Un grupo de investigadores pertenecientes a la School of Public Health del Imperial College de Londres ha desarrollado la investigación más completa hasta el momento de la asociación entre los alimentos ultraprocesados y el riesgo de desarrollar cáncer. Estos productos son clasificados como “nutricionalmente desequilibrados”, dado su elevado contenido en azúcares, grasas o sodio y un bajo contenido en proteínas, fibra, minerales y vitaminas en comparación con los alimentos que no se procesan o están mínimamente procesados.
Los alimentos ultraprocesados suelen tener precios relativamente asequibles y abunda su comercialización, a menudo como opciones saludables cuando en realidad no lo son. En los últimos años ha crecido la evidencia científica que relaciona su consumo con múltiples riesgos para la salud como la obesidad, diabetes o las enfermedades cardiovasculares.
El estudio ha empleado los registros del Biobanco de Reino Unido para recopilar información sobre las dietas y hábitos alimenticios de más de 200.000 británicos de mediana edad. Los investigadores han monitorizado sus resultados de salud durante una década con el foco puesto en el posible riesgo de desarrollar cualquier tipo de cáncer en general, así como valorando los posibles riesgos ante 34 cánceres específicos. Este trabajo también ha evaluado el riesgo que presenta el consumo de alimentos ultraprocesados con la mortalidad por cáncer.
Profundizando en los hallazgos del estudio vemos que un mayor consumo de alimentos ultraprocesados se ha asociado con un riesgo más elevado de desarrollar cáncer en general y, específicamente, con cáncer de ovario y cerebro. También se relaciona con una mayor mortalidad por cáncer, especialmente si se trata de cáncer de ovario y de mama. Por cada aumento del 10% de alimentos ultraprocesados en la dieta de una persona se registró un incremento del 2% para la incidencia del cáncer en general y del 19% para el cáncer de ovario concretamente.
El estudio pone además de relieve que por cada aumento del 10% en el consumo de alimentos ultraprocesados se ha identificado un incremento de la mortalidad por cáncer general del seis por ciento, así como un aumento del 16% para el cáncer de mama y del 30% para el cáncer de ovario. Los autores de la investigación afirman que estos vínculos se mantuvieron tras ajustar una variedad de factores socioeconómicos, conductuales y dietéticos, como el tabaquismo, la actividad física y el índice de masa corporal.
"Los alimentos ultraprocesados están en todas partes y son ampliamente comercializados, con precios económicos y envases atractivos para promover su consumo. Esto demuestra que nuestro entorno alimentario necesita una reforma urgente"
Reino Unido cuenta con una de las tasas más altas de consumo de alimentos ultraprocesados de Europa, incluso entre la población infantil. En este sentido el estudio muestra que un mayor consumo de este tipo de alientos se asoció con un mayor riesgo de desarrollar obesidad y diabetes tipo 2 en los adultos británicos, así como con un mayor aumento de peso en los niños que se mantiene desde la infancia hasta la edad adulta.
“Este estudio se suma a la creciente evidencia de que es probable que los alimentos ultraprocesados tengan un impacto negativo en nuestra salud, incluso en el riesgo de cáncer. Dados los altos niveles de consumo en adultos y niños del Reino Unido, esto tiene importantes implicaciones para los resultados de salud futuros”, expone a través de un comunicado la doctora Eszter Vamos, autora principal del estudio.
“Aunque nuestro trabajo no puede probar la causalidad, otra evidencia disponible muestra que reducir los alimentos ultraprocesados en nuestra dieta podría brindar importantes beneficios para la salud. Se necesita más investigación para confirmar estos hallazgos y comprender las mejores estrategias de salud pública para reducir la presencia generalizada y los daños de los alimentos ultraprocesados en nuestra dieta”.
“El británico promedio consume más de la mitad de su ingesta diaria de energía de alimentos ultraprocesados. Esto es excepcionalmente alto y preocupante, ya que los alimentos ultraprocesados se producen con ingredientes industriales y a menudo, utilizan aditivos alimentarios para ajustar el color, sabor, consistencia, textura o prolongar la vida útil”, afirma la doctora Kiara Chang, primera autora del estudio.
“Es posible que nuestros cuerpos no reaccionen de la misma manera a estos ingredientes y aditivos ultraprocesados. Sin embargo, los alimentos ultraprocesados están en todas partes y son ampliamente comercializados, con precios económicos y envases atractivos para promover su consumo. Esto demuestra que nuestro entorno alimentario necesita una reforma urgente para proteger a la población de estos alimentos”, añade.
Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) han recomendado en numerosas ocasiones restringir el consumo de alimentos ultraprocesados como parte de una dieta saludable y sostenible. “Necesitamos etiquetas de advertencia claras en el frontal de los paquetes para los alimentos ultraprocesados para ayudar a los consumidores a elegir, y el impuesto sobre el azúcar debe extenderse para cubrir todas las bebidas gaseosas ultraprocesadas”, asevera Chang.