Las enfermedades cardiovasculares engloban numerosas dolencias como el ictus, el infarto de miocardio, la insuficiencia renal o incluso la disfunción eréctil. Entre los factores de riesgo que contribuyen al desarrollo de estas enfermedades se encuentran el tabaquismo, el sedentarismo, la mala alimentación o la obesidad.
Con motivo del Día Europeo para la Prevención del Riesgo Cardiovascular, la doctora Esther Merino, responsable de la Unidad de Prevención de Enfermedad Cardiovascular y Rehabilitación Cardiaca de Olympia Quirónsalud, recuerda que gran parte de estos factores son modificables y que con su correcto control se podría reducir hasta en un 80% el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular. Para esto, recuerda la importancia de seguir una dieta adecuada. “Hacer una dieta mediterránea es apostar por la inclusión de alimentos frescos y por la reducción de alimentos o salsas procesadas. Ingerir legumbres, verduras, hortalizas, frutas, productos integrales (pan, pasta y arroz integral), pescado azul o blanco, huevos, frutos secos crudos o tostados, aceite de oliva extra. Cocinar a la plancha, vapor o al horno”, indica.
En la dieta, también es importante vigilar los niveles de azúcar, sin sobrepasar unos 20 o 25gr de este al día. Además, hay que hacerse análisis de sangre al menos una vez al año para controlar los niveles de glucosa, y hacer un seguimiento periódico de la tensión arterial.
Con el correcto control de los factores de riesgo se podría reducir hasta en un 80% el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular
Otra forma de controlar los factores de riesgo evitando el sedentarismo es realizando actividad física. Bastaría con 150 minutos a la semana de actividad física aeróbica de intensidad moderada o 75 minutos semanales si la actividad física es de intensidad vigorosa. “Mantener un peso adecuado no solo aleja de desarrollar enfermedad cardiovascular, también ayuda a controlar o incluso hace que desaparezcan otros factores de riesgo como la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la diabetes tipo 2, etc.”, afirma la doctora.
La especialista describe también otros factores importantes a tener en cuenta, como el colesterol, el tabaquismo, el alcoholismo o incluso el estrés, porque eleva las pulsaciones y la tensión arterial. Además, dormir menos de 6 horas o la mala salud bucal pueden propiciar también enfermedades cardiovasculares. “La periodontitis es factor de riesgo de enfermedad cardiovascular, el sangrado de las encías suele ser el primer signo de advertencia y debe valorarse para poder hacer un tratamiento precoz que corrija la situación”, advierte la doctora Esther Merino.
Para controlar la salud cardiaca es importante también realizarse diagnósticos. En Olympia, la doctora Esther Merino dispone de programas dirigidos a personas de en torno a 40 años o que ya tienen antecedentes familiares de ictus o infartos. Estos programas combinan entrevistas con exploraciones y test (electrocardiograma, ecocardiograma, analítica, etc.), haciendo un diagnóstico de la salud cardiaca actual y futura del paciente.