Conocemos la Unidad de Predisposición Genética a Cáncer Infantil de La Paz

Partiendo del dato de que el 10% de los cánceres infantiles tiene su origen en causas genéticas, entrevistamos a Adela Escudero, genetista de la Unidad de Predisposición Genética a Cáncer Infantil del Hospital La Paz.

Hospital Universitario La Paz de Madrid (Foto. HULP)
Hospital Universitario La Paz de Madrid (Foto. HULP)
CS
15 febrero 2020 | 00:00 h

Al menos el 10% de los cánceres infantiles encuentra su explicación en las alteraciones genéticas que acontecen en la llamada línea germinal. Hablamos de alteraciones presentes en el ADN de todas las células del individuo. Esta situación puede contribuir de forma positiva a la hora de realizar un diagnóstico en estadios tempranos de la enfermedad, a ofrecer un consejo genético y a plantear el desarrollo de futuras terapias génicas.

Tomando como base estos datos, con motivo de la celebración del Día Internacional del Niño con Cáncer, ponemos el foco el Hospital Universitario La Paz de Madrid que ha puesto en funcionamiento la primera Unidad de Predisposición Genética a Cáncer Infantil (UPGeCI) de la Comunidad de Madrid.

Esta Unidad fue creada en 2018 y trabaja con el objetivo de mejorar la identificación de aquellos pacientes que presentan ciertas alteraciones genéticas que les hacen susceptibles de desarrollar algún tipo de cáncer durante la infancia. Desde ConSalud.es hemos hablado con Adela Escudero, una de las genetistas de la Unidad para conocer en profundidad cómo desarrolla su trabajo.

“La existencia de unidades de consejo genético en cáncer es ya una realidad en pacientes oncológicos adultos y gracias a ellas se ha optimizado el manejo clínico y se han instaurado medidas preventivas para la detección precoz tanto en los pacientes como en sus familiares”, comienza explicando en la entrevista.

En este sentido destaca que los criterios que se tienen en cuenta a la hora de remitir a los pacientes adultos a las unidades de cáncer hereditario “se basan fundamentalmente en la historia familiar y el tipo de tumor y estos criterios no pueden aplicarse a la población pediátrica ya que los tipos de cáncer infantil difieren completamente de los que aparecen a edades más tardías y en muchos casos los pacientes carecen de historia familiar”.

Este es el origen de la Unidad de Predisposición especializada en Cáncer Infantil centrada en el manejo y asesoramiento exclusivo de pacientes pediátricos que “permite mejorar el diagnóstico y ofrecer a los pacientes alternativas de seguimiento y/o tratamiento dirigidas específicamente a cada patología”.

EQUIPO MULTIDISCIPLINAR

La Unidad está compuesta por un grupo de profesionales que, además de trabajar en la parte asistencial, desarrollan sus propias líneas de investigación, no solo relacionadas con la genética.

Los biólogos moleculares y bioinformáticos que forman parte de esta Unidad desarrollan varios proyectos de investigación relacionados con la genética del cáncer infantil. Por una parte, en colaboración con grupos nacionales (UPV y varios hospitales españoles) e internacionales (El Hospital Universitario de Dresden, Alemania, y la Universidad de Medicina y Odontología de Tokio).

“Estudiamos, en los pacientes,la presencia de mutaciones genéticas que aumenten  el riesgo a desarrollar leucemia aguda linfoblástica, la neoplasia hematológica más frecuente en edad pediátrica. Además, llevamos a cabo el análisis genético de tumores sólidos y hematológicos con el fin de encontrar mutaciones que ayuden a mejorar el tratamiento de los pacientes, sobre todo en aquellos casos de recaídas o refractarios al tratamiento”.

“Estudiamos, en los pacientes,la presencia de mutaciones genéticas que aumenten  el riesgo a desarrollar leucemia aguda linfoblástica, la neoplasia hematológica más frecuente en edad pediátrica".

“Gracias a este último estudio hemos conseguido que en niños que no respondían a los tratamientos convencionales remita la enfermedad empleando terapias dirigidas a las alteraciones genéticas del tumor. Por último, también trabajamos en la identificación de variantes presentes en el ADN de pacientes y donantes que ayuden a predecir el desarrollo de complicaciones tras la realización de un trasplante de progenitores hematopoyéticos, un tratamiento que se realiza en muchas patologías como las leucemias o las inmunodeficiencias primarias”, expresa Escudero.

