Más del 50% de la superficie terrestre hace frente a niveles de contaminación lumínica superiores a los naturales. Especialmente en zonas cercanas a fuentes de luz artificial que superan hasta un millón de veces el nivel normal. Esta contaminación lumínica afecta directamente a la salud de los ecosistemas, los seres humanos y los animales.
Estas conclusiones se extraen de un estudio publicado en 'Nature Reviews' y en el que participa un equipo internacional y un científico de la Universidad Complutense de Madrid. Liderado por Héctor LinaresArroyo, de la Fundación Stars4All, junto a Ángela Abascal, de la Universidad Pública de Navarra, y Alejandro Sánchez de Miguel, de la UCM y director científico de la Fundación Stars4All, pone en evidencia cómo la luz artificial está transformando los cielos nocturnos "a un ritmo alarmante".
El estudio revela un incremento anual en la emisión de luz global de al menos el 2% y, posiblemente, hasta un 10
Estos hallazgos se basan en datos recogidos a través de imágenes satelitales y observaciones estelares, revelando un incremento anual en la emisión de luz global de al menos el 2% y, posiblemente, hasta un 10.
El estudio critica las limitaciones actuales en la tecnología de monitoreo, especialmente el sensor Day and Night Band (DNB) del satélite VIIRS, el cual no detecta la luz azul, crítica para evaluar el cambio de iluminación tradicional a LED. Este desfase tecnológico puede estar subestimando la verdadera extensión del problema. España por ejemplo muestra un descenso de la emisión muy importante, que puede ser engañoso por este efecto.
En respuesta a estos desafíos, la Red Española de Estudios de Contaminación Lumínica ha promovido un manifiesto para el desarrollo y adopción de satélites con capacidades multiespectrales mejoradas, capaces de proporcionar una evaluación más precisa y efectiva de este tipo de contaminación.