Los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre los efectos en la salud de los españoles de la contaminación atmosférica nos dejan una alarmante fotografía: más de 10.000 muertes anuales. La cifra se torna aún más funesta si atendemos a la cifra global; más de siete millones de personas.
La Agencia Europea de Medio Ambiente ha publicado numerosos estudios en los que muestra la relación directa entre el cambio climático y la calidad del aire que respiramos. La OMS estima que nueve de cada 10 personas en el mundo respiran aire contaminado. Hecho que se traduce en millones de muertes cada año en todo el mundo como consecuencia de las distintas partículas que inhalamos inconscientemente cuando respiramos.
Estos datos son solo algunos de los que podemos encontrar como resultado de las decenas de estudios que se realizan cada año en todo el mundo sobre los efectos de la contaminación en nuestra salud. Y ninguno de los que podamos encontrar resulta alentador.
El Acuerdo de París se erigió en 2015 como el primer pacto a nivel global para combatir de forma férrea y con compromiso los efectos del cambio climático y frenar su avance. Pero muchos países no están cumpliendo con sus objetivos.
Y sobre este escenario se celebra la Cumbre del Clima (COP) en Madrid. Delegaciones de casi 200 países debaten y buscan soluciones comunes a la contaminación y calentamiento de nuestro planeta. La preocupante situación queda reflejada con el lema escogido por la ONU: “Tiempo de actuar”.
Pero, ¿realmente estamos a tiempo? Para analizar los efectos que la contaminación tiene sobre nuestra salud a corto y largo plazo, hemos entrevistado a Julio Díaz, investigador de la Escuela Nacional del ISCIII en el Departamento de Epidemiología y Bioestadística.
LOS EFECTOS A CORTO PLAZO DEL CAMBIO CLIMÁTICO
En el caso de los efectos a corto plazo estos están estrechamente ligados con el aumento de las temperaturas. “Si no se hace nada (se continúa con los sucesivos recortes a las iniciativas recogidas en el Acuerdo de París) y según las previsiones de la ONU, van a subir entre 2,2 y 2,3 grados a nivel global”. “Esta subida de temperatura no va a ser lineal sino que lo hará en forma de dientes de sierra”, lo que se traduce en un incremento de las olas de calor que serán cada vez “más frecuentes y más intensas”.
“Va a seguir habiendo olas de fríos ya que la corriente en chorro se está debilitando (río de aire que está a unos 20 kilómetros de altitud). Cuando no existe una diferencia grande de temperaturas entre el Polo y las latitudes medias, esa corriente en chorro, en vez de ir en línea recta irá en formas de meandros”, lo que producirá borrascas muy intensas como las que hemos visto en los últimos tiempos en España.
En el periodo comprendido entre los años 2000 y 2010 se produjeron alrededor de 1.300 muertes anuales en España atribuibles al calor
“Estas olas de calor tienen un impacto en la salud muy claro”, ha destacado. De acuerdo a los datos ofrecidos por Díaz, en el periodo comprendido entre los años 2000 y 2010 se produjeron alrededor de 1.300 muertes anuales en España atribuibles al calor.
Ha indicado que, en caso de que no se comiencen a tomar las medidas oportunas para frenar el calentamiento global (en los peores escenarios se apunta a un incremento en el futuro de seis grados de la temperatura media de España), cada vez se van a producir olas de calor más intensas. “Si no hay ninguna adaptación hablaremos de 12.000 muertes al año”.
La entrevista avanza hacia el incremento de la contaminación atmosférica en las grandes ciudades. “Se prevé que el cambio climático provoque situaciones de bloqueo en nuestras latitudes. Esas situaciones de bloqueo anticiclónico van a suponer una menor dispersión de la contaminantes en la atmósfera y, por lo tanto, va a incrementar los niveles de contaminación en las grandes ciudades”.
“Si no hay ninguna adaptación hablaremos de 12.000 muertes al año”
Una situación a la que contribuye el efecto de masificación poblacional del que vienen siendo testigos las metrópolis a nivel global como consecuencia de las constantes migraciones procedentes de las zonas rurales. “Las ciudades cada vez van a tener más contaminación y por su estructura, van a favorecer el efecto de isla térmica aumentando el efecto de las olas de calor, a su vez, se van a llenar de personas con unos niveles de contaminación cada vez más elevados”, asegura.
RELACIÓN ENTRE CONTAMINACIÓN Y DISTINTAS ENFERMEDADES
Motivos por los que los efectos para la salud de la contaminación no se reducen únicamente a la mortalidad. Ha destacado que se esperan 10.000 muertes al año a corto plazo por enfermedades cardiovasculares y respiratorias derivadas o agravadas por la contaminación. “Pero esta es tan solo la punta del iceberg”.
“La contaminación está afectando a muchas más enfermedades que como el cáncer de pulmón, tal y como señala la propia Organización Mundial de la Salud, las partículas PM2,5 han sido reconocidas como carcinógeno”, y recientes investigaciones han demostrado su relación con el cáncer de mama. Pero no se trata solamente de cáncer.