Esta destaca que resulta de vital importancia para el desarrollo de las investigaciones “la incorporación de nuevas especialidades como la bioinformática, esencial para la correcta interpretación de los datos de todas las técnicas genéticas que realizamos, principalmente de la secuenciación masiva”.

CÁNCER INFANTIL: EL PAPEL DE LA GENÉTICA

“Aunque la etiología del cáncer pediátrico es en gran parte desconocida, se sabe que presenta un origen multifactorial que puede estar favorecido por causas genéticas, ambientales o del sistema inmune. Un estudio reciente realizado en el Hospital Pediátrico de St. Jude (Memphis, EE.UU) indicó la presencia de mutaciones germinales predisponentes en el 8,5% de los pacientes que habían desarrollado algún tipo de cáncer en la infancia (hematológico o tumor sólido)”, explica Escudero.

“Estos resultados coinciden con otros, publicados posteriormente por el ICGC (International Cancer Genome Consortium), el NIH (National Cancer Institute) o el BaylorCollege of Medicine, en los que detectaron mutaciones predisponentes entre un 7 y un 12% de pacientes oncológicos pediátricos. Estos trabajos también muestran que no siempre hay una correlación entre la historia familiar de cáncer y los factores genéticos predisponentes. Una explicación a este hecho puede ser la temprana edad de los progenitores y hermanos o la existencia de mutaciones de novo”, añade.

Sobre los criterios que se consideran a la hora de realizar un estudio genético en pacientes pediátricos con cáncer, Escudero indica que están basados en publicaciones recientes en las que se recomienda, “además de la historia familiar de cáncer”, tener en cuenta “el desarrollo de dos o más neoplasias antes de los 18 años de edad, la presencia de malformaciones congénitas asociadas a algún tipo de síndrome de predisposición a cáncer, la existencia de padres consanguíneos, la excesiva toxicidad a tratamiento o la aparición del tumor antes de los 28 días de vida”.

“Aunque la etiología del cáncer pediátrico es en gran parte desconocida, se sabe que presenta un origen multifactorial que puede estar favorecido por causas genéticas, ambientales o del sistema inmune"

La genetista explica que se recomienda además el estudio genético en aquellos casos en los que el paciente ha sido diagnosticado de determinados tipos de cáncer “como retinoblastoma, meduloblastoma, leucemia aguda linfoblástica con baja hipodiploidía o tumor atípico teratoide/rabdoide entre otros”. Escudero señala que, cumpliendo únicamente con uno de estos criterios, “el paciente ya sería candidato a realizar estudio genético”.

En este sentido cabe señalar que, mientras que en otros casos de cáncer la genética desempeña un papel menos relevante, “se ha descrito que aproximadamente un 50-60% de los pacientes diagnosticados de retinoblastoma presentan mutaciones que predispone al desarrollo del tumor, por lo que no es de extrañar que la mayoría de casos diagnosticados sean de retinoblastoma”.

Explica que la leucemia es el “tipo de cáncer más frecuente en edad pediátrica. “A pesar de que la probabilidad de encontrar mutaciones que aumenten el riesgo de desarrollarla sea poco frecuente, nuestro grupo está especializado en la genética de esta enfermedad y participa en redes europeas e internacionales con otros grupos lo que nos ha permitido mejorar el diagnóstico de esta patología”.

EL FUTURO DE LA UNIDAD

“A pesar de que la identificación de mutaciones genéticas que aumentan el riesgo a desarrollar cáncer en edad pediátrica es importante, su hallazgo es poco frecuente y por ello creemos que centralizar su estudio o crear redes altamente especializadas mejoraría el diagnóstico de esta enfermedad”.

En esta línea, uno de los retos que se plantean desde la Unidad “es poder ofrecer este tipo de estudios no sólo a los pacientes de nuestro centro sino a cualquier paciente oncológico pediátrico, sea del hospital que sea”.

“Además, nos proponemos la creación de un grupo de trabajo a nivel nacional para mejorar el seguimiento de determinados tipos de cáncer como puede ser el retinoblastoma, en el que existe un riesgo aumentado de desarrollar segundos tumores, con el fin de mejorar las estrategias de diagnóstico precoz, que aún a día de hoy no están consensuadas”.

“Por último, seguiremos desarrollando nuestros proyectos de investigación y colaborando en nuevos proyectos, como hemos venido haciendo hasta ahora, porque no debemos olvidar que sólo con la investigación podremos conocer mejor esta enfermedad y optimizartanto el diagnóstico como el pronóstico de nuestros pacientes”, concluye Escudero.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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