Las personas con diabetes, especialmente aquellas que padecen la de tipo 2, presentan un mayor riesgo de complicaciones macrovasculares y microvasculares, lo que conduce a mayores probabilidades de muerte prematura. La evidencia científica asocia la diabetes tipo 2 en personas de 50 años con hasta seis años menos de esperanza de vida que aquellas que no tienen la enfermedad. Razón por la que un control eficaz de la diabetes es fundamental para reducir los riesgos asociados a la enfermedad.
En estos términos, las personas con diabetes deben vigilar aspectos como la presión arterial, los niveles de glucosa, el colesterol y el peso. Los expertos señalan que la cuantificación de los años de vida ganados gracias a una mejor atención diabética es imperativo tanto en la práctica clínica como en el diseño de las intervenciones de salud pública. Los datos extraídos en base a un mejor control de la enfermedad pueden emplearse en el proceso de toma de decisiones compartido con los pacientes, enfatizando en los beneficios que reporta el cuidado de la diabetes a la largo de toda la vida.
Para ejemplificar estos planteamientos con datos atendemos a los resultados de un estudio publicado en JAMA Network. La muestra de este trabajo consta de 421 estadounidenses con diabetes tipo 2 cuyos datos han sido extraídos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición realizada en el periodo 2015-2016. La edad media de los individuos que componen la muestra fue de 65,6 años, siendo el 46% mujeres. La meta principal del estudio se focaliza en la cuantificación de las ganancias potenciales de esperanza de vida asociadas con diferentes niveles de biomarcadores en pacientes con diabetes.
De este modo se ha hallado que las diferencias en los niveles de hemoglobina glucosilada e índice de masa corporal tenían una asociación más fuerte con la ganancia de años vividos desde una perspectiva poblacional. A nivel individual se ha encontrado una gran variación en los beneficios asociados con una mejor atención a la diabetes, asociados con las características individuales de los pacientes.
"A día de hoy hay un gran déficit en cuanto a educación para los pacientes con esta patología. En el momento en el que no pueden tener un seguimiento de la enfermedad, como nos ha pasado en la pandemia, el paciente está perdido"
Cabe señalar que el beneficio del control de los biomarcadores fue más notable en los adultos jóvenes, y disminuyó a medida que las personas envejecían. La conclusión más importante de este estudio sugiere que un mejor control de los biomarcadores puede aumentar potencialmente la esperanza de vida en tres años de media en una persona con diabetes tipo 2 en Estados Unidos.
En los casos de las personas con elevados niveles de HbA (hemoglobina glucosilada), presión arterial sistólica (PAS), colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL-C) e índice de masa corporal (IMC), el control de los biomarcadores puede aumentar potencialmente la esperanza de vida en más de 10 años. Señalar que, en base a estos cuatro biomarcadores, la mayor cantidad de años de vida ganados se asociaron con un IMC bajo. Sobre este aspecto los autores del estudio manifiestan que las intervenciones en el estilo de vida de cada paciente así como las terapias centradas en la nutrición son fundamentales para mejorar la esperanza de vida de los pacientes con diabetes tipo 2.
“Nuestros hallazgos pueden ser utilizados por médicos y pacientes para seleccionar los objetivos óptimos de tratamiento y medir los beneficios potenciales para la salud de las intervenciones y programas para mejorar la atención de la diabetes”, concluyen los autores de la investigación.
"Alrededor de 25.000 personas fallecen cada año como consecuencia de las complicaciones asociadas a la enfermedad"
En el caso de España, la diabetes se erige como la patología crónica con mayor prevalencia. Una enfermedad mortal si no se trata adecuadamente como demuestra el hecho de que alrededor de 25.000 personas fallecen cada año como consecuencia de las complicaciones asociadas a la enfermedad.
En relación a lo expuesto a lo largo de estas líneas conviene recalcar que el control de la diabetes depende en gran medida de los propios pacientes que, en muchas ocasiones, no cuentan con información suficiente como se ha comprobado durante los momentos más críticos de la pandemia.
“A día de hoy hay un gran déficit en cuanto a educación para los pacientes con esta patología. En el momento en el que no pueden tener un seguimiento de la enfermedad, como nos ha pasado en la pandemia, el paciente está perdido. Durante el confinamiento más duro vimos como las personas que no tenían educación diabetológica, la inmensa mayoría, se ha producido un gran número de complicaciones siendo en su mayoría cardiovasculares”, explica a este medioMercedes Maderuelo, gerente de la Federación Española de Diabetes.