La contaminación acústica es uno de los factores ambientales que más problemas de salud provoca y su causa es debida al ruido superior a los 60 decibelios. De acuerdo con la Agencia Europea del Medio Ambiente, esta problemática puede llegar a causar 16.000 muertes prematuras y más de 72.000 hospitalizaciones al año. Con motivo de concienciar sobre su problemática, se celebra el 27 de abril el Día Internacional de la Concienciación sobre el Ruido, este año bajo el lema de “Para oír de por vida, ¡escucha con cuidado!”.
El ruido se diferencia del sonido en que, mientras que el sonido es regular y de entonación definida, el ruido es irregular y provoca una sensación desagradable al oído. Este ruido genera contaminación acústica, que a su vez repercute en la salud de las personas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay estudios que relacionan el ruido con cambios fisiológicos en el sueño, presión arterial y digestión, o incluso con un impacto negativo en el desarrollo del feto.
En este sentido, en la población pediátrica se pueden empezar a observar alteraciones en la capacidad cognitiva a partir de los 55 decibelios. Esto afecta al rendimiento escolar, la concentración y la memoria, o incluso conducir a la pérdida prematura de la audición.
Además, el 20% de la población europea vive en zonas en las que los niveles de ruido se consideran perjudiciales para la salud. En relación con esto, España, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ocupa el segundo país más ruidoso del mundo (por detrás de Japón), y el primero de Europa.
Sin embargo, según Sandra Salinas, audióloga del Servicio de Otorrinolaringología de la Fundación Jiménez Díaz, la contaminación acústica y sus problemas derivados pueden prevenirse siguiendo medidas adecuadas. “Mantener el volumen bajo en los dispositivos de audio personales, no usando reproductores de música a más del 60 por ciento de su volumen máximo ni más de una hora el día; utilizar auriculares o cascos bien ajustados y, a ser posible, con cancelación de ruido; y alejarse de la fuente de ruido cuando un sonido sea demasiado fuerte”, afirma la experta.
España, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ocupa el segundo país más ruidoso del mundo (por detrás de Japón), y el primero de Europa
Otros consejos también pasarían por reducir el número de aparatos ruidosos encendidos a la vez, limitar el tiempo de exposición o utilizar protectores auditivos. “El riesgo se intensifica porque la mayoría de los dispositivos de audio, lugares y eventos de entretenimiento no ofrecen opciones de escucha seguras, lo que contribuye al riesgo de pérdida de audición”, afirma Salinas.
La OMS también cuenta con una serie de normas para la escucha segura en lugares expuestos a altos niveles de ruido. “Realizar un seguimiento y registro constante de los niveles sonoros con equipos calibrados por personal designado a tal efecto; optimizar la acústica y los sistemas de sonido de la sala para garantizar una calidad de sonido agradable y una escucha segura; entregar al público protección auditiva personal, junto con instrucciones de uso; facilitar acceso a zonas silenciosas para que los oídos descansen y disminuir el riesgo de daño auditivo; y formar e informar a los trabajadores”, recuerda Salinas.
En definitiva, para reducir la contaminación acústica y sus problemas de salud hay que adoptar una serie de hábitos saludables, y efectuar con regularidad reconocimientos de la audición.