En marzo del pasado año la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertaba de que, más de 1.000 millones de personas con edades comprendidas entre los 12 y los 35 años, se encontraban en riesgo de perder la audición debido a la exposición prolongada y excesiva a música fuerte y otros servicios recreativos. La exposición a ruidos fuertes puede provocar la pérdida temporal de la audición o tinnitus. Si esta se produce de forma prolongada o repetida en el tiempo las consecuencias para la salud auditiva pueden llegar a ser importantes con daños permanentes que desembocan en una pérdida irreversible de la audición.
La concienciación social sobre los riesgos que implica para la salud el ruido relacionado con el ocio ha aumentado en los últimos años. Pero se necesitan pasos más firmes frente a otros problemas como la contaminación acústica. La revista The Lancet Regional Health Europe ha publicado un reciente análisis en el que alerta sobre el escaso foco social que se pone sobre este importante problema de la salud. Todos somos conscientes de los impactos que suponen para nuestra salud la contaminación del aire o del agua, por ejemplo, pero pocas veces nos detenemos a pensar en nuestra salud auditiva.
"Una mejor implementación de la Directiva de Ruido Ambiental, principal ley de la Unión Europea para identificar y abordar los niveles de contaminación acústica"
Según las últimas estimaciones de la OMS al menos un millón de años de vida saludable se pierden cada año solo por el ruido ambiental relacionado con el tráfico en Europa occidental. Cada vez son más los expertos que inciden en la necesidad de luchar contra la contaminación acústica antes de que se agrave todavía más este desapercibido para muchos problema de salud pública global.
Tal y como señalan en la referida cabecera el ruido supone ya un problema para la salud de, al menos, uno de cada cinco ciudadanos de la Unión Europea. De acuerdo con un artículo publicado en este medio en 2021, las tendencias en la prevalencia del tinnitus en Europa son preocupantes. Este trabajo estimó que uno de cada siete adultos en la Unión Europea lo padece. “Más allá de los efectos sobre el sistema auditivo, el ruido se asocia con una mayor incidencia de enfermedades cardiovasculares, además de causar molestias, trastornos del sueño y deterioro del rendimiento cognitivo”, recoge el artículo.
Los expertos explican que un punto positivo es que, a diferencia de otros muchos contaminantes, el ruido puede detenerse de forma instantánea y no tiene efectos persistentes. En este sentido la Oficia Regional de la OMS para Europa ha desarrollado una serie de pautas focalizadas en el ruido ambiental para brindar orientación a las autoridades.
“Más allá de los efectos sobre el sistema auditivo, el ruido se asocia con una mayor incidencia de enfermedades cardiovasculares, además de causar molestias, trastornos del sueño y deterioro del rendimiento cognitivo”
“Una mejor implementación de la Directiva de Ruido Ambiental, principal ley de la Unión Europea para identificar y abordar los niveles de contaminación acústica, es necesaria para proteger a las personas de las exposición nociva del ruido ambiental. Sin embargo, un problema importante es la escasez de datos de todos los países, más específicamente de las regiones central y oriental de Europa, lo que significa que la evaluación de la carga de morbilidad por ruido ambiental no es posible para toda la Región”, concluyen los expertos.