías de alto coste. Dado el aumento de la prevalencia de la enfermedad inflamatoria intestinal en Europa y el mayor uso de terapias biológicas, el panorama actual que se observa en el viejo continente obliga a tener en cuenta los costes sanitarios a largo plazo derivados del tratamiento de estos pacientes a la hora de asignar los recursos sanitarios.
La revista The Lancet Gastroenterology & Hepatology ha publicado un reciente estudio focalizado en calcular de forma aproximada los costes sanitarios de la enfermedad inflamatoria intestinal. Para ello se ha contado con una cohorte inicial basada en pacientes con EII diagnostica en 2010 en centros de 20 países europeos más Israel. La población de estudio final estuvo compuesta por 1.289 pacientes con EII: 1.073 pacientes (83%) de Europa occidental y 216 (17%) de Europa del Este. Del total vemos que 488 (38%) pacientes presentaban enfermedad de Crohn, 717 (56%) colitis ulcerosa y 84 (seis por ciento) EII sin clasificar.
Para el cálculo de los costes sanitarios derivados de la atención a estos pacientes se incorporaron los procedimientos que condujeron al diagnóstico inicial de EII, así como los costes asociados al manejo de la enfermedad durante un periodo de seguimiento de cinco años. Estos costes se agruparon en investigaciones (visitas ambulatorias y análisis de sangre), tratamiento médico convencional), terapia biológica, hospitalización y cirugía. Se excluyeron del estudio los costes incurridos por las comorbilidades de los pacientes en estudio y aquellos no relacionados con la EII.
“Los costes fueron más elevados en el primer año y luego disminuyeron significativamente durante el periodo de seguimiento. Las hospitalizaciones y los procedimientos diagnósticos representaron más del 50% de los costes durante el primer año”
Profundizando en los datos de la investigación encontramos cifras interesantes. Vemos que el coste medio por paciente y año durante el seguimiento realizado de un lustro fue de 2.609 euros. En el caso de que aquellos con enfermedad de Crohn el coste medio por paciente y año ascendió hasta los 3.542 euros y se situó en los 2.088 euros en aquellos con diagnóstico de colitis ulcerosa. El coste en los pacientes de la muestra con EII sin clasificar la cifra reportada es de 1.609 euros.
“Los costes fueron más elevados en el primer año y luego disminuyeron significativamente durante el periodo de seguimiento. Las hospitalizaciones y los procedimientos diagnósticos representaron más del 50% de los costes durante el primer año”, explican los autores. “Sin embargo, en los años posteriores se produjo un aumento constante del gasto de biológicos que supuso el 73% de los costes en enfermedad de Crohn y el 48% en colitis ulcerosa en el quinto año de seguimiento”.
El coste medio anual por paciente y año de biológicos se ha fijado en los 866 euros, siendo este más elevado en los pacientes con enfermedad de Crohn con un coste medio anual de 1.782 euros, frente a los 286 y 521 euros de los pacientes con colitis ulcerosa y EII no identificada, respectivamente.
Vemos que en el quinto año de seguimiento el coste medio anual de pacientes por terapia biológica supuso el 73% del gasto en el caso de los pacientes con enfermedad de Crohn y el 48% en los diagnosticados con colitis ulcerosa.
Los responsables del estudio aceptan que la muestra la empleada para su desarrollo es reducida, pero los resultados resultan de gran interés ya que estamos ante una de los pocos análisis prospectivos a largo plazo que se han realizado en Europa sobre los costes sanitarios de los pacientes con enfermedad inflamatoria crónica en la era de los productos biológicos. De esta forma se sienta la base de seguir ahondando en las tendencias crecientes con el objetivo de poder ajustar las implicaciones que el aumento de la prevalencia de la enfermedad pueda suponer en un futuro para los sistemas sanitarios europeos.