La presencia de los animales en la vida de las personas genera un bienestar emocional incalculable, especialmente en aquellas que atraviesan una situación complicada que influye en su salud física o mental. Sin embargo, la convivencia entre personas con patologías y animales también puede suponer un riesgo frente al contacto con enfermedades infecciosas. En ese sentido, las familias con pacientes pediátricos inmunodeprimidos, especialmente aquellos que han recibido un trasplante, deben tener en cuenta estas consideraciones con el objetivo de garantizar una relación saludable.
Con motivo de visibilizar los beneficios y los riesgos, el Hospital Universitario La Paz, en colaboración de la Fundación MAPFRE y la Asociación Española de Pediatría (AEP), ha desarrollado una guía destinada a familias con niños trasplantados que se centra en los beneficios de tener mascotas, pero también los riesgos ante infecciones zoonóticas. Esta investigación se ha presentado este miércoles 17 de enero en el marco de la festividad de San Antón, patrón de los animales.
“Muchos profesionales tienen prejuicios a la hora de recomendar la convivencia de estos niños con mascotas, sin embargo son los que más lo necesitan”
Hasta la fecha, numerosas investigaciones han confirmado el beneficio que aporta la tenencia de mascotas en distintas poblaciones. Sin embargo, los estudios sobre mascotas y su convivencia con niños inmunodeprimidos son más escasos. “Muchos profesionales tienen prejuicios a la hora de recomendar la convivencia de estos niños con mascotas, sin embargo son los que más lo necesitan”, explica la investigadora y coordinadora del área de Pediatría e Inmunodeficiencias del Servicio de Pediatría Hospitalaria, Enfermedades Infecciosas y Tropicales de La Paz, Ana Méndez-Echevarría, en una entrevista a ConSalud.es.
Estos pacientes tienen las defensas muy bajas, pero también son los que más necesitan compañía al pasar más tiempo aislados de sus compañeros de la misma edad. “Aunque existen riesgos, el beneficio es todavía mayor, pero hasta ahora no ha habido muchas evidencias sobre el balance real de beneficio”, apunta la doctora. Ahora, la investigación ha utilizado el testimonio de 284 familias y la participación de más de 500 veterinarios para analizar la influencia de los animales en el bienestar de niños trasplantados o inmunodeprimidos.
Este estudio se ha basado en familias con perros y gatos, que representan la mayoría de las mascotas de los hogares españoles. Los resultados de esta investigación han confirmado que el 46% de las familias encuestadas tiene mascota después del trasplante. Los perros y gatos son los más comunes, seguidos de aves, reptiles y mascotas exóticas, aunque estos tres pueden implicar “mayor riesgo”, como explica Méndez-Echevarría.
RECOMENDACIONES PARA UN ENTORNO SEGURO
A pesar de su demostrado beneficio, las infecciones transmisibles de animales a humanos pueden poner en riesgo la salud de estos niños. Por esto, la primera recomendación hace referencia a una correcta desparasitación y una buena vacunación. “Aunque la mayor parte de las vacunas de los animales no son para patologías humanas, algunas sí están relacionadas”, afirma la experta.
En segundo lugar, la doctora sugiere que, si se va adquirir un animal tras el trasplante, las familias tengan en cuenta la edad del animal. “Se recomienda no tener animales de menos de seis meses”, subraya. “Se ha comprobado que existe un mayor riesgo de infecciones gastrointestinales en cachorros porque su flora está formándose”, continúa.
“Hemos tenido pacientes trasplantados que cogieron gatos callejeros y se infectaron por alguna infección”
Como tercera recomendación, Méndez-Echevarría recomienda no recoger gatos callejeros para convivir con niños trasplantados o inmunodeprimidos. “Hemos tenido pacientes trasplantados que cogieron gatos callejeros y se infectaron por alguna infección”, asegura la doctora.
Además, a estas tres recomendaciones, la experta añade el papel del veterinario, que debe conocer en todo momento si existe un paciente inmunodeprimido en el hogar para proponer recomendaciones concretas. Por su parte, el facultativo deberá comunicar “cual es el momento óptimo para que entre un animal en un domicilio”, indica la doctora y asegura que “los periodos con las defensas más bajas son los primeros seis meses del trasplante”.
En definitiva, como señala la investigadora, “la formación y la información son fundamentales para prevenir riesgos en la convivencia entre mascotas y niños trasplantados”. En cuanto a los beneficios, la doctora confirma: “Las mascotas aportan un beneficio psicoemocional, de funcionamiento familiar e incluso de adherencia en algunas ocasiones” y concluye, “por tanto estas personas viven mejor, lo que se traduce en calidad de vida y salud”.