“Se está relacionando la contaminación con enfermedades neurodegenerativas. Con casos de alzhéimer o demencia”, ha explicado señalando que la contaminación ya tiene efectos negativos en los seres humanos incluso antes de nacer.
"En España en torno al 13% de los partos prematuros se deben a la contaminación así como el 17% de los nacimientos prematuros"
Los altos niveles de contaminación atmosféricos han sido relacionados por recientes estudios con el incremento de niños de bajo peso al nacer e incluso prematuros y mortalidad fetal. “En España en torno al 13% de los partos prematuros se deben a la contaminación así como el 17% de los nacimientos prematuros”.
“Además la contaminación se está relacionando últimamente con casos de diabetes y obesidad. En adultos, con demencia, ansiedad y depresión”, asegura poniendo como ejemplo una serie de estudios relacionados en Barcelona que apuntan a que “en los lugares en los que es mayor el nivel de contaminación, se incrementa el uso de antidepresivos”.
Díaz ha recalcado que la contaminación influye de forma negativa en el desarrollo neurológico de los niños. “Hay estudios que nos están diciendo que en los lugares en los que hay mayores niveles de contaminación, mediante resonancia magnética se ve que parte del cerebro de los más pequeños están menos desarrollados”, con las consiguientes consecuencias negativas en sus procesos de aprendizaje.
En sus palabras, los altos niveles de contaminación también guardan relación con otras patologías que son consideradas como menos graves pero no por ello menos importantes. “La contaminación está detrás del origen del asma, neumonía y luego patologías que sufre la inmensa población de una ciudad como son los problemas respiratorios leves como la tos o la irritación de garganta”.
EL AVANCE DE LAS ENFERMEDADES INFECCIOSAS
“El cambio climático va a producir eventos meteorológicos extremos”, ha expresado poniendo el foco en las inundaciones y las sequías. “Si vives en lugar en el que no llueve o si llueve, lo hace de forma torrencial, los procesos agrícolas y de ganadería van a ser insuficientes para que esa población subsista”, por lo que se van a incrementar los problemas de malnutrición.
“Actualmente ya hay más desplazados por el clima que por las guerras”
Un problema que se traducirá en un crecimiento de las migraciones. “Actualmente ya hay más desplazados por el clima que por las guerras”.
Los pronósticos sobre el incremento progresivo de la temperatura del planeta no traen buenas noticias en términos de enfermedades infecciosas. “Los mosquitos o garrapatas se van a distribuir. Enfermedades como el dengue, la malaria o la chikungunya se den en lugares que antes no se daban”, ante el aumento de las temperaturas invernales. “Ahora ese mosquito ya puede vivir en España y ya hay casos en nuestro país de dengue”.
LA NECESIDAD DE LOS PROCESOS DE ADAPTACIÓN
Díaz ha explicado a este medio la realización de un estudio elaborado por el Departamento de Epidemiología y Bioestadística del ISCIII. En este se han comparado las muertes atribuibles al calor en España entre 1983 y 2013. Un periodo que, para su análisis, ha sido dividido en grupos de 10 en 10 años.
“Antes, para que una persona se viese influenciada por el efecto del calor (que se viese agravada una patología no provocada por el calor) y falleciera, en las dos primeras décadas hablábamos de entorno a un 14% por grado sobre la temperatura umbral”, que en el caso de Madrid se sitúa en los 36 grados y varía de una zona a otra.
“Se educa ambientalmente a la gente a través de campañas y su propia experiencia para adaptarse al calor”
“A partir del año 2003 baja prácticamente al 2%. Influyen muchas cosas como los Planes de Prevención contra Temperaturas Extremas lanzados en 2004. Lo que hacen es alertar a la población de que hay una ola de calor y puede tener consecuencias negativas para su salud”.
Una iniciativa que puede parecer de escasa importancia pero que sienta las bases de la “cultura del calor”: “se educa ambientalmente a la gente a través de campañas y su propia experiencia para adaptarse al calor”.
“También se han producido mejoras socioeconómicas, mejoras sanitarias y se ha incrementado el uso del aire acondicionado”, influyendo en la reducción de la mortalidad atribuible al calor en España.
“Se han producido mejoras a nivel de infraestructuras con mayores zonas verdes y azules con un aumento de estanques, fuentes y lagos”, que también se ha visto en muchos otros países.
“Si las temperaturas continúan aumentando y no se sigue con estos procesos de adaptación, estaríamos hablando de esas 12.000 muertes anuales. Si nosotros conseguimos que, a medida que suba la temperatura por el cambio climático se incremente al mismo ritmo la temperatura que provoca la muerte por calor, entonces no habrá más muertes por calor. Estaremos hablando de adaptación completa y estaríamos en las 1.400 muertes por año entre 2050 y 2100”, ha concluido.