La osteoporosis se califica como una ‘enfermedad silenciosa’ debido a que, en muchas ocasiones, no se la reconoce hasta que los pacientes sufren una lesión debilitante. Y esto sucede a pesar de que se trata de una patología muy extendida a nivel mundial, pues se estima que un tercio de las mujeres y un quinto de los hombres mayores de 50 años sufrirán fracturas relacionadas con la osteoporosis. Un claro ejemplo de la extensión de esta condición es India, donde se estima que más de 61 millones de personas padecen esta enfermedad. Pero, ¿qué puede estar provocando esta situación? Los factores que contribuyen a la osteoporosis son muchos, entre los que se incluyen cambios hormonales, falta de ejercicio, consumo de alcohol o el tabaco. Todos estos factores están muy presentes en la India, pero hay otro más extendido aún si cabe: la exposición a la contaminación del aire.
Un artículo de ‘Science’ profundiza en la relación de la osteoporosis y la contaminación, que ya de por sí está asociada a la salud cardiaca y pulmonar. Sin embargo, su probable vínculo con la osteoporosis es otro motivo para que la India (y el resto de países) ponga en práctica políticas encaminadas a reducir la contaminación del aire. Son numerosos los estudios epidemiológicos realizados en muchos países que indican que las tasas de osteoporosis son más altas en las zonas con aire contaminado y lleno de hollín, una de las características principales de las ciudades y pueblos de la India. Sin embargo, los investigadores aún están tratando de comprender los mecanismos biológicos que podrían vincular esto con la fragilidad de los huesos.
En el año 2007, un estudio realizado en Noruega llamó la atención sobre una posible conexión con la contaminación del aire. Dicho estudio encontró una correlación débil pero estadísticamente significativa entre la exposición modelada a la contaminación del aire y la reducción de la densidad ósea en 590 hombres de 75 o 76 años. Tres años después, los mismos investigadores encontraron una correlación entre la exposición a la contaminación del aire y una mayor prevalencia de fracturas de antebrazo autoinformadas en hombres que fumaban.
Son numerosos los estudios epidemiológicos realizados en muchos países que indican que las tasas de osteoporosis son más altas en las zonas con aire contaminado y lleno de hollín
A su vez, otro estudio examinó una cohorte de 9,2 millones de personas mayores de 65 años que vivían en el noreste de Estados Unidos, así como 692 hombres de mediana edad que vivían en comunidades de bajos ingresos. En ambas cohortes, los investigadores descubrieron que la exposición a niveles más altos de dos formas especialmente peligrosas de contaminación del aire (partículas de menos de 2,5 micrones de diámetro (PM2,5) y hollín conocido como carbono negro) estaba asociada con tasas más altas de fracturas óseas y otros marcadores de osteoporosis.
Sin embargo, a pesar de que las correlaciones estadísticas entre la contaminación y la osteoporosis son fuertes, demostrar la causalidad es complicado, pues no es fácil documentar exactamente cuánta contaminación está respirando una persona, así como las sustancias químicas específicas. A su vez, puede resultar difícil filtrar las variables de confusión: las personas que viven en áreas altamente contaminadas pueden tener otros factores de riesgo, como la mala nutrición, que contribuyen a la osteoporosis.
Aún así, pese a la complejidad, los investigadores han comenzado a identificar ciertas formas en las que los contaminantes del aire pueden provocar daño óseo. Una de ellas es evidente: el ozono troposférico catalizado por contaminantes puede bloquear la luz solar, atenuando la radiación ultravioleta que permite al cuerpo producir vitamina D, que desempeña un papel fundamental en el desarrollo óseo.
Si se confirma que la contaminación del aire causa osteoporosis, los hallazgos podrían tener importantes implicaciones en la India, un país en el que la población en aumento respira un aire cada vez más sucio
Por otro lado, existen otros mecanismos potenciales en el interior de las células. Ahí, los compuestos que se encuentran en la contaminación del aire pueden estimular la formación de moléculas inestables conocidas como radicales libres, que pueden unirse al ADN, las proteínas y otros componentes celulares y dañarlos. Los contaminantes también pueden promover la inflamación y otras respuestas inmunitarias, lo que podría interferir con los procesos celulares que reemplazan el tejido óseo viejo por uno nuevo.
Si se confirma que la contaminación del aire causa osteoporosis, los hallazgos podrían tener importantes implicaciones en la India, un país en el que la población en aumento respira un aire cada vez más sucio. En concreto, desde 1998 hasta 2021, la contaminación media anual por partículas en la India aumentó casi un 68%, de acuerdo con el Instituto de Política Energética de la Universidad de Chicago. La quema de combustibles fósiles es en parte culpable, pero también lo es la práctica común de quemar residuos agrícolas en las zonas rurales. Además, muchos indios cocinan en estufas humeantes alimentadas con estiércol, leña o carbón.
Paralelamente a esto, el país también se enfrenta a la urgente necesidad de mejorar el diagnóstico de la osteoporosis, según indica Uma Kumar, jefa del departamento de reumatología del Instituto de Ciencias Médicas de la India. En concreto, explica que, en la actualidad, muchos casos pasan inadvertidos debido a la escasez de equipos estándar para la medición de la densidad ósea, especialmente las máquinas que se utilizan para realizar exploraciones de absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA). En la actualidad, la India tiene aproximadamente un escáner DEXA por cada 4 millones de personas, especialmente en las grandes ciudades. Además, las exploraciones pueden resultar prohibitivamente caras para muchos indios